¡°Puedo ser una hermana para mis hermanos¡±
Recientemente la sociedad espa?ola se sinti¨® golpeada ante la noticia de c¨®mo fue asesinada una joven religiosa misionera, Isa Sol
La Jornada Mundial de las Misiones es un acontecimiento de car¨¢cter universal muy arraigado en la Iglesia cat¨®lica y con resonancias en otros ¨¢mbitos sociales y culturales, al menos en Occidente. Es la celebraci¨®n del DOMUND que evoca en unos casos a miles de misioneros y misioneras que, por vocaci¨®n divina, lo han dejado todo y han "salido" a otros lugares a anunciar el Evangelio, siguiendo el ejemplo del Maestro; en otros un reconocimiento y una admiraci¨®n hacia quienes han hecho del servicio y de la entrega a los dem¨¢s la raz¨®n de su vida; hay personas a las que esta palabra es una invitaci¨®n para a realizar gestos de solidaridad y caridad con la donaci¨®n generosa de los bienes. Hay incluso quienes llegan a preguntarse, al o¨ªr esta palabra, "?Por qu¨¦ yo no?". En cualquiera de los casos esta Jornada goza de una gran simpat¨ªa entre los ciudadanos porque desvela que detr¨¢s hay gente que lo han dejado todo y se han marchado a la otra orilla para compartir con los dem¨¢s y lo que son y lo que tienen.
Recientemente la sociedad espa?ola se sinti¨® golpeada ante la noticia de c¨®mo fue asesinada una joven religiosa misionera, Isa Sol¨¦, cuando hab¨ªa tomado la opci¨®n de dejar su tierra para entregar su vida a hermanos m¨¢s necesitados. A los tres a?os de llegar a Hait¨ª vivi¨® la tragedia del terremoto. Entonces escribi¨®: "Mi vida religiosa la siento, ahora m¨¢s que nunca, como un regalo que no merezco, as¨ª como la vida que Dios me ha querido guardar, entiendo que mi misi¨®n en esta vida no es hacer y hacer, sino de ser y ser...porque por muchos proyectos, trabajos, planes que est¨¦ llevando adelante, al final lo m¨¢s importante es lo que somos y no lo que hacemos. No creo que Dios me haya mantenido con vida solo para hacer algo... porque yo no puedo salvar nada ni a nadie pero puedo ser una hermana para mis hermanos. Y es lo ¨²nico que ahora me importa". Ejemplos como este son los cerca de 13.000 espa?oles que repartidos por el mundo hacen de su vida un servicio a los m¨¢s desprotegidos.
La historia viene de lejos, sin necesidad de remontarnos al origen del Cristianismo. El 14 de abril de 1926 el Papa P¨ªo XI estableci¨® que el pen¨²ltimo domingo de octubre fuera una jornada mundial para fortalecer la conciencia de la universalidad de la fe y del amor. Son 90 a?os de existencia en los que en m¨¢s de 140 pa¨ªses del mundo se celebra esta Jornada que en palabras de Juan "constituye un prioritario y urgente reto para la Iglesia tanto por su origen como por su finalidad", y Francisco la considera como la "viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia".
Este a?o 2016 la cita ser¨¢ el domingo, 23 de de octubre. Para promover esta Jornada la Iglesia se sirve de un instrumento privilegiado que son las Obras Misionales Pontificias. Este organismo eclesial, dependiente de la Congregaci¨®n para la Evangelizaci¨®n de los Pueblos, tiene como misi¨®n: ordenar, dirigir y acompa?ar la actividad misionera de la Iglesia en el mundo. Desde el a?o 1963 cada a?o los Papa entregan una Mensaje para facilitar la comuni¨®n eclesial, respetando la diversidad de cada pueblo y cultura. Este a?o el Mensaje del Papa Francisco lleva como t¨ªtulo "Iglesia misionera, testigo de misericordia". En Espa?a, los responsables de la organizaci¨®n de esta Jornada, han propuesto el lema Sal de tu tierra parafraseando la expresi¨®n repetida de Francisco que desea una Iglesia "en salida", a la que se refiere con frecuencia el texto.
Pero los verdaderos protagonistas de la Jornada son los misioneros y misioneras que han sido enviados a los llamados Territorios de misi¨®n, en la actualidad es el 38% de las circunscripciones eclesiales de la Iglesia cat¨®lica. Son en verdad ¨¢mbitos jur¨ªdicos-geogr¨¢ficos, pero a ellos se suman otros no menos necesitados de la actividad misonera de la Iglesia que Juan Pablo II llamaba ¨¢mbitos sociales y culturales y Francisco los reconoce como periferias existenciales. Sea cual fuere su denominaci¨®n son espacios de la humanidad donde sufre y carece de lo necesario para alcanzar su dignidad. All¨ª los misioneros son ejemplo de entrega y solidaridad. Sirva de ejemplo este testimonio de un joven laico misionero que est¨¢ en la Rep¨²blica Dominicana "En un a?o donde los conflictos en Siria, en la frontera colombo-venezolana y en M¨¦xico-Estados Unidos, nos han mostrado el sufrimiento de los refugiados, desplazados y repatriados, yo quer¨ªa mostrarles la realidad de miles de personas en la frontera dominico-haitiana que se concentran en campos de refugiados esperando una respuesta que nunca llega. Como misioneros, debemos salir a un encuentro cargado de humanidad con nuestros hermanos que m¨¢s sufren, y fomentar una cultura de acogida y de respeto que impregne a toda la sociedad para alcanzar relaciones equitativas y justas con cada persona, con independencia de su origen social, ¨¦tnico o nacional".
Para completar el cuadro de la misi¨®n es necesaria la complicidad de los voluntarios que deseen implicarse en esta corriente de solidaridad con aquellos proyectos de promoci¨®n y desarrollo que promueve la Iglesia cat¨®lica a trav¨¦s de sus misioneros. Movidos por un profunda motivaci¨®n evangelizadora, ellos hacen esta opci¨®n desde su car¨¢cter de voluntarios, sin otra compensaci¨®n que la acogida de quienes les reciben y el apoyo afectivo y efectivo de quienes les env¨ªan. Ellos no reclaman nada para s¨ª mismos, son instrumentos para hacer llegar a los m¨¢s pobres lo que reciben de quienes viven la experiencia de la donaci¨®n gratuita. En una sociedad encerrada en s¨ª misma el testimonio de una misionera espa?ola en Madagascar pueda servir de "despertador": As¨ª lo expresaba una nuestra misionera en Madagascar: "Siendo joven sent¨ª la necesidad de pasar mi vida al servicio de los dem¨¢s, amando como yo me sent¨ªa amada; de modo que lo que me tocara vivir fuese expresi¨®n de ese amor de Dios, sobre todo hacia los m¨¢s pobres. Pero un d¨ªa aprend¨ª de ellos la belleza de la donaci¨®n: Un d¨ªa Mar¨ªa me pidi¨® az¨²car; un poco sorprendida le dije: "Hace solo unos d¨ªas que recibiste az¨²car ?Qu¨¦ hiciste con ella?" Me contest¨® un tanto molesta por mi reacci¨®n: "Una madre sola, con cuatro hijos, me pidi¨® un poco porque no ten¨ªa, y la compart¨ª. Es lo que dice Jes¨²s ?no?: Amar al pr¨®jimo como a s¨ª mismo".
Las sencillas huellas de un cartel muestran que vale la pena salir de nuestro ego¨ªsmo para ir al encuentro del otro. Este es el mensaje del DOMUND 2016 que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 23 de octubre.
Anastasio Gil Garc¨ªa es Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Espa?a
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