Tilda Swinton: ¡°No hay nada mejor que llevar la contraria¡±
La musa andr¨®gina se convierte ahora en la nueva hero¨ªna de Marvel
Su padre, Sir John Swinton, la llamaba ¡°la contra¡± porque siempre llevaba la contraria. Tilda Swinton nunca se lo tom¨® a mal. Es m¨¢s, lo tiene a gala. Para ella no hay nada mejor que ¡°llevar la contraria en compa?¨ªa de contrarios¡±, mantener siempre la mente abierta a lo que puede venir. De hecho, una de las figuras m¨¢s conocidas del cine independiente se ha pasado al lado oscuro de la fuerza cinematogr¨¢fica para formar parte del universo Marvel con Doctor Strange [estrenada en Espa?a el pasado viernes]. ¡°Lo que deber¨ªamos estar celebrando es que una producci¨®n as¨ª contrate a una mujer por encima de los 21 a?os y sin necesidad de ponerse en bikini¡±, se r¨ªe en referencia a su debut en el mundo de los superh¨¦roes. Lo hace porque, adem¨¢s, interpreta el papel de El anciano, alguien con la sabidur¨ªa suprema y que en los c¨®mics originales corresponde a un hombre venerable y de origen asi¨¢tico. Hay quienes han querido buscar la pol¨¦mica en este cambio de sexo y raza pero Swinton, tan contestataria como optimista, solo ve lo mejor de esta transformaci¨®n en una industria demasiado llena de hombres. ¡°Que conste que tambi¨¦n creo en los hombres y en su lado humano, pero cuantas m¨¢s mujeres trabajen a su lado, mejor, ya que representar¨¢n la demograf¨ªa en la que vivimos¡±, a?ade.
Su linaje la llevaba a ser cuando menos dama de alta cuna, como lo demostr¨® su amistad con su compa?era de colegio Lady Diana Spencer. Ella, sin embargo, prefiri¨® cambiar de aires y estudiar Literatura en Cambridge. ¡°Todos saben que soy actriz, si es que lo soy, por defecto, porque siempre quise ser escritora. Pero cuando dej¨¦ de escribir me puse a actuar¡±, admite. Si pone en duda que sea actriz, a pesar de una larga filmograf¨ªa y el Oscar que gan¨® en 2008 con Michael Clayton, es porque para Swinton cuando se trata de la interpretaci¨®n todo es un juego. ¡°Un juego entre amigos¡±, describe. De ah¨ª que le guste tanto cambiar de look, disfrazarse, jugar. ¡°Es lo que me hace seguir aqu¨ª, el viaje m¨¢gico y misterioso que es la interpretaci¨®n¡±, explica. Un viaje en el que el director Derek Jarman la invit¨® a tomar parte y no hubo vuelta atr¨¢s. Junto a Sally Potter jug¨® a hacer Orlando (1992) mostrando lo que era la fluidez sexual a una generaci¨®n que todav¨ªa no hab¨ªa acu?ado ese t¨¦rmino. Los cineastas John Maybury, Wes Anderson, Spike Jonze, Jim Jarmusch o su amigo de la infancia, Luca Guadagnino, entre otros, vinieron despu¨¦s tambi¨¦n a jugar con ella. Muchos de ellos son y fueron adem¨¢s su inspiraci¨®n, la fuente de su sabidur¨ªa, sus ancianos. ¡°Jarman seguro. David Bowie, que nos dej¨® muy pronto. Mi amigo [el novelista y cr¨ªtico de arte] John Berger¡±, enumera. Pero, sobre todo, su abuela Mariora Beatrice Evelyn Rochfort Alers-Hankey. Una mujer que como dice Swinton sab¨ªa vivir y se lo ense?¨® a ella.
?Activista del colectivo LGTB
Swinton no solo sabe vivir o llevar la contraria. Desde hace mucho tiempo que sabe ser ella misma sin que la defina el sexo. Madre de dos hijos adolescentes fruto de su relaci¨®n con el escritor John Byrne, ella es la musa andr¨®gina, una figura et¨¦rea, casi de otro mundo que apoya sus ideas en un cuerpo de alabastro y una altura escultural. Defensora de los derechos del colectivo de homosexuales, lesbianas y transexuales, lo que realmente defiende es el derecho a ser, sin m¨¢s bagaje ni etiquetas, quien uno quiera. ¡°Me parece que hacer una pel¨ªcula que defiende que seas quien eres sin ego y sin miedo a una generaci¨®n de adolescentes es lo m¨¢s radical que he podido hacer hasta la fecha¡±, resume.
Elegancia y excentricidad
Como dice Vogue, nadie viste un traje como Tilda. Su mezcla de elegancia y excentricidad viene ayudada por los mejores modistos pero tambi¨¦n por su deseo de contar historias, como escritora, delante de las c¨¢maras o con su cuerpo. Para la entrevista lleg¨® envuelta en un conjunto de chaqueta y pantal¨®n de Palais "una peque?a casa francesa que hace trajes maravillosos", explica. Con su residencia en los bosques de Escocia, Par¨ªs es su refugio intelectual y de la moda. "Es mi tesoro. Por su belleza y por mis amigos", a?ade de la ciudad. Ahora Charlotte Rampling es una de esas amistades, tras trabajar juntas para Olivier Saillard, director del Palais Galliera o el museo de la moda.
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