Una mazorca de 5.000 a?os cuenta la historia del ma¨ªz
El paso de la mala hierba teosinte al cereal m¨¢s producido del planeta fue un proceso lento y gradual
Una mazorca de 5.000 a?os muestra c¨®mo fue la domesticaci¨®n del ma¨ªz. El an¨¢lisis de su ADN da pistas sobre el proceso que llev¨® a una mala hierba como el teosinte a convertirse en la base alimenticia de Am¨¦rica. Aquella mazorca (tambi¨¦n llamada elote o choclo) era muy diferente del ma¨ªz actual, pero ya portaba los genes del cereal que se ha convertido, seg¨²n la FAO, en el m¨¢s producido del mundo.
El ma¨ªz entr¨® en la dieta de los humanos hace apenas 9.000 a?os. De esa ¨¦poca son los restos encontrados en cuevas del valle del r¨ªo Balsas, en el suroeste de M¨¦xico. La comparaci¨®n gen¨¦tica entre el ma¨ªz actual (Zea mays L. ssp. mays) y su antecesor, el teosinte (Zea mays ssp. parviglumis), confirman que fue por entonces cuando empezaron a divergir ambas plantas. Pero el resto de la historia hasta que el ma¨ªz se convirti¨® en el principal sustento de las grandes civilizaciones americanas apenas est¨¢ escrita.
Ahora, un grupo de investigadores, entre ellos varios mexicanos, ha tenido la rara ocasi¨®n de conseguir una muestra de ADN de una de las mazorcas m¨¢s antiguas de las que se conservan y que por su antig¨¹edad, 5.310 a?os, se coloca en la mitad de la historia. Se trata de la llamada Tehuac¨¢n162, localizada en los a?os 60 por arque¨®logos estadounidenses en una cueva del valle de Tehuac¨¢n, en Puebla (M¨¦xico). Aunque se han hallado elotes a¨²n m¨¢s antiguo, este apenas ha sido contaminado por ADN bacteriano en todo este tiempo. Eso ha permitido a los cient¨ªficos secuenciar su genoma, cuyos resultados acaban de publicar en Current Biology.
Restos arqueobot¨¢nicos y an¨¢lisis gen¨¦ticos muestran que el teosinte y el ma¨ªz se separaron hace 9.000 a?os
"Aunque desde el punto de vista morfol¨®gico, es mucho m¨¢s peque?a, da menos granos y m¨¢s peque?os, Tehuac¨¢n162 ya tiene genes que son importantes en el proceso de domesticaci¨®n del ma¨ªz", dice la investigadora del centro de geogen¨¦tica del Museo de Historia Natural de Dinamarca, y principal autora de la investigaci¨®n, la mexicana Jazm¨ªn Ramos Madrigal. "Uno es el Tga1. Un nucle¨®tido de este gen ha sido relacionado con la presencia de una c¨¢scara dura alrededor del grano. Est¨¢ en el teosinte, pero no en el ma¨ªz y tampoco en Tehuac¨¢n162", a?ade Ramos.
La mazorca parece encontrarse a medio camino. Lo est¨¢ cronol¨®gicamente, lo est¨¢ morfol¨®gicamente (ver imagen superior) y, como recuerda la investigadora mexicana, "desde el punto de vista gen¨¦tico tambi¨¦n est¨¢ en medio". Adem¨¢s del Tga1, este elote ya cuenta con otros genes presentes en el ma¨ªz actual, como los que intervienen en la particular inflorescencia de este cereal, con sus flores rodeando el extremo del tallo, en su reloj circadiano o en el momento de la floraci¨®n. "Otro que est¨¢ presente es el bt2, asociado al almid¨®n, al valor nutricional, del ma¨ªz", comenta Ramos.
Todo ello muestra que el proceso de domesticaci¨®n del ma¨ªz fue lento y gradual. Tambi¨¦n permite ver que la distancia tanto morfol¨®gica como gen¨¦tica entre el ma¨ªz cultivado y el silvestre, el teosinte, es mucho mayor que la que hay entre los otros cereales y sus parientes silvestres.
Sin embargo, Tehuac¨¢n162 a¨²n conserva genes que recuerdan su conexi¨®n con el teosinte. No tiene, por ejemplo, la mutaci¨®n del gen implicado en el dulzor de muchas variedades del ma¨ªz actual y que, por ejemplo, domina en los cultivos de EE UU, principal productor mundial.
M¨¢s misteriosa es la presencia de un gen relacionado con la ca¨ªda de los granos. Una de las manipulaciones humanas m¨¢s importantes de los cereales, si no la que m¨¢s, fue evitar que los granos cayeran una vez maduros. Este mecanismo natural de dispersi¨®n de la semilla complicar¨ªa la cosecha. A diferencia del ma¨ªz actual, como en el trigo o el arroz, el gen responsable de que los granos se queden en la espiga, a¨²n no estaba en Tehuac¨¢n162.
Quiz¨¢ por eso, el ¨¢rbol gen¨¦tico del ma¨ªz tenga una rama rota al llegar a esta mazorca de 5.000 a?os. A diferencia de otras ramas del dendrograma, cuyas variedades fueron creciendo y evolucionando mientras se extend¨ªan por toda Am¨¦rica, perviviendo hasta hoy, la subespecie de Tehuac¨¢n162 no tuvo continuaci¨®n y se extingui¨®.
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