El precio de la fiebre Q de las cabras holandesas
Trescientos afectados demandan al Gobierno por una zoonosis que ha causado 74 muertes
La fiebre Q desat¨® en 2007 en Holanda la mayor zoonosis del mundo transmitida por cabras. Desde entonces, ha causado 74 muertes y el registro oficial de afectados supera los 4.000. Un grupo de estos, alrededor de 300, todav¨ªa con secuelas, acaban de demandar al Estado por no haber sido protegidos de manera m¨¢s eficiente. En diciembre sabr¨¢n si han ganado. En el peor momento del brote infeccioso, hacia 2011, fueron sacrificados 50.000 ejemplares caprinos en unas 500 granjas intensivas, pero los Ministerios de Sanidad y Agricultura fueron muy criticados. Por dar la sensaci¨®n de que hab¨ªan esperado para no da?ar los intereses econ¨®micos del sector y por retrasar la orden de vacunaci¨®n de la poblaci¨®n en riesgo hasta ese a?o. En realidad, primero, en 2008, se inocul¨® a la caba?a animal. Al final, la crisis caus¨® entre 160 y 300 millones de euros de p¨¦rdidas, seg¨²n los informes de la provincia de Brabante (al sur del pa¨ªs), escenario de los hechos.
La enfermedad no produce s¨ªntomas en los animales, m¨¢s all¨¢ de abortos espor¨¢dicos, aunque s¨ª aparece en la placenta, heces, orina y la leche seca, as¨ª que Agricultura y Sanidad aguardaron hasta asegurarse de que afrontaban una zoonosis. Dicho margen result¨® al final nefasto. La bacteria permanece mucho tiempo en la granja y se libera en el aire, este ¨²ltimo incontrolable. La organizaci¨®n que agrupa a los afectados calcula que un millar sigue padeciendo episodios febriles y cansancio.
Una de las principales quejas de los 300 demandantes, la mayor¨ªa simples vecinos de las granjas, es que no hayan sido compensados como los cabreros. No lo tienen f¨¢cil. El Gobierno de la ¨¦poca encarg¨® un informe que acab¨® exoner¨¢ndole. En esencia, porque no se pudo prever el estallido de una crisis de esta envergadura, cuando la fiebre Q suele cursar como una gripe fuerte. El Ejecutivo s¨ª destin¨® 10 millones de euros para apoyar a los contagiados, muchos de los cuales perdieron su empleo a causa de una fatiga cr¨®nica. Los jueces decidir¨¢n si dicha suma es suficiente.
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