El abuso del WhatsApp y sus efectos en la comunicaci¨®n juvenil
La hipersocializaci¨®n a trav¨¦s de los 'chats' ha provocado la p¨¦rdida de la informaci¨®n valiosa que transmite nuestra voz o nuestro cuerpo
Los menores de edad est¨¢n m¨¢s conectados que nunca con otras personas, pero a trav¨¦s de un teclado o una pantalla. Cualquier momento del d¨ªa es bueno para mandar mensajes exentos de conversaci¨®n, como emoticonos, fotos o v¨ªdeos. Utilizamos, y mucho, este tipo de comunicaci¨®n cibern¨¦tica. Seg¨²n el ¨²ltimo informe sobre la Sociedad de la Informaci¨®n, Espa?a es uno de los pa¨ªses europeos con m¨¢s dispositivos m¨®viles con conexi¨®n a Internet. Tambi¨¦n es donde las redes sociales se manejan de manera mayoritaria por los j¨®venes de entre 16 y 30 a?os (34%), seg¨²n el ¨²ltimo Estudio de Redes Sociales de IAB Spain (Asociaci¨®n de publicidad, marketing y comunicaci¨®n digital). En esta investigaci¨®n, tambi¨¦n se recoge la media de horas semanales, cinco horas y 14 minutos en las que los usuarios est¨¢n conectados a una de las redes sociales m¨¢s utilizadas por los espa?oles: el WhatsApp (88% de usuarios).
Pero, tanta conexi¨®n, parad¨®jicamente, ¡°implica desconexi¨®n del mundo que rodea a los j¨®venes¡±, explica Carlos Gonz¨¢lez Navajas, coordinador del Departamento de Psiquiatr¨ªa Infantil del Hospital de la Luz en Madrid y del programa de adicci¨®n a las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n (TIC). La hipersocializaci¨®n a trav¨¦s de los chats ha provocado la p¨¦rdida de la valiosa informaci¨®n que transmite nuestra voz o nuestro cuerpo al comunicarnos: un carraspeo nervioso, una cara que se ruboriza, un ce?o fruncido, una mano que estrecha la de su interlocutor. ¡°El desarrollo de las habilidades verbales en los ni?os y j¨®venes, que tan importantes resultan para los seres humanos a la hora de desenvolverse en su entorno social se reduce y empobrece cuando se sustituye la comunicaci¨®n interpersonal por herramientas, como los chats¡±, aclara Gonz¨¢lez.
El investigador estadounidense y experto en comunicaci¨®n, Albert Mehrabian, analiz¨® la influencia que se produce en el interlocutor de un mensaje en cuanto a la informaci¨®n: verbal, vocal (voz, tono) y no verbal. Seg¨²n esta investigaci¨®n, se transmite m¨¢s informaci¨®n en un proceso de comunicaci¨®n, a trav¨¦s del cuerpo, con un 55%, seguida de nuestra voz y su tono, con un 38%, frente al porcentaje m¨¢s bajo, de un 7%, que corresponde a la comunicaci¨®n verbal (solo las palabras). As¨ª es que, los emoticonos son un sustitutivo descafeinado de los gestos y ademanes que utilizamos en la comunicaci¨®n interpersonal.
Los j¨®venes conforman uno de los grupos sociales que m¨¢s ha marcado tendencia y peculiaridades en cuanto a su forma de usar la mensajer¨ªa m¨®vil. Su jerga particular pasa por mensajes como: ¡°kmos a 5 en zine¡±. Abreviaturas, frases inacabadas, faltas de ortograf¨ªa, ausencia de signos ortogr¨¢ficos. Esta forma de utilizar el lenguaje les identifica, pero crea alarmismo porque se traduce en ¡°j¨®venes que no saben escribir y no leen nada. De esta forma, estamos abocados a regresar al paleol¨ªtico comunicativo¡±, como cree el profesor de antropolog¨ªa, Jos¨¦ Luis Molina. No obstante, otros docentes, como Guillermo Fouce, doctor en Psicolog¨ªa, profesor de honor de la Universidad Carlos III y presidente de Psic¨®logos sin Fronteras, opinan que ¡°hay que entender esta forma de comunicaci¨®n entre los adolescentes que chatean como la intenci¨®n de diferenciarse de los adultos; como una forma de rebeld¨ªa¡±.
"El riesgo, tan temido por los padres, de que sus hijos sean enga?ados a trav¨¦s de las redes sociales est¨¢ justificado. Las frases que mandamos a diario a trav¨¦s de nuestras tablets, m¨®viles u ordenadores no siempre describen nuestra personalidad o car¨¢cter de forma real. En primer lugar, porque hay que tener en cuenta que este tipo de mensajer¨ªa inmediata y omnipresente en nuestra cotidianeidad supone un estupendo parapeto para quien lo utiliza como cortina de humo que enmascare su verdadera personalidad, car¨¢cter e intenciones. Explica el psic¨®logo y profesor universitario", dice Guillermo Fouce. No obstante, ning¨²n mensaje tecleado en una pantalla puede igualar la sensaci¨®n e informaci¨®n que nos transmite una mano que se posa en un hombro o un gui?o c¨®mplice de un ojo, acompa?ado de una sonrisa.
Los padres son un reflejo de c¨®mo usar las nuevas tecnolog¨ªas
Los menores tienen a sus mayores como referente de comportamiento en todos sus aspectos vitales. Y el uso de los m¨®viles y las nuevas tecnolog¨ªas que hacen sus padres, tambi¨¦n les sirve de ejemplo. Un menor que observa a su progenitor conectado a todas horas al teclado de su m¨®vil, tender¨¢ a reproducir este tipo de comportamiento compulsivo. Una de las razones de este uso irracional de los dispositivos tecnol¨®gicos para comunicarnos o recibir informaci¨®n es que ¡°las nuevas tecnolog¨ªas nos obligan a la supersocializaci¨®n e hiperconectividad y lo que antes se hac¨ªa menos a menudo, cara a cara o por tel¨¦fono, ahora se hace a todas horas; en cualquier lugar y r¨¢pido, porque nuestro estilo de vida nos obliga a ser esclavos de la inmediatez. Por ello, solemos mandar mensajes sin contenido y absurdos¡±, comenta Jos¨¦ Luis Molina, profesor de antropolog¨ªa social y cultural de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB).
Los adultos tienen la responsabilidad de ense?ar a los ni?os el uso responsable de herramientas como las redes sociales asociadas a la tecnolog¨ªa. La supervisi¨®n de los padres del uso que sus hijos hacen de su conexi¨®n a Internet es fundamental para orquestar su empleo adecuado. ¡°Negociar el tiempo en que el menor tiene luz verde para usar su dispositivo m¨®vil as¨ª como d¨®nde y el modo de hacerlo¡±, explica Gonz¨¢lez. Los l¨ªmites en el uso de Internet son la clave para evitar la p¨¦rdida de las habilidades sociales y comunicativas de ni?os y adolescentes.
Estar atentos a se?ales como: disminuci¨®n del rendimiento escolar, aislamiento, deterioro en la capacidad de comunicaci¨®n y habilidades sociales. En caso de sospechar que el ni?o o adolescente tenga una adicci¨®n a los dispositivos tecnol¨®gicos que le impide relacionarse de manera adecuada con su entorno, consultar con ¡°una unidad especial de psiquiatr¨ªa, sobre la que puede informar el m¨¦dico habitual del menor¡±, aclara Carlos Gonz¨¢lez.
Usar el m¨®vil antes de acostarse afecta a el sue?o de los ni?os
Piense, ?su hijo ve la tele o su tel¨¦fono m¨®vil antes de irse a dormir? Pues seg¨²n los expertos no es lo m¨¢s recomendable. As¨ª lo concluye un estudio, elaborado en la Universidad de Cardiff (Reino Unido) y publicado en el JAMA Pediatrics, que se?ala que "los ni?os que utilizan dispositivos de medios port¨¢tiles con pantallas antes de acostarse tienen m¨¢s del doble el riesgo de dormir un tiempo insuficiente en comparaci¨®n con los ni?os que no tienen acceso. Tambi¨¦n afecta a la somnolencia diurna y la calidad del sue?o". La investigaci¨®n consisti¨® en el an¨¢lisis de 20 estudios que implic¨® a una muestra de m¨¢s de 125.000 menores.?Actualmente, el 72% de los ni?os y 89% de los adolescentes tienen al menos un dispositivo en su entorno de sue?o y la mayor¨ªa lo utilizan cerca de la hora de acostarse.
Los investigadores se?alan, informa EUROPA PRESS, "que el estudio es el primero en consolidar resultados de investigaciones existentes y proporciona una prueba m¨¢s de los efectos perjudiciales de los dispositivos de medios tanto en la duraci¨®n del sue?o como en la calidad".
Se sabe que los trastornos del sue?o en la infancia conducen a consecuencias adversas para la salud f¨ªsica y mental. Entre los resultados perjudiciales a corto y largo plazo est¨¢n la mala alimentaci¨®n, el comportamiento somnoliento, la obesidad y la reducci¨®n de la inmunidad, entre otros".
"Nuestros hallazgos sugieren que se necesita un enfoque integrado que incluya a padres, maestros y profesionales de la salud para mejorar los h¨¢bitos de sue?o cerca de la hora de acostarse", concluyen.
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