David Tang, el magnate del mill¨®n de amigos
?ntimo de Carlos de Inglaterra, Fidel Castro y Kate Moss, publica un libro sobre c¨®mo comportarse en sociedad
La modelo Kate Moss lo llama ¡°t¨ªo David¡±, la duquesa de York veranea en su yate, es ¨ªntimo del dirigente cubano Fidel Castro, sale de fiesta con la actriz Sienna Miller, el Papa lo recibe en audiencia... y la lista podr¨ªa seguir y seguir. Quien acu?¨® el dicho ¡°los amigos de verdad se cuentan con los dedos¡± no conoc¨ªa a sir David Tang, el millonario mejor conectado de Reino Unido. El magnate naci¨® en Hong Kong hace 62 a?os, en una familia con una larga tradici¨®n de emprendimiento: su bisabuelo estableci¨® en la colonia un banco que prestaba dinero a cambio de plata, y su abuelo fund¨® una compa?¨ªa de autobuses.
Lang lleg¨® a Cambridge con 13 a?os para estudiar en el internado Perse School. Acab¨® licenci¨¢ndose en Filosof¨ªa y Derecho en el King¡¯s College y durante un par de a?os dio clases en la Universidad de Pek¨ªn. Pero el impulso emprendedor era m¨¢s fuerte que su vocaci¨®n docente, y en 1991 inaugur¨® en Hong Kong su primer China Club, un restaurante y club privado que hoy tambi¨¦n cuenta con sedes en China y Singapur. Tres a?os despu¨¦s, lanz¨® la firma de moda Shanghai Tang, considerada la primera marca china de lujo ¡ªen 2006 se la vendi¨® al grupo Richemont¡ª. El Cipriani de Hong Kong, el restaurante China Tang en el londinense Hotel Dorchester, la compa?¨ªa de distribuci¨®n de habanos The Pacific Cigar Company o la marca de decoraci¨®n Tang Tang Tang Tang, dirigida a la pujante nueva clase media china, son sus otras l¨ªneas de negocio. Adem¨¢s, en 2011 dio el salto a las nuevas tecnolog¨ªas con la web ICorrect.com, ideada para que las celebridades ¡ªalgunas de ellas, sus amigos¡ª puedan desmentir informaci¨®n err¨®nea o falsa publicada sobre ellos en la Red.
Lang es tambi¨¦n un experto en etiqueta, hasta el punto de protagonizar desde hace seis a?os un consultorio en el Financial Times donde resuelve a los lectores cuitas m¨¢s o menos mundanas y comparte an¨¦cdotas de su biograf¨ªa. La columna es el germen de Rules for Modern Life,el libro que acaba de publicar en la editorial Penguin, y en el que aconseja ¡ªo, m¨¢s bien, pontifica¡ª sobre protocolo y buenas maneras.
Tang considera que nuestra sociedad est¨¢ perdiendo las formas, y tiene claro de qui¨¦n es la culpa: ¡°Nuestra obsesi¨®n con los dispositivos m¨®viles hace que prestemos mucha menos atenci¨®n ¡ªo ninguna en absoluto¡ª a los dem¨¢s. Hay que deshacerse del m¨®vil y mirar, escuchar y hablar m¨¢s. Tan simple como eso¡±.
Con casas en Londres, Hong Kong y China, tambi¨¦n es coleccionista de arte, concertista de piano y fil¨¢ntropo. Entre sus proyectos de mecenazgo m¨¢s recientes destaca China Exchange, un foro de intercambio cultural entre China y Reino Unido con sede en Londres donde algunos de sus amigos ilustres se lanzan a dar charlas o conferencias.
Casado en segundas nupcias y padre de dos hijos que ya son treinta?eros, tampoco anda corto de t¨ªtulos: ha sido investido Caballero de la Orden del Imperio Brit¨¢nico, Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y hasta c¨®nsul honorario de Cuba en Hong Kong.
Es f¨¢cil comprender por qu¨¦ su compa?¨ªa resulta tan estimulante. Y aunque no est¨¢ entre las grandes fortunas del mundo, su agenda no tiene precio.
El secreto de la amistad, asegura, es cultivarla (¡°Los mejores amigos solo se crean por ¨®smosis: ambas partes necesitan pasar tiempo juntas, por lo menos 10 a?os¡±) e incluir a un espectro de gente lo m¨¢s amplio y variado posible. ¡°Es la riqueza de conocer experiencias distintas a las tuyas lo que hace que se mantenga el inter¨¦s en cualquier relaci¨®n duradera¡±. dice. Tal vez por eso en ocasiones ha alternado con personajes tan dudosos como Kim Jong-un, el l¨ªder de Corea del Norte, que, seg¨²n cuenta, le dio el tel¨¦fono de su sastre. Sin embargo, hay un individuo al que no traga: Donald Trump. ¡°No deber¨ªa ser presidente ¡ªescribi¨® en el Financial Times¡ª. A juzgar por la decoraci¨®n de sus casas, tiene el peor gusto del mundo¡±.
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