Ciudadano espectador
Abundan los ejemplos que reflejan hasta qu¨¦ punto el juego insustancial es preferible a la verdadera confrontaci¨®n pol¨ªtica
Es bien sabido que vivimos en una sociedad del espect¨¢culo y que, en medio de ese proceso, la pol¨ªtica ha devenido en un ap¨¦ndice m¨¢s del infotaiment, el esc¨¢ndalo y la imagen. La pregunta que cabe hacerse ahora es si hemos dado una nueva vuelta de tuerca en esa direcci¨®n. En este mundo de la pol¨ªtica medi¨¢tica ya no entretiene lo que antes entreten¨ªa: Obama moviendo sus caderas en un reality show o un pol¨ªtico haciendo la t¨ªpica chanza para mostrarse m¨¢s cercano.
El berlusconismo fue una buena constataci¨®n de ello: el pol¨ªtico-animador produc¨ªa ese g¨¦nero del divertimento pol¨ªtico que fue radicalizado con el trumpismo y que ahora aqu¨ª aparece bajo la forma del rufianismo como odio enmascarado de ¡°indignaci¨®n moral¡±. Ese rasgarnos las vestiduras con los discursos moralistas implacables forma parte de un mismo espect¨¢culo pol¨ªtico que es alimentado por todo un establishment medi¨¢tico del que dependen para su supervivencia tanto los pol¨ªticos como los mismos ¡°imag¨®logos¡± y productores televisivos que les dan cancha. Circulan por sus plat¨®s como si fueran estrellas de la cultura popular en forma de v¨ªctimas, bravucones, charlatanes, h¨¦roes, villanos y bufones.
La novedosa mercanc¨ªa pol¨ªtica ha conseguido instalarse en foros que fueron pensados para otros fines. Por ejemplo, Rajoy e Iglesias protagonizaron uno de los ¡°toma y daca¡± m¨¢s ¡°entretenidos¡± del debate de investidura, tal y como rezaba uno de los titulares del d¨ªa siguiente. Ese nuevo humor pol¨ªtico hab¨ªa consistido en bromear con los famosos SMS que Rajoy envi¨® a B¨¢rcenas y que tanto sobrecogieron en su momento a la ciudadan¨ªa. Todo esto refleja hasta qu¨¦ punto el juego insustancial es preferible a la verdadera confrontaci¨®n pol¨ªtica. Y lo que es m¨¢s importante, c¨®mo se traslada esto al papel de la ciudadan¨ªa. Nos hace pensar no solo en los actores, sino tambi¨¦n en los espectadores: ?Es esto lo que exige el p¨²blico? ?Ya solo se excita con la sangre y la bronca? Lo dec¨ªa Sartori: cuando nuestras mentes se simplifican mientras el mundo se hace m¨¢s complejo aparece el hombre pospensamiento, fortalecido en su sentido del ver, atrapado ante la comunicaci¨®n perenne, balbuceante ante cualquier alternativa racional. @MariamMartinezB
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