Opiniones y presiones
S¨¢nchez demuestra ignorar el papel de un peri¨®dico en una democracia
El ex secretario general del PSOE Pedro S¨¢nchez ha acusado a este peri¨®dico de presionarle para que no formara Gobierno con Podemos y los independentistas y de ser correa de transmisi¨®n de los intereses de los poderes econ¨®micos. No hubi¨¦ramos entrado a desmentir semejante desprop¨®sito si el diario El Mundo no hubiera revelado este martes que, en realidad, los hechos ocurrieron exactamente al rev¨¦s, es decir, que fue S¨¢nchez el que visit¨® al presidente de Telef¨®nica para pedirle que presionara a su favor sobre la l¨ªnea editorial de EL PA?S, de cuya empresa la compa?¨ªa de telecomunicaciones posee un 13% de las acciones.
Esta revelaci¨®n pone de manifiesto la completa ausencia de cultura democr¨¢tica de quien por dos veces ha encabezado, con p¨¦simos resultados, la candidatura electoral de los socialistas.
Ejercer presi¨®n desde el poder pol¨ªtico sobre las empresas y accionistas de medios de comunicaci¨®n, para torcer o manipular sus posiciones editoriales, es algo com¨²n en los reg¨ªmenes autoritarios pero constituye un acto inaceptable que descalifica por completo a quien aspiraba nada menos que a presidir el Gobierno de Espa?a. Si desde la oposici¨®n se permit¨ªa esa clase de licencias, no queremos imaginar qu¨¦ ser¨ªa capaz de hacer S¨¢nchez en este terreno si hubiera obtenido el Gobierno.
Confundir el derecho de los medios de comunicaci¨®n a tener una l¨ªnea editorial y expresarla libremente con el ejercicio de una presi¨®n inmoral e ileg¨ªtima sobre los partidos pol¨ªticos solo puede deberse a la ignorancia acerca del papel de los medios de comunicaci¨®n en una democracia o, peor a¨²n, a una mala fe deliberada al servicio de intereses y estrategias puramente personales.
Las reuniones con directivos de EL PA?S en las que S¨¢nchez particip¨® y en las que asegura que se vio m¨¢s o menos intimidado se realizaron en el marco de los contactos habituales que este peri¨®dico y los dem¨¢s medios de comunicaci¨®n mantienen con los l¨ªderes de todas las formaciones pol¨ªticas, por insignificante que sea nuestra contribuci¨®n, con el objeto de conocer de primera mano sus planteamientos y posiciones.
En dichas reuniones, lejos de presionarle, se le dijo lo mismo que este diario ha manifestado de forma p¨²blica, reiterada y con toda claridad en sus editoriales y que, por tanto, es de sobra conocido por nuestros lectores y la opini¨®n p¨²blica: que, tras los resultados electorales conocidos, un Gobierno alternativo al minoritario del Partido Popular solo era posible desde el punto de vista aritm¨¦tico si contaba con el apoyo no solo de Podemos, sino tambi¨¦n de los partidos independentistas, lo que nos parec¨ªa una soluci¨®n perniciosa para los intereses de los ciudadanos, aunque saciara el apetito personal de S¨¢nchez de ocupar el poder. La ¨²nica presi¨®n visible en esto es la que se deriva de nuestro ejercicio de la libre expresi¨®n.
Los comportamientos posteriores ¡ªen sede parlamentaria y en algunas televisiones¡ª de los se?ores S¨¢nchez, Iglesias y Rufi¨¢n ponen de relieve lo acertado de nuestro an¨¢lisis.
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