30 a?os de solidaridad e internacionalismo

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'Los ODS y nuestro proyecto de pa¨ªs'

'?Necesitan los pa¨ªses ricos ayuda al desarrollo?'

'?Qu¨¦ deparar¨¢ la nueva legislatura en Espa?a en materia de cooperaci¨®n?'

'?Coopere, ministro Dastis!'

Cumplimos a?os. Tres d¨¦cadas en las que hemos tejido solidaridad entre los pueblos y acompa?ado la pol¨ªtica de cooperaci¨®n. A lo largo de este tiempo hemos avanzado, entre rectas y curvas, de la mano de una realidad internacional, pol¨ªtica y social que ha tenido muy diversas etapas. Tal vez haya quien piense que en este momento no estamos para tirar cohetes. Nosotros, sin embargo, creemos que a pesar de los baches en el camino tenemos mucho que celebrar.

Es cierto: la pol¨ªtica de cooperaci¨®n espa?ola no pasa por sus mejores momentos. Los datos del ¨²ltimo Informe AidWatch, no dejan lugar a dudas: la Ayuda Oficial al Desarrollo se encuentra en el peor momento de su historia. Con un 0,13% de la Renta Nacional B¨¢sica, Espa?a se sit¨²a a la cola de Europa, por detr¨¢s de pa¨ªses como Portugal, Grecia o Estonia. No podemos presumir de la calidad de la ayuda ni tampoco de su transparencia. Con este panorama, ?qu¨¦ celebrar, entonces? A veces, para ver el bosque hay que apartarse, mirar al camino y tomarle el pulso a lo conseguido desde que comenzamos el viaje.

Los inicios

1982. Espa?a a¨²n era receptora de ayuda y, sin embargo, varias organizaciones empezaron a pensar ya en la necesidad de articularse para tener una voz propia en la construcci¨®n de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n. Tras cuatro a?os de conversaciones, en 1986 nace la Coordinadora de ONGD, formando parte de una incipiente cooperaci¨®n espa?ola y enganch¨¢ndose al carro de la Uni¨®n Europea de la mano del Comit¨¦ de Enlace, el predecesor de lo que hoy es la Red de ONGD europea (CONCORD).

Poco a poco se fueron tejiendo los mimbres para impulsar la campa?a del 0,7%. Eran los a?os de la revoluci¨®n sandinista, de la guerra civil en El Salvador, de la ¡°d¨¦cada perdida¡± en Am¨¦rica Latina y del Consenso de Washington. Los noventa se cerraban con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y con la esperanza del nacimiento de una nueva ¨¦poca.

La adolescencia

Las pol¨ªticas de austeridad de los ¨²ltimos a?os han golpeado directamente a la cooperaci¨®n

Poco tiempo despu¨¦s nuestras calles y parques se llenaron de acampadas que exig¨ªan el cumplimiento del 0,7%; la mayor movilizaci¨®n de la historia de Espa?a por la solidaridad y la cooperaci¨®n. La lucha ciudadana consigui¨® que se firmara el Pacto por la Solidaridad por casi la totalidad de los partidos pol¨ªticos.

Mientras tanto, el Consenso de Washington continuaba extendiendo sus tent¨¢culos y generando mayores niveles de pobreza y desigualdad. La movilizaci¨®n ciudadana mundial fue constante y contundente en estos a?os. En Espa?a, la presi¨®n ciudadana fue el caldo de cultivo para el surgimiento de la cooperaci¨®n descentralizada. Una cooperaci¨®n que no tiene referentes en otros pa¨ªses del mundo y que, hoy por hoy y tras m¨²ltiples recortes, inicia una etapa acorde a los tiempos. De esta ¨¦poca son tambi¨¦n el Consejo de Cooperaci¨®n y la propia Ley de Cooperaci¨®n del 98.

La juventud

El cambio de siglo, pareci¨® inaugurar el comienzo de una nueva ¨¦poca. Asistimos entonces al auge de los pa¨ªses emergentes, la ¡°guerra contra el terror¡±, la invasi¨®n de Irak, el reconocimiento del cambio clim¨¢tico como problema acuciante y la expansi¨®n sin l¨ªmites del capitalismo financiero que dio lugar, al final de la d¨¦cada, a la mayor crisis financiera desde los a?os 30.

Fueron a?os en los que no siempre estuvimos de acuerdo sobre c¨®mo enfrentar los retos que nos planteaba la realidad. Pero, al mismo tiempo, seguimos creciendo; esta vez de la mano de las Coordinadoras Auton¨®micas que finalmente se incorporaron como socias de pleno derecho. Su participaci¨®n tuvo mucho que ver en el nacimiento y consolidaci¨®n, en todo el Estado, de la campa?a Pobreza Cero que todav¨ªa hoy es un referente en las movilizaciones contra la pobreza.

El gran logro de esos a?os fue la firma del ¡°Pacto de Estado contra la Pobreza¡± por parte de todos los partidos pol¨ªticos. Lamentablemente, el paso de los a?os, hizo de ¨¦l un mero papel mojado.

La madurez

Las pol¨ªticas de austeridad de los ¨²ltimos a?os han golpeado directamente a la cooperaci¨®n. Con un recorte de un 70%, las consecuencias han sido muy duras principalmente para las personas con quienes trabajamos en otros pa¨ªses y cuyos proyectos hemos tenido que dejar de apoyar. A pesar de los vientos en contra, hemos resistido. El ¨²ltimo Informe del Sector muestra un colectivo que ha sabido redefinirse y mantenerse en momentos complicados.

Tras tres d¨¦cadas de trabajo conjunto contamos con un sector maduro y responsable que se exige mucho a s¨ª mismo. Hemos avanzado en el ¨¢mbito de la responsabilidad y la transparencia construyendo la Herramienta de Transparencia y Buen Gobierno que ya es un referente no solo para las ONG de Desarrollo sino para el Tercer Sector en su conjunto

En el ¨¢mbito internacional, hemos participado activamente en la construcci¨®n de las nuevas propuestas de desarrollo que vienen de la mano de la llamada Agenda 2030. Y seguiremos vigilando para que los gobiernos cumplan lo prometido en ella y este mundo pueda ser un lugar vivible para su poblaci¨®n actual y futura.

Trabajamos con ilusi¨®n y optimismo. Ahora avanzamos junto a otras organizaciones, conscientes de que juntas somos m¨¢s fuertes ante un sistema que maltrata a las personas y a nuestro planeta. Seguiremos avanzando, entre curvas y rectas, con nuestra enorme mochila a las espaldas y un horizonte que nos hace caminar de manera constante. Seguimos.

Andr¨¦s R. Amayuelas es presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo.