?Por qu¨¦ son tan lentos los perezosos?

El 9 de septiembre de 1788 llegaron a Madrid siete cajones enviados por el virrey del R¨ªo de la Plata. En ellos hab¨ªa un esqueleto desmontado de aproximadamente seis metros de longitud. Los restos de un gigante con molares t¨ªpicos de herb¨ªvoro y con unas afiladas garras m¨¢s propias de un carn¨ªvoro. A primera vista, una quimera. Juan Bautista Bru de Ram¨®n, pintor y disecador del Real Gabinete de Historia Natural, ensambl¨® al enigm¨¢tico ser, adem¨¢s de dibujar el esqueleto. El m¨¦rito del descubrimiento fue del fraile dominico Manuel Torres quien encontr¨® los restos f¨®siles sobre la ribera del r¨ªo Luj¨¢n, pero el animal no fue descrito hasta que las ilustraciones de Bru llegaron a manos de George Cuvier. El famoso paleont¨®logo lo design¨® como Megatherium americanum, una especie de perezoso extinto.

La lentitud es la raz¨®n de su supervivencia

Despu¨¦s del hallazgo de Torres, se han encontrado numerosos f¨®siles de M. americanum en diferentes zonas de Am¨¦rica del Sur. A pesar de su enorme tama?o, se pon¨ªa de pie. Erguido llegaba a las ramas y a las hojas m¨¢s altas de los ¨¢rboles. Las huellas fosilizadas muestran que adem¨¢s pod¨ªa andar b¨ªpedamente. Parecido a la habilidad de los osos, pero con el agravio de sustentar un peso de m¨¢s de 3 toneladas. M. americanum era el m¨¢s grande, pero existieron otras especies de perezosos gigantes durante el Pleistoceno. Se han descrito cerca de 50 g¨¦neros. En la Patagonia, hay cuevas con hendiduras en las paredes que encajan con sus zarpas. No s¨®lo serv¨ªan para agarrar la comida de los ¨¢rboles, tambi¨¦n eran eficaces palas para cavar madrigueras. Los perezosos terrestres se resguardaban bajo tierra, sus parientes m¨¢s cercanos se esconden en los ¨¢rboles.

Los perezosos actuales, de tres y dos dedos, est¨¢n adaptados a la vida arbor¨ªcola. Su fama les precede, su nombre es sin¨®nimo de holgaz¨¢n. En el 1749, el naturalista franc¨¦s Georges Buffon lo describi¨® por primera vez diciendo: ¡°La lentitud [...] y la estupidez son los resultados de esta conformaci¨®n extra?a y fallida. Estos perezosos son la forma m¨¢s baja de existencia. Un defecto m¨¢s les habr¨ªa hecho la vida imposible.¡± En realidad, su lentitud es la raz¨®n de su supervivencia. Moverse lento significa gastar menos. Aparte, tambi¨¦n ahorran energ¨ªa reduciendo la termorregulaci¨®n. La temperatura media del perezoso de tres dedos es de alrededor de 32.7 ¡æ, la de los seres humanos es de 36.5 ¡æ. De manera parecida a los animales de sangre fr¨ªa, los perezosos controlan la temperatura, en parte, gracias a su comportamiento y a las posiciones corporales. Las fluctuaciones durante el d¨ªa pueden variar hasta 10 ¡æ. Sin depender de una homotermia total y con movimientos parsimoniosos, consumen muy poco. Tienen el ritmo metab¨®lico m¨¢s bajo de entre todos los mam¨ªferos no hibernantes.

Sus cuatro c¨¢maras en el est¨®mago suelen estar siempre llenas y su digesti¨®n es extremadamente larga y lenta

Como consecuencia, a los perezosos no les hace falta adquirir mucha energ¨ªa. Su dieta es a base de hojas con un nivel cal¨®rico muy bajo. Mientras otros pasan horas y horas aliment¨¢ndose para suplementar esta deficiencia, el perezoso no gasta mucho tiempo en ello. Energ¨¦ticamente hablando, la b¨²squeda y obtenci¨®n de alimento puede llegar a ser contraproducente. Adem¨¢s, sus cuatro c¨¢maras en el est¨®mago suelen estar siempre llenas. Su digesti¨®n es extremadamente larga y lenta. Se han registrado casos de hasta 50 d¨ªas. Aunque lo m¨¢s frecuente es que suceda una vez a la semana. Entonces, excepcionalmente ante la llamada de la naturaleza, el perezoso abandona los ¨¢rboles para defecar y expulsar el 37% de su masa corporal. Bajar al suelo es peligroso porque se expone ante los depredadores, pero una emergencia es una emergencia.

Sus lentos movimientos no le permiten escaparse o defenderse ante un depredador, pero le ayudan a pasar desapercibido. Esta t¨¢ctica tiene otro punto fuerte. Gracias a unas algas simbi¨®ticas que crecen en su pelaje, pueden camuflarse a¨²n mejor con el entorno. A sus depredadores, como los jaguares o los ocelotes, les cuesta distinguir el objetivo del escenario. Su discreci¨®n y sosiego son causa y consecuencia de su triunfo evolutivo. La mayor¨ªa de animales persiguen o huyen en la lucha por la vida, el perezoso se lo toma con m¨¢s calma.

Historias Naturales es una secci¨®n dedicada a las curiosidades cient¨ªficas de los seres vivos. Una serie de reportajes donde se narran las historias que rodean a la flora y la fauna, desde sus leyendas y lun¨¢ticas concepciones hasta los descubrimientos m¨¢s recientes. Un viaje del mito a la ciencia para descubrir las maravillas del mundo salvaje. El t¨ªtulo de la secci¨®n juega con el plural para convertir la Historia Natural - concepci¨®n cl¨¢sica de Biolog¨ªa - en cuentos, en relatos, en narraciones¡­ en Historias Naturales.