El pacto modesto

Es una tradici¨®n, parte ya del ciclo pol¨ªtico patrio: cada cierto tiempo sale a relucir la necesidad de un ¡°gran pacto por la reforma de la educaci¨®n¡±. No se puede dejar, se argumenta, algo tan importante al vaiv¨¦n, al tira y afloja pol¨ªtico del d¨ªa a d¨ªa. Y es cierto que acordar medidas tiene sus ventajas: cuantos m¨¢s sectores est¨¦n implicados, menos probable es que cuando haya cambio en el poder se deshaga lo andado. Sin embargo, pretender que el debate sobre la educaci¨®n se puede desideologizar es ilusorio, e incluso contraproducente para el objetivo de la continuidad.

No hay razones para pensar que las preferencias de los ciudadanos en torno a la educaci¨®n est¨¦n perfectamente alineadas. Ni que vayan a estarlo jam¨¢s. Ignorar este extremo podr¨ªa llevar a un efecto ¨¢rbol de Navidad, en el que cada lado intentar¨ªa colgar su fetiche particular a la reforma, a riesgo de que el invento se venga abajo. Al contrario, el objetivo deber¨ªa ser sentar una base com¨²n sobre la cual se pueda construir en distintas direcciones sin poner en peligro los cimientos. Por ejemplo, apostando por una aproximaci¨®n curricular basada en competencias transversales que garanticen que, al terminar el periplo escolar, cada persona podr¨¢ escoger con la mayor libertad y autonom¨ªa posible su camino en la vida, antes que intentar cargar al alumno con un sinf¨ªn de habilidades espec¨ªficas de utilidad incierta.

Es importante subrayar esto precisamente hoy cuando, por primera vez, la configuraci¨®n parlamentaria asegura que cualquier reforma deba ser, s¨ª o s¨ª, negociada y acordada por tres de los cinco grandes bloques parlamentarios (PP, PSOE, UP, Ciudadanos, nacionalistas). As¨ª se prev¨¦ con una eventual sustituci¨®n de la LOMCE.

Le dec¨ªa Calvin a Hobbes en una de sus tiras c¨®micas que ¡°un buen acuerdo siempre deja a todo el mundo insatisfecho¡±. Es esta una m¨¢xima de sistemas multipartidistas donde las reformas sobreviven a la legislatura de turno. Parad¨®jicamente, la insatisfacci¨®n parcial hoy lleva a la posibilidad de construir ma?ana sin necesidad de dinamitar el pasado pieza a pieza. Mejor pactos modestos, pero bien fundados. @jorgegalindo.