Quema de brujas 2.0
Amanda Knox fue a la c¨¢rcel porque un fiscal decidi¨® que no reaccionaba con pena a un asesinato
Siguen quemando brujas en Europa. O al menos lo intentan y no siempre lo consiguen, aunque las dejan un poco chamuscadas. A veces, con quemaduras graves. Las brujas son casi siempre mujeres, pero puede ser cualquiera que no se ajuste a la norma y no se comporte como se espera de alguien sensato y decente. Ser alegre, escandalosa, promiscua o sonre¨ªr cuando no toca puede llevarte a la c¨¢rcel si caes en el sitio equivocado en el momento fatal. Ya lo sospechaba, pero me reafirmo en ello tras ver Amanda Knox, el documental reci¨¦n producido por Netflix que se difunde estos d¨ªas y que pretende cerrar el caso al tiempo que abre unas espitas inquietantes.
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Knox y su entonces novio, Raffaele Sollecito, fueron acusados en 2007 de asesinar a Meredith Kercher, compa?era de piso de Amanda, cuando ambas eran estudiantes extranjeras en Perugia. En marzo de 2015, el Tribunal Supremo italiano les absolvi¨®, acabando con siete a?os de juicios, prisiones y uno de los linchamientos medi¨¢ticos m¨¢s intensos que se recuerdan. Quiz¨¢ tuvo que ver algo que la v¨ªctima fuera brit¨¢nica y los tabloides de Londres no desaprovechasen la oportunidad. Knox no solo fue acusada de asesinar por placer s¨¢dico a su compa?era en medio de una org¨ªa depravada, sino que sufri¨® el sobrenombre de Foxy Knoxy (zorrita Knoxy) y fue expuesta ante la opini¨®n p¨²blica como una psic¨®pata obsesionada con el sexo. La sentencia absolutoria dej¨® en evidencia esas exageraciones insultantes y revel¨® una investigaci¨®n policial chapucera y unos procesos judiciales muy dudosos.
El sesgo del documental es absoluto a favor de Amanda, que aparece como v¨ªctima de un sistema judicial y de una sociedad dementes, pero la narrativa se sostiene con los sumarios y los hechos probados. El malo de la historia es el fiscal de Perugia Giuliano Mignini, que el filme retrata como un ser rid¨ªculo que se cree Sherlock Holmes y que solo es un pobre funcionario de pueblo sin muchas luces dominado por prejuicios mojigatos y cat¨®licos. Sospecha de Amanda Knox porque no reacciona a la muerte de su compa?era de piso con normalidad y porque se besa con su novio de forma ¡°inapropiada¡± junto a la escena del crimen mientras la polic¨ªa trabaja. A partir de ah¨ª, busca pruebas e inconsistencias, y hay que aclarar que encuentra algunas que luego ser¨¢n refutadas por peritos romanos. Mignini est¨¢ convencido de que esa chica no es normal, que algo falla en su cabeza, y convence de ello a dos tribunales. Amanda Knox perdi¨® su juventud en la c¨¢rcel porque un fiscal de Perugia decidi¨® que no reaccionaba con la pena y el pudor adecuados a una noticia luctuosa. Esa es la tesis del documental, que a los espectadores que no hemos le¨ªdo el sumario no nos queda m¨¢s remedio que aceptar, aunque muchos mantengan muchas dudas sobre la inocencia de la estadounidense.
Todos conocemos a alguien prejuzgado por no encajar en los moldes de la moral dominante
Si nos convencen es en parte porque todos conocemos a alguien prejuzgado por no encajar en los moldes de la moral dominante. En 2006, cuando la joven austriaca Natascha Kampusch sali¨® de su cautiverio de once a?os, concedi¨® una entrevista a un canal de televisi¨®n en la que explic¨® su historia con aplomo y serenidad. No faltaron voces, en esta aldea global a veces tan aldeana y tan poco global, que recelaron de su actitud. No parec¨ªa una v¨ªctima, no encajaba en la imagen de v¨ªctima que manejamos. Era guapa, teleg¨¦nica, hablaba sin titubeos, gr¨¢cil en la expresi¨®n. Parte de la audiencia sufri¨® un cortocircuito y perdi¨® la empat¨ªa por su sufrimiento porque no lo expresaba con arreglo al guion.
Los arquetipos son prejuicios que pueden convertirse en armas de control social. Quien no reacciona a los traumas con los gestos previstos de melodrama es sospechoso de algo. En La casa de Bernarda Alba, Adela transgrede el luto con un vestido verde, lo que acaba cost¨¢ndole la vida. ?Seguimos siendo comadres encerradas en la casa lorquiana? Quiz¨¢ lo ¨²nico que ha cambiado es que Bernarda Alba ahora tiene conexi¨®n a Internet y puede ser insidiosa en Facebook.
Los arquetipos son prejuicios que pueden convertirse en armas de control social
Hoy sabemos que las brujas que se quemaban en Europa eran mujeres que no viv¨ªan de acuerdo a las normas, que no guardaban luto cuando tocaba guardarlo, que no se somet¨ªan a los ritos de la comunidad. Eran malos ejemplos para las j¨®venes que aspiraban al t¨¢lamo o al convento. ¡°Me condenaron por mis ojos, por c¨®mo miraba¡±, se queja Amanda Knox en el documental. Y cuesta creerlo, pero la pel¨ªcula apunta a que as¨ª fue.
Sergio del Molino es autor del ensayo La Espa?a vac¨ªa. Viaje por un pa¨ªs que nunca fue (Turner).
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