Adaptarse al clima o morir de hambre
Las consecuencias de no transformar los sistemas agr¨ªcolas y de producci¨®n de alimentos para responder y mitigar el cambio clim¨¢tico dejar¨¢n un mundo m¨¢s pobre y hambriento, seg¨²n la FAO
Siempre est¨¢n los optimistas y los pesimistas. Los que lo ver¨¢n como un imposible que implica arreglar demasiados problemas al mismo tiempo y los que pensar¨¢n que es la mejor manera de matar dos (o tres) p¨¢jaros de un tiro. Pero para la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura) y para numerosos organismos y expertos, la cosa est¨¢ clara. Si el mundo se ha comprometido a erradicar el hambre y la pobreza para 2030, y adem¨¢s tiene que mitigar los efectos del cambio clim¨¢tico, la forma de producir alimentos tiene que cambiar. Para que la agricultura pueda garantizar la seguridad alimentaria y la salida de la pobreza de millones de personas, tiene que adaptarse a la nueva realidad clim¨¢tica. Y al mismo tiempo, dejar de contribuir al calentamiento. Muchos deberes como para posponerlos.
Porque en 2050 habr¨¢ que reducir un 70% las emisiones a la atm¨®sfera para evitar que la temperatura aumente m¨¢s de 2?C, el l¨ªmite que se ha marcado como crucial. Y los datos muestran que las actividades agr¨ªcolas, silv¨ªcolas y los cambios en el uso de la tierra suponen cerca de un 21% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Al mismo tiempo, se calcula que en ese mismo a?o la demanda de alimentos haya crecido (en paralelo a la poblaci¨®n mundial) un 60% desde 2006. Sin olvidar que son las mismas regiones las que sufrir¨¢n los peores efectos clim¨¢ticos y los mayores crecimientos de poblaci¨®n: las m¨¢s pobres y con mayor n¨²mero de hambrientos.
El cambio clim¨¢tico, ese concepto para muchos abstracto e incluso inspirador de teor¨ªas conspiratorias, es el protagonista del informe sobre el Estado mundial de la agricultura y la alimentaci¨®n 2016, que publica la propia FAO. En el estudio se plantea que, sin esa transformaci¨®n de los patrones clim¨¢ticos y con un crecimiento econ¨®mico continuado, el n¨²mero de personas con riesgo de padecer hambre podr¨ªa disminuir para 2050. Contando con ella, sin embargo, ya en 2030 podr¨ªa haber entre 35 y 122 millones m¨¢s de pobres en el mundo. "El cambio clim¨¢tico vuelve a introducir la incertidumbre sobre cu¨¢nto produciremos o cu¨¢nta comida podremos tener disponible", ha ilustrado el director general de la organizaci¨®n, Jos¨¦ Graziano da Silva.
Seg¨²n Graziano, la humanidad ya est¨¢ pagando las consecuencias en forma de fluctuaciones inesperadas de los precios, que afectan a la seguridad alimentaria. "La incertidumbre sobre los stocks disponibles aumenta la volatilidad natural de esos precios", ha se?alado. Por eso la FAO urge a adaptar los sistemas alimentarios y agr¨ªcolas cuanto antes, para que a los pa¨ªses con m¨¢s problemas no se les junten todas las tareas al mismo tiempo.
Muchas de las soluciones tecnol¨®gicas est¨¢n ya disponibles, ha apuntado en el mismo acto en Roma Kostas Stamoulis, director general adjunto del organismo. Lo que falta es llevarlas a los millones de peque?os agricultores que est¨¢n en el centro de la producci¨®n mundial de alimentos. "Es necesario ayudarles a diversificar: a diversificar pr¨¢cticas agr¨ªcolas, pero tambi¨¦n medios de vida, incluso con actividades distintas", ha advertido Stamoulis. Una forma de hacerlo es integrar la producci¨®n de los cultivos, el ganado y los ¨¢rboles. Por ejemplo, utilizar las hojas de las leguminosas arb¨®reas que fijan el nitro?geno para alimentar a las vacas, usar el esti¨¦rcol de estas para fertilizar el suelo y cultivar aquellas legumbres para tener prote¨ªnas adicionales a las animales. C¨ªrculos virtuosos.
El informe estima el impacto positivo que algunas pr¨¢cticas pueden tener en la reducci¨®n del n¨²mero de personas expuestas al hambre. Usar variedades eficientes en cuanto al nitr¨®geno podr¨ªa dejar un 12% menos de hambrientos en 2050. Utilizar las resistentes al calor, otro 7,5%. Y no labrar la tierra, otro 8,8%. "Todos los esfuerzos que hagamos para adaptarnos al cambio clim¨¢tico tienen que contribuir tambi¨¦n a mitigarlo", ha insistido Graziano.
En este sentido, Stamoulis ha defendido que las pol¨ªticas de gesti¨®n y almacenamiento de agua ser¨¢n vitales para que pa¨ªses ahora afectados por sequ¨ªas recurrentes, como ocurre en el sudeste de ?frica y en Centroam¨¦rica, puedan resistir a dos campa?as consecutivas sin lluvias. Para poner en marcha todo esto, insiste el estudio, esos peque?os productores rurales tienen que tener acceso a la tecnolog¨ªa, al conocimiento y al cr¨¦dito necesario. "Son los m¨¢s afectados y no pueden pagar lo que cuesta adaptarse", ha apuntado Graziano, quien ha indicado que la FAO ha accedido al fondo clim¨¢tico aprobado tras el Acuerdo de Par¨ªs, y que dispone de entre 15 y 215 millones de d¨®lares para proyectos de este tipo. "Pero aunque la financiaci¨®n sea crucial, no todo es dinero", ha advertido. "Hay que hacer reformas estructurales y cubrir las lagunas t¨¦cnicas para que las decisiones que tomen los gobiernos puedan realmente ponerse en marcha en terreno".
Reducir la deforestaci¨®n ¡ªinmediatamente si es posible¡ª y acabar con la brecha de g¨¦nero son otras de las prioridades, seg¨²n el responsable de la agencia internacional. El informe resalta que en muchos de los pa¨ªses m¨¢s vulnerables, las mujeres (el 43% de la fuerza de trabajo agr¨ªcola) se encuentran "especialmente desfavorecidas", con menos recursos y derechos que los hombres. Ellas absorben responsabilidades dome?sticas determinadas por el ge?nero y una carga de trabajo agri?cola cada vez ma?s pesada debido a la emigracio?n masculina. Otro punto "prioritario", seg¨²n Graziano, es resolver de una vez el asunto de los desperdicios y p¨¦rdidas de alimentos. "Producimos m¨¢s de lo necesario y toda esa comida que no se consume, adem¨¢s, supone una presi¨®n innecesaria para recursos como la tierra y el agua.
"No podemos seguir hablando en lugar de poner en pr¨¢ctica lo que ya sabemos, que es mucho", ha sentenciado el director general de la FAO. La tarea no se puede posponer, porque la incertidumbre ya est¨¢ aqu¨ª, y cada vez ser¨¢ mayor.
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