Aqu¨ª huele a Philippe Starck
Un dise?ador que se ha atrevido con casi todo, desde un hotel hasta un lavabo, desde una bicicleta hasta unos auriculares, no pod¨ªa dejar pasar esta oportunidad. Philippe Starck, adem¨¢s de creador de renombre, es un contador de cuentos. Ha vuelto a Par¨ªs, su ciudad natal, despu¨¦s de dejar huella en todos los continentes y multitud de pa¨ªses, incluido Espa?a. Su apellido, escueto y potente, casi anglosaj¨®n, ha aportado facilidad a la repercusi¨®n mundial de su fama y talento. Pero es parisiense, y all¨ª regres¨® hace 10 a?os, a ¡°la capital mundial del esp¨ªritu cr¨ªtico¡±, seg¨²n su propia definici¨®n. En sus oficinas, recibe a un grupo de periodistas espa?oles en torno a una gran mesa redonda para hablar de la l¨ªnea de perfumes que llevar¨¢ su nombre. Con su indumentaria tradicional y sencilla de vaqueros y chaqueta motera, sonr¨ªe y empieza a hablar: ¡°?rase una vez un pobre ni?o¡¡±.
Poco importa si su relato es real o inventado. Es su capacidad de conceptualizaci¨®n, de ingenio y de evocaci¨®n lo que atrapa. .
Sus 67 a?os cumplidos no le han impedido lanzarse a una aventura desconocida que parece divertirle enormemente. Asegura no sentirse orgulloso de ninguno de sus dise?os porque considera que son pura materia y, en cambio, se emplea con emoci¨®n en relatar c¨®mo ha creado las tres nuevas fragancias Starck. Poco importa si su relato es real o inventado. Es su capacidad de conceptualizaci¨®n, de ingenio y de evocaci¨®n lo que atrapa.
¡°?rase una vez un pobre ni?o de siete a?os cuyos padres se divorciaron. Entonces, la familia de mi madre quiso ocuparla con una perfumer¨ªa. Como a m¨ª no me gustaba mucho ir al colegio, empec¨¦ a regentarla desde los ocho a?os. Y ah¨ª, entre la mezcla de perfumes y la m¨²sica cl¨¢sica del tocadiscos que hab¨ªa en la trastienda, creo que inconscientemente descubr¨ª el poder de lo imaginario y me convert¨ª en un esp¨ªritu puro dedicado a la creatividad¡±.
No es la primera vez que Philippe Starck se acerca al mundo del perfume. De su primera incursi¨®n asegura que fue una cat¨¢strofe. M¨¢s tarde, en 2010, dise?¨® el envase de L¡¯Air du Temps, de Nina Ricci, pero la propuesta que le puso sobre la mesa la firma espa?ola Perfumes y Dise?o, presidida por Pedro Trolez, fue mucho m¨¢s ambiciosa: crear su propia l¨ªnea y, despu¨¦s, dar forma al envase. Pero ha sido la primera parte, la de creaci¨®n, la que ha entusiasmado a ese ni?o de siete a?os seis d¨¦cadas despu¨¦s. Tres perfumistas franceses se han prestado a su juego. Dominique Ropion es el coautor, siempre junto a Starck, del perfume femenino Peau de Soie; Daphn¨¦ Bugey, la cocreadora de la fragancia masculina Peau de Pierre, y Annick Menardo, la del perfume unisex Peau d¡¯Ailleurs.
Los narices?no lo han tenido f¨¢cil, pero aseguran haber trabajado bajo la presi¨®n estimulante de un tipo inconformista. ¡°Ellos han cristalizado cada palabra en una f¨®rmu??la qu¨ªmica¡±, asegura Starck. La prueba m¨¢s atrevida y compleja ha sido el perfume de inspiraci¨®n andr¨®gina, ¡°la gran revoluci¨®n de los pr¨®ximos a?os¡±, en palabras del dise?ador. ¡°Annick fue mi pobre v¨ªctima, porque no es f¨¢cil hacer un perfume de lo desconocido. Yo le preguntaba: ¡®?Cu¨¢l es el olor del vac¨ªo, del asteroide, de la velocidad, del tiempo, del espacio?¡¯. Son cuestiones que no tienen respuesta, pero mi intenci¨®n era ir hacia lo abstracto; hacia la abstracci¨®n de lo abstracto¡±.
Cuando en las oficinas de Starck desvelan a los periodistas los perfumes y sus envases, se percibe algo hipn¨®tico en el ambiente. Cuenta el mago que tiene la costumbre de parar a las mujeres por la calle cuando les adivina el perfume que utilizan. ¡°El olor es el veh¨ªculo m¨¢s r¨¢pido de comprensi¨®n, el que va m¨¢s deprisa del exterior al cerebro¡±, expone con convicci¨®n el dise?ador. Con estas tres nuevas propuestas, se le adjudican 10.000 creaciones.
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