Danzas desde el exilio
Que los j¨®venes refugiados aprendan y se expresen es importante para su bienestar mental y f¨ªsico. La bailarina Luwam lo prueba
Que los j¨®venes refugiados puedan aprender y expresarse mientras se encuentran en el exilio es un aspecto clave para su bienestar mental y f¨ªsico. La prueba viviente de ello es Luwam, una joven eritrea que, antes de huir, lleg¨® a ser el centro de atenci¨®n de su pa¨ªs. Lleg¨® a formar parte del equipo nacional de danza y bail¨® ante funcionarios del Gobierno y miles de civiles durante las celebraciones de la fiesta nacional. "La gente ven¨ªa de diferentes pueblos y ciudades. Las grandes multitudes siempre se reun¨ªan all¨ª. Sol¨ªa realizar las danzas Tigray y Tigrinya para la multitud", recuerda.
Su vida cambi¨® el d¨ªa que ella y su familia se vieron obligados a marcharse a Etiop¨ªa para escapar del mismo Gobierno que la hab¨ªa admirado. La raz¨®n: su padre hab¨ªa sido uno de los 400.000 eritreos obligados a cumplir una sentencia militar indefinida.
En Etiop¨ªa, su vida cambi¨® de manera radical desde el primer instante en que entr¨® a vivir en un campo de refugiados, algo que nunca antes le hab¨ªa ocurrido. ?C¨®mo le ha ido desde entonces? Ella misma explica en este v¨ªdeo c¨®mo su danza ayud¨® a superar obst¨¢culos y vicisitudes.
Este v¨ªdeo es el segundo cap¨ªtulo de una serie sobre Mercy in Motion, una campa?a del Servicio Jesuita a Refugiados con la que pretenden sensibilizar a la poblaci¨®n sobre la situaci¨®n de miles de desplazados y recaudar 35 millones de d¨®lares con el fin de escolarizar a 220.000 ni?os y adultos desde ahora hasta 2020.
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