Entre el valor y la necesidad
Hay una notable diferencia entre lo que valoramos y lo que necesitamos. Tanta que, en innumerables ocasiones, si lo que necesitamos viene dado y est¨¢ en el territorio de lo habitual y accesible, se da por natural y se vac¨ªa de m¨¦ritos, desplaz¨¢ndose el foco del inter¨¦s hacia otros puntos de referencia.
Muchos pa¨ªses, innumerables ciudades alardean en campa?as publicitarias de la calidad de sus productos, de la sobresaliente naturaleza de sus paisajes o de la condici¨®n y forma de sus restaurantes. Los ministerios y las secretar¨ªas de turismo tienen sobre la mesa los datos, y su lectura no deja lugar a dudas: la gastronom¨ªa es un aliciente, uno de los elementos m¨¢s destacados a la hora de seleccionar el lugar donde pasar las vacaciones, practicar el deporte favorito o celebrar un congreso.
La disonancia se da en el hecho de que las ofertas culinarias con mayor proyecci¨®n en el exterior, esos restaurantes que despiertan el inter¨¦s de la prensa internacional y ayudan a perfilar la impresi¨®n del turista sobre un destino, no siempre son los m¨¢s visitados por parte del p¨²blico local, incluidos los pol¨ªticos y promotores de las mencionadas campa?as. Voy m¨¢s all¨¢: ni siquiera son los que m¨¢s estima levantan en el espacio donde est¨¢n enclavados, aunque se sepan necesarios para formalizar una oferta atractiva para el visitante de fuera.
Baqueano, adem¨¢s de un t¨¦rmino latinoamericano para designar al experto que conoce los caminos y sendas de un lugar, es el nombre de un restaurante bonaerense de cocina creativa. Abri¨® en el a?o 2008 en el barrio de San Telmo, apostando por los productos locales en un pa¨ªs familiarizado con las propuestas encauzadas por el desaf¨ªo de los mercados y con unos ciudadanos complacidos con la calidad de su ganado de origen europeo, estadounidense y asi¨¢tico, criado en la inmensidad de la Pampa. Gabriela y Fernando reman desde entonces contra una corriente con la densidad de un dulce de leche, tratando de filtrar en sus platos y en la conciencia colectiva el valor de las carnes aut¨®ctonas, m¨¢s all¨¢ del omnipresente vacuno, los productos de recolecci¨®n, las hortalizas de los huertos org¨¢nicos y la apuesta por los peque?os productores. El respaldo a su aventura lleg¨® de la mano de otras cocinas idealistas, y no siempre entendidas, como la del brasile?o Alex Atala, el venezolano Carlos Garc¨ªa, los peruanos Virgilio Mart¨ªnez y Pedro Miguel Schiaffino, la boliviana de adopci¨®n Kamila Seidler, o el mexicano Jorge Vallejos, que junto al chileno Rodolfo Guzm¨¢n y el tambi¨¦n brasile?o Rafael Costa, entre muchos otros, dibujan un futuro para Latinoam¨¦rica basado en una tradici¨®n destapada, presentida y posible, que se apoya en la biodiversidad y la conexi¨®n con la tierra.
Y aqu¨ª viene la paradoja: estos restaurantes que est¨¢n anticipando las l¨ªneas de la evoluci¨®n de la alta cocina en sus pa¨ªses, que escalan puestos en la lista del reconocimiento de los aficionados a la gastronom¨ªa, la prensa y la profesi¨®n de todo el planeta, nutren sus mesas de clientes extranjeros. Mientras, como el baqueano, rastrean, muestran la senda a seguir y dejan huellas para que otros los sigan, a pesar de que su valor se ponga muchas veces en entredicho aunque se sepan necesarios.
Pasta de vegetales y almejas
Ingredientes
- 200 gramos de zanahorias
- 6 granos de pimienta
- Sal
- 200 gramos de ajos tiernos
- 300 gramos de calabacines
- 100 gramos de nabo
- 600 gramos de almejas
- 18 gramos de aceite de oliva
- 50 mililitros de vino blanco
- Una rama de perejil
- 2 dientes de ajo machacados
- 2 dientes de ajo picados
- 24 gramos de aceite de oliva
- Perejil picado
- 5 gramos de harina
- 200 mililitros de caldo de almejas
Instrucciones
1. Para la pasta de verduras
Lavar todas las verduras en abundante agua. Pelar las zanahorias y cortarlas en tiras tan finas como sea posible y cocerlas en agua hirviendo con sal y pimienta durante 3 minutos. Enfriar en agua con hielo. Escurrir y reservar. Quitar la primera capa de los ajos tiernos y cocerlos en agua hirviendo con sal y pimienta durante 2 minutos. Enfriar en agua con hielo. Escurrir. Cortar los ajos longitudinalmente a la mitad y separar sus capas. Reservar.
Cortar los calabacines en láminas de uno o dos centímetros y cocer en agua hirviendo con sal y pimienta durante un minuto. Enfriar en agua con hielo. Escurrir y reservar. Pelar los nabos y cortarlos en láminas de uno o dos centímetros. Cortar cada lámina en tiras muy finas. Cocerlas en agua hirviendo con sal y pimienta durante 3 minutos. Enfriar en agua con hielo. Escurrir y reservar.
3. Las almejas
En una sartén caliente, servir el aceite de oliva, los ajos machacados, el perejil y el vino blanco. Agregar las almejas. Tapar. Esperar a que se abran las almejas y retirarlas. Colar y reservar el caldo de las almejas.
4. La salsa verde
En una cazuela, servir el aceite de oliva y agregar los ajos picados. Una vez que estos comiencen a sofreír, agregar la harina y rehogar. Mojar con el caldo de almejas. Hervir. Agregar el perejil. Retirar del fuego y reservar.
5. Acabado y presentaci¨®n
Mezclar todas las verduras y calentarlas en una sartén antiadherente. Agregar la salsa verde y las almejas. Servir en un plato hondo.
Calor¨ªas: El calabac¨ªn tiene un bajo contenido cal¨®rico (21 kilocalor¨ªas por 100 gramos de porci¨®n en crudo), por lo que es ideal para dietas de control de peso.
Vitaminas: Destaca el contenido del calabac¨ªn en vitamina C y potasio. Tambi¨¦n est¨¢n presentes la vitamina B3 y la provitamina A. Esta verdura es rica en fibras.
Acci¨®n diur¨¦tica: Debido a su elevado contenido en agua y en potasio y a la baja presencia de sodio, el calabac¨ªn favorece la eliminaci¨®n de l¨ªquidos.
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