Tesoros marca blanca
Edvard Munch pint¨® su obra cumbre inspirado por una angustia e insatisfacci¨®n que nunca se ausentaron de su vida. Skrik, m¨¢s conocido como El grito, es su cuadro m¨¢s c¨¦lebre, reflejo de un car¨¢cter introvertido, abatido, que trataba de evadirse pintando el ?sentimiento tr¨¢gico que le atormentaba. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, la condici¨®n de icono de esta obra lo atestigua el merchandising que la reproduce en toda clase de soportes, desde cortinas de ducha y fundas de m¨®vil hasta camisetas, tazas de cer¨¢mica, l¨¢minas, llaveros, mu?ecos hinchables y puzles.
El comercio siempre es h¨¢bil identificando ingredientes con valor a?adido.
A esta destreza del mercado para desacralizar cualquier elemento y estirar su potencial comercial hasta la saciedad no escapa la alimentaci¨®n. Especialmente los productos simb¨®licos e idolatrados por su inaccesibilidad y precio prohibitivo. La historia est¨¢ llena de ejemplos, como el viaje realizado por las especias desde su condici¨®n de producto inasequible hasta su democratizaci¨®n a partir del siglo XVIII, fruto de su cultivo masivo en las fincas que los terratenientes pose¨ªan en las colonias europeas de la ¨¦poca. Con la sal de la India, como se conoc¨ªa al az¨²car, pas¨® otro tanto. Hasta el siglo XIX, cuando se populariz¨® su uso entre todas las clases sociales, form¨® parte exclusivamente de la dieta de las ¨¦lites.
El comercio siempre es h¨¢bil identificando ingredientes con valor a?adido, advirtiendo o creando demandas en nichos donde existe un genuino inter¨¦s por lo etiquetado como ¡°exclusivo¡±. El mercado capitaliza el deseo en una pugna entre cualidad y condici¨®n, donde siempre la balanza cae a favor de la segunda. Pas¨® a mediados del siglo pasado con el pollo, los huevos, el vacuno o el cerdo, siguiendo el mismo recorrido, desde lo extraordinario a lo corriente, que durante las ¨²ltimas d¨¦cadas est¨¢n transitando gambas, langostinos y el foie-gras, entre muchos otros productos que hoy colonizan desde bares de tapas hasta estanter¨ªas de supermercado.
POR CADA SALM?N EN ESTADO SILVESTRE HAY 10. 000 DE PISCIFACTOR?A CUBRIENDO TODO EL REGISTRO DE NECESIDADES DEL MERCADO.
La avidez de art¨ªculos premium por parte de un gran n¨²mero de personas va alimentando la lista popular de lo selecto con la entrada en los ¨²ltimos a?os de la carne de cerdo ib¨¦rico fresca, waygu (buey de la regi¨®n japonesa de Kobe), aceto (vinagre) bals¨¢mico, cangrejo real o aceite de trufa, sin destilar la cantidad de l¨®gica necesaria para aceptar que el rango de excepcional, el renombre de un producto, lo dan la personalidad de sus atributos, y no al rev¨¦s. Eso s¨ª, desvincul¨¢ndolo de sus circunstancias hist¨®ricas, contexto, principios y esencia, que le dotaban de valor, m¨¢s all¨¢ del car¨¢cter superficial. Parafraseando a sir Francis Bacon: ¡°Lo malo, cuando se finge bueno, es p¨¦simo¡±.
Y as¨ª, hoy, por cada salm¨®n en estado silvestre hay 10.000 de piscifactor¨ªa cubriendo todo el registro de necesidades del mercado, aunque todo se denomine igual: ¡°salm¨®n¡±. Esta saturaci¨®n de alimentos h¨ªbridos, de propiedades mermadas y buena reputaci¨®n pone de manifiesto el pobre nivel de conocimiento y bajo inter¨¦s del consumidor. Y con ello, preludia la desaparici¨®n de los aut¨¦nticos tesoros gastron¨®micos que dieron renombre al cat¨¢logo de exquisiteces que hoy se exhiben en el escaparate de la ostentaci¨®n folcl¨®rica.
Salm¨®n con costra de semillas y espinacas
Ingredientes
Para 4 personas
El salm¨®n
- 800 gramos de salm¨®n
La costra de semillas
- 20 gramos de semillas de s¨¦samo
- 10 gramos de semillas de lino
- 10 gramos de granos de girasol
- 10 gramos de almendras
- Un lim¨®n
- 10 gramos de miel
- 20 gramos de mostaza
Las espinacas
- 500 gramos de espinacas
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra
Instrucciones
1. El salm¨®n
Quitar la piel y cortar en raciones de 200 gramos cada una. Sazonar.
2. La costra de las semillas
Servir en un mortero todas las semillas y las almendras. Majar hasta obtener un polvo grueso. Rallar la piel del limón y exprimir su jugo sobre las semillas. Agregar a la mezcla anterior la mostaza y la miel atemperada. Mezclar hasta obtener una pasta. Reservar.
Estirar la masa lo más fina posible con ayuda de un rodillo entre papeles de horno. Hornear a 150 ºC hasta obtener un color dorado en la superficie. Bajar la temperatura del horno al mínimo y dejar secar hasta que esté crujiente.
4. Las espinacas
Limpiarlas con abundante agua. Mantener sus tallos. Saltearlas en aceite de oliva a fuego fuerte unos segundos. Sazonar. Retirar y reservar hasta el momento de servir.
5. Acabado y presentaci¨®n
Cocer el salmón al vapor. Separar en lascas. Disponer las espinacas salteadas y los trozos de salmón, alternando geometrías y volúmenes en la base del plato. Romper la costra de semillas y cubrir el salmón. Servir.
Calor¨ªas: El salm¨®n es un pescado azul que aporta 142 kilocalor¨ªas por 100 gramos de porci¨®n comestible.
Grasas: Es considerado un alimento graso, debido a su alto contenido lip¨ªdico con valores significativos en colesterol.
Vitaminas: Es rico en ¨¢cidos grasos, omega 3, en prote¨ªnas y en vitaminas del grupo B como la B12 y B6.
Purinas: Por su contenido en esta sustancia que produce ¨¢cido ¨²rico, se debe limitar su consumo en caso de gota.
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