Los esc¨¢ndalos fiscales como oportunidad
Hay que acabar con el principio de que la pol¨ªtica tributaria debe ser eminentemente nacional
La alarma social suscitada por el esc¨¢ndalo Luxleaks (acuerdos fiscales preferenciales y secretos de Luxemburgo con casi 400 multinacionales) propici¨® la creaci¨®n de una comisi¨®n especial sobre fraude y elusi¨®n fiscal en el Parlamento Europeo (TAXE), en febrero de 2015. La TAXE ha podido ir perfilando un diagn¨®stico del grave problema de elusi¨®n fiscal corporativa en Europa. Lo cierto es que las grandes corporaciones siguen viendo aumentadas las posibilidades de elusi¨®n, gracias a la fragmentaci¨®n de los sistemas tributarios europeos y a la competencia fiscal desleal ejercida entre los propios pa¨ªses comunitarios. Disponen de un amplio espectro de reg¨ªmenes jur¨ªdicos para distribuir a su conveniencia los beneficios que generan en suelo europeo, entre las distintas entidades que conforman el grupo multinacional. Resulta inaceptable que en una Uni¨®n donde rige la libre circulaci¨®n de capitales y existe una pol¨ªtica monetaria ¨²nica, la convergencia en materia tributaria siga brillando por su ausencia.
El siguiente esc¨¢ndalo estall¨® el pasado mes de agosto. La Comisi¨®n Europea concluy¨®, tras meses de investigaci¨®n, que varios acuerdos fiscales firmados entre Irlanda y Apple hab¨ªan dado lugar a un tratamiento tributario favorable al gigante estadounidense, permiti¨¦ndole pagar ¨²nicamente el 1% por sus beneficios europeos (el tipo efectivo descendi¨® al 0,005% en 2014). Recu¨¦rdese que las filtraciones del asunto Luxleaks desvelaron que las multinacionales involucradas se hab¨ªan beneficiado de unos trajes a medida que les posibilitaron tributar un 2% de media por el enorme flujo de ganancias "canalizadas" a trav¨¦s del Gran Ducado.
La principal medida articulada contra estas pr¨¢cticas es la obligaci¨®n de los Estados miembros de informar "lealmente" al resto de pa¨ªses de la Uni¨®n de los acuerdos fiscales o tax rulings suscritos con las compa?¨ªas. Es vital para que este tipo de esc¨¢ndalos no se vuelva a repetir que el intercambio autom¨¢tico de tax rulings, consagrado ya por las normas comunitarias, se cumpla eficazmente por todos los Estados miembros.
La TAXE se ha interesado igualmente en la transparencia en los informes corporativos. Ha preconizado que las multinacionales de todos los sectores hagan p¨²blicos ciertos datos clave para saber claramente d¨®nde realizan sus negocios y cu¨¢ntos impuestos pagan en cada uno de los pa¨ªses en los que operan. Este ¡°reporte pa¨ªs por pa¨ªs¡± se convierte as¨ª en una exigencia de primer nivel en la responsabilidad corporativa de las empresas.
Los Estados de la UE tienen que informar de los acuerdos fiscales suscritos con las compa?¨ªas
Tambi¨¦n se ha alertado desde la TAXE sobre la carrera a la baja en la que han entrado numerosos Estados miembros ofreciendo incentivos fiscales ad hoc para ciertas empresas o actividades. Un buen ant¨ªdoto contra estas pr¨¢cticas nocivas es que se calcule una base imponible com¨²n y consolidada europea para toda la actividad que realiza una multinacional en suelo comunitario, y que exista un tratamiento armonizado de la espinosa cuesti¨®n de los beneficios fiscales. Este proyecto ser¨¢ presentado en breve por la Comisi¨®n y esperar¨¢ luz verde del Consejo.
Una nueva comisi¨®n de investigaci¨®n ha sucedido recientemente a la TAXE, con el cometido fundamental de examinar las implicaciones de los papeles de Panam¨¢. Desde la misma se defiende crear una lista europea de para¨ªsos fiscales, confeccionada seg¨²n una serie de criterios comunes y acompa?ada de una bater¨ªa consensuada de sanciones; dirigidas a las jurisdicciones incluidas en dicha lista (que puedan ver, por ejemplo, suspendidos los acuerdos de libre comercio firmados con la UE), a las empresas que las utilizan injustificadamente (vet¨¢ndoles el acceso a los fondos comunitarios) y a los intermediarios que ayudan a dise?ar las tramas elusivas (a quienes se propone revocar, en su caso, las licencias de negocio). Las medidas contra los para¨ªsos fiscales deber¨ªan, adem¨¢s, ir acompa?adas de una alta tasa fiscal a las transferencias bancarias a esos pa¨ªses.
Hay muchos obst¨¢culos en esta larga marcha hacia una mayor justicia fiscal. Uno de ellos es el d¨¦ficit a¨²n existente en la arquitectura y gobernanza del sistema fiscal internacional. La OCDE no basta. Las Naciones Unidas est¨¢n llamadas a esta tarea y la UE debe ser punta de lanza en las iniciativas, si bien los Estados miembros frenan en el Consejo muchas de ellas por intereses propios. En el fondo, siguen siendo multitud los que creen que la pol¨ªtica fiscal debe ser eminentemente nacional y que es leg¨ªtimo jugar con ella en la competencia globalizada. Defensores de este principio los hay a derecha e izquierda, y es fundamental acabar con ¨¦l, porque su aplicaci¨®n desemboca en una carrera loca hacia la minimizaci¨®n del impuesto de sociedades en detrimento de las haciendas p¨²blicas.
Jos¨¦ Luis Escario es consultor del Parlamento Europeo en temas tributarios y autor de Para¨ªsos fiscales (Catarata 2011).
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