Prosperidad sin m¨¢s emisiones

Por tercer a?o consecutivo, las emisiones globales de di¨®xido de carbono (CO2) se han mantenido estables pese a que la econom¨ªa ha crecido mientras tanto un 3%. Es una gran noticia: por primera vez en la historia el crecimiento econ¨®mico no ha ido acompa?ado de mayores emisiones de gases de efecto invernadero, lo que demuestra que la prosperidad y la defensa del planeta son compatibles.

Entre 2004 y 2013 las emisiones hab¨ªan aumentado a raz¨®n de un 2,3% anual. China, con un 29% del total de emisiones, era el pa¨ªs que m¨¢s contribu¨ªa al calentamiento global, con aumentos del 5,3% de media, pero en 2015 logr¨® reducir las emisiones un 0,7%. Lo mismo ocurri¨® con EE?UU, que el a?o pasado las rebaj¨® en un 2,6%. En ambos casos la mejora se debe a la sustituci¨®n del carb¨®n por otras fuentes primarias de energ¨ªa. En cambio, el aumento del uso del carb¨®n explica que la UE, pese a liderar la lucha contra el cambio clim¨¢tico, haya aumentado en 2015 sus emisiones un 1,4%. Hay que actuar para que esto sea pasajero y podamos volver al objetivo global de reducir un 0,9% anual de aqu¨ª a 2030. Solo as¨ª se lograr¨¢n mitigar los efectos m¨¢s catastr¨®ficos del cambio clim¨¢tico.

Todos estos datos permiten calibrar mejor el peligro que representa que ocupe la presidencia de EE?UU ¡ªresponsable del 15% de las emisiones¡ª un pol¨ªtico que niega el cambio clim¨¢tico. Si, como ha anunciado Donald Trump, Washington se retira del Acuerdo de Par¨ªs, su deserci¨®n tendr¨¢ consecuencias muy graves para todo el mundo; tambi¨¦n para el propio EE?UU, que sufrir¨¢ los efectos clim¨¢ticos y adem¨¢s quedar¨¢ al margen de un asunto b¨¢sico de la gobernanza global. Quienes se queden al margen de la lucha contra el cambio clim¨¢tico corren el riesgo de perder el tren de la innovaci¨®n, algo que las empresas norteamericanas m¨¢s din¨¢micas tienen que tener muy en cuenta. EE?UU no deber¨ªa dar marcha atr¨¢s, pero si lo hace, el resto del mundo debe continuar por el camino trazado en Par¨ªs.