¡°Mi hijo toma cervezas y cubatas, pero como todo el mundo¡±
Hay tanta permisividad social con el alcohol que es dif¨ªcil evitar que los menores lo tomen. Sin caer en el serm¨®n in¨²til, deber¨ªamos buscar formas de conectar con el adolescente
Me pregunta mi editora si en una modesta consulta de pediatr¨ªa de atenci¨®n primaria como la m¨ªa vienen chavales con problemas de alcohol y si se consulta como tal el problema, a ra¨ªz del caso de la ni?a de 12 a?os muerta por intoxicaci¨®n et¨ªlica en un pueblo de Madrid. Llevo un rato d¨¢ndole vueltas y creo que, en mis 30 a?os de profesi¨®n, no me ha consultado nadie por esto. Evidentemente, he atendido en urgencias cogorzas monumentales, pero que unos padres vengan a consultar por qu¨¦ su hijo bebe, no lo recuerdo.
Cuando empec¨¦, hace ya muchos a?os, recuerdo un caso de un padre que acudi¨® a urgencias rurales con unos cuantos chavales. Era mediod¨ªa. Los chicos aseguraban que hab¨ªan estado dando un paseo por el pueblo, cuando una ni?a, sin saber por qu¨¦, se hab¨ªa mareado y perdido el conocimiento. Asustados, llamaron al padre, que no dud¨® en meterla inconsciente en el coche y acudir a la casa del m¨¦dico. Cuando todav¨ªa permanec¨ªa en el coche, me acerqu¨¦ a ver c¨®mo estaba y a intentar sacarla del asiento trasero. La ni?a, de 13 a?os, emiti¨® entonces un ¡°d¨¦jame, co?o¡± con la lengua torpe y con un aliento a cazalla ma?anera que echaba para atr¨¢s. El progenitor se puso colorado como un tomate y no me dej¨® sacarla, me pidi¨® mil perdones y se fue a casa deprisa. Hab¨ªa descubierto el origen del mareo. ?l sab¨ªa c¨®mo actuar en este caso, la dej¨® dormir la mona y al levantarse tuvieron tal bronca que se pudo escuchar en todo el pueblo. Quiz¨¢s la soluci¨®n de este caso no fuera la adecuada, evidentemente. Bofetadas aparte -eran otros tiempos-, predomin¨® la verg¨¹enza y la sensaci¨®n de que estos problemas se solucionan de puertas hacia adentro.
?Qui¨¦n no se ha pillado una mo?a alguna vez en sus tiempos de estudiante? Unas buenas notas que celebrar, el cumplea?os de un amigo ya mayor, una boda familiar de las que terminan con la corbata anudada en la cabeza... La tolerancia al alcohol es amplia en nuestra sociedad, aunque sean bastante frecuentes las muertes por ingesta abusiva, los accidentes de tr¨¢fico por embriaguez o los problemas hep¨¢ticos y mil otros derivados.
Volviendo a la pregunta de mi editora, no recuerdo consultas de ni?os que beben, pero s¨ª es muy frecuente la madre o padre que llega alarmado porque han encontrado a su hijo fumando tabaco, o a lo m¨¢s con un porro en la mochila. Y cuando les preguntas si, adem¨¢s del porro, toma algo, entonces es cuando reconocen que le han visto tomando alguna cerveza o un cubata en las fiestas: "Pero como todo el mundo". Eso no les alarma, parece que si ya tiene bigote o tetas, ?d¨®nde est¨¢ lo raro?
El alcohol es ilegal para los menores de 18 a?os, pero est¨¢ tan metido en la sociedad como el tabaco. En Espa?a, hay m¨¢s bares que librer¨ªas e, incluso, que bancos dir¨ªa yo. Mucha gente bebe y se acepta como cultura el vino o la cerveza. Algunos piden esta ¨²ltima sin alcohol como una forma de seguir estando en "la onda" sin ser mirados mal, ya que cada vez se distingue menos de la habitual aunque sea 0,0. Nuestros hijos nos ven desde muy peque?os celebrar con los amigos o tomar en la comida un vasito de vino o un chupito o copa despu¨¦s.
?C¨®mo neg¨¢rselo a ellos cuando se van haciendo mayores?
La permisividad es muy alta en los hogares, no digamos ya en la calle, donde se vende sin ning¨²n problema y las Administraciones relajan la vigilancia hasta la permisividad total. No soy yo un talib¨¢n antialcohol, ni se me ocurre promocionarlo, pero s¨¦ apreciar un buen vino o una cerveza de autor, que est¨¢n tan de moda ahora. Entonces, ?qu¨¦ estoy criticando en este art¨ªculo?
La forma de beber. El exceso por el exceso, el riesgo adolescente que busca l¨ªmites en donde sea, modas o competencia con sustancias y, ?qu¨¦ mejor que el alcohol barato y a mano? Beber previamente para llegar "a tono" a la reuni¨®n en el parque, no disfrutar de una copa para acompa?ar una conversaci¨®n, sino que la bebida sea el centro de la diversi¨®n. Ahora se sale a ponerse ciego.
Nuestro mensaje cae en el cinismo y la hipocres¨ªa cuando a los j¨®venes les decimos que el alcohol es muy malo, que ni mirarlo, que se esperen a los 18 a?os. Y entonces la sociedad ya les autoriza a empaparse todo lo que quieran, pero mientras tanto nada. Es un mensaje vac¨ªo que va a terreno bald¨ªo. No soy un experto en educaci¨®n, pero quiz¨¢s la concordancia entre lo que se dice y lo que se hace deber¨ªa ser siempre la mejor forma para que nuestros hijos aprendan con el ejemplo y la imitaci¨®n.
?Qu¨¦ se puede hacer para que no vuelva a pasar? Mucho se ha avanzado en el tema del tabaco, ?por qu¨¦ no seguir la misma l¨ªnea?
Administraciones con competencias que apliquen leyes adecuadas de protecci¨®n a la infancia, con vigilancia en los puntos de venta y sanciones reales y dolorosas al distribuidor. Campa?as de concienciaci¨®n desde el ministerio, intervenci¨®n en la sociedad desde los ayuntamientos y centros de salud con h¨¢bitos saludables, actividades deportivas, que no casan bien con tabaco, drogas o alcohol. Espacios de ocio para j¨®venes que aporten algo que hacer en las tardes o noches de salir.
Desde nuestras consultas de atenci¨®n primaria, podemos detectar precozmente esos primeros s¨ªntomas que denotan que alguna adicci¨®n est¨¢ dando sus primeros pasos. Como son los cambios de actitud global tanto en casa como en el instituto: disminuci¨®n del rendimiento escolar, necesidad de salir a la calle a toda costa... Son claves que podr¨ªan darnos las pistas para intuir que hay alg¨²n problema de adicci¨®n presente y que, ante eso, el remedio no es el castigo. A mi parecer, deber¨ªa ir m¨¢s en la l¨ªnea de hablar y dialogar, de ser coherente con lo que les estamos pidiendo y de buscar con ellos otras v¨ªas de ocio.
En los controles y vacunaci¨®n a los 12 y 14 a?os siempre se investiga el uso y abuso de alcohol y otras drogas as¨ª como del tabaco, pero quiz¨¢s podr¨ªamos avanzar algo m¨¢s que con una simple pregunta. Sin caer en el serm¨®n in¨²til y dogm¨¢tico, deber¨ªamos buscar formas de conectar con el adolescente para que podamos detectar estos problemas a esa edad, que es cuando suelen aparecer.
Jes¨²s Mart¨ªnez es pediatra, autor del libro y del blog El m¨¦dico de mi hij@ y director m¨¦dico de Mamicenter.
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