Cuando una monja gana ¡®ironmans¡¯
La determinaci¨®n es una actitud, la fuerza poderosa que nos empuja a conseguir nuestros retos
¡°El ¨²nico error es no intentar¡± dice la hermana Buder. Esta monja cat¨®lica estadounidense empez¨® a correr con 48 a?os. Ten¨ªa sobrepeso, pero se lanz¨® al mundo del deporte tras la sugerencia de un sacerdote para armonizar la mente, el cuerpo y el esp¨ªritu.
A la hermana Buder le pareci¨® un argumento de fuerza y corri¨® sus primeros 10 minutos con un objetivo espiritual y otro pr¨¢ctico: cada d¨ªa aumentar¨ªa un 10% m¨¢s. As¨ª, poco a poco, hasta que a sus 50 a?os termin¨® su primera carrera popular. Le fue cogiendo el tranquillo y con 52 a?os complet¨® su primer triatl¨®n. Y no contenta con ello, dio unos cuantos pasos m¨¢s y a sus 55, consigui¨® su primer ironman, la prueba deportiva m¨¢s exigente para atletas de ¨¦lite (3,86 km de nataci¨®n, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie). Eso ocurri¨® hace varias d¨¦cadas y en 2013 la hermana Buder consigui¨® en Haw¨¢i el r¨¦cord mundial de la persona m¨¢s longeva en terminar un ironman a la friolera de 82 a?os de edad. En la actualidad, lleva sobre sus espaldas 340 competiciones de triatl¨®n y 45 de ellas en la distancia ironman. Gracias a ella, se ha abierto la categor¨ªa de mayores de 80 a?os y, por si fuera poco, es modelo en uno de los anuncios de Nike. Casi nada.
La hermana Buder ha tenido unas cuantas lesiones: se ha roto huesos en brazos, manos, costillas e incluso, la cadera. Pero, ah¨ª sigue al pie del ca?¨®n. Y ?cu¨¢les son las claves de su ¨¦xito (m¨¢s all¨¢ de la dieta y una gen¨¦tica extraordinaria, que ella misma reconoce)? Muy sencillo. Tiene una determinaci¨®n de hierro, por lo que no es de extra?ar que su apodo sea ¡°la monja de hierro¡±.
Para despertar la determinaci¨®n, el primer paso consiste en conectar con nuestro argumento de fuerza, con ese deseo genuino que nos ¡°da la vida"
La determinaci¨®n es la fuerza poderosa, que nos empuja a conseguir lo que queremos. Gracias a ella, nos ponemos el mundo por montera si hiciera falta, con prejuicios incluidos. Seguramente, cuando Buder comenz¨® hace cuatro d¨¦cadas, m¨¢s de uno debi¨® de pensar que era una locura y que era absolutamente imposible que alguien con 82 a?os consiguiera un ironman. Pero la determinaci¨®n consigue romper los ¡°imposibles¡± y lo que es apasionante, todos tenemos esta capacidad. Para despertar esta fuerza, el primer paso consiste en conectar con nuestro argumento de fuerza, con ese deseo genuino que nos ¡°da la vida¡±, como se dice a veces. Si no, es realmente muy dif¨ªcil conseguirlo. Podremos comenzar, pero en la tercera vuelta, tiraremos la toalla bajo mil y una excusas. Para Buder era un objetivo espiritual. Pero cada uno ha de buscar el suyo: por uno mismo, por verse m¨¢s delgado, por dar ejemplo a sus hijos, por lo que sea¡ Pero el deseo solo es la primera parte. La segunda fase es la convicci¨®n.
La hermana Buder se propuso un plan: correr un 10 por ciento m¨¢s cada d¨ªa y entrenar en todo momento que le fuera posible. Ella no practicaba en un centro de alto rendimiento, sino en lugares comunes: va corriendo o en bici a misa, a las casas de acogida y hace nataci¨®n en la piscina popular del YMCA. Es decir, le apasiona lo que hace, monta su propia estrategia de entrenamiento y busca los recursos para conseguir su sue?o. Y eso es lo que la convierte en una mujer con tanta fortaleza.
El ejemplo de Buder nos ense?a algo: si queremos conseguir un objetivo, necesitamos despertar la fuerza de la determinaci¨®n y esto solo se consigue cuando nos conectamos con el deseo profundo y cuando tenemos la convicci¨®n o la estrategia para ello. Solo as¨ª, daremos el primer paso para romper imposibles y para lograr nuestro propio ¡°ironman particular¡±.
Si queremos conseguir un objetivo, necesitamos despertar la fuerza de la determinaci¨®n y esto solo se consigue cuando nos conectamos con el deseo profundo y cuando tenemos la convicci¨®n o la estrategia para ello
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