El m¨®vil dispara contra la malaria
Un proyecto espa?ol que simplifica el diagn¨®stico de la enfermedad recibe el premio europeo de investigaci¨®n responsable
En el coraz¨®n de una Europa a¨²n conmocionada por las sacudidas pol¨ªticas del Brexit y la elecci¨®n de Trump, un nuevo movimiento reclama otra forma de hacer ciencia, que la acerque m¨¢s a la sociedad y a sus necesidades. Es el caso de proyectos como el espa?ol MalariaSpot, que usa videojuegos para el diagn¨®stico colaborativo de la malaria, y acaba de recibir en Bruselas el premio europeo para la Investigaci¨®n e Innovaci¨®n Responsable.
El videojuego, disponible online y en apps para Androd e iOS, recluta a voluntarios para colaborar en la tarea m¨¢s cr¨ªtica del diagn¨®stico de la enfermedad. "Combinando estad¨ªsticamente los resultados de 20 jugadores logramos la misma precisi¨®n que un experto microscopista que analiza una muestra de sangre en busca de par¨¢sitos de la malaria", explica Miguel Luengo Oroz, fundador de MalariaSpot en la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, que demostr¨® esta eficacia en un estudio publicado en el Journal of Medical Internet Research.
"Detectar Plasmodium [par¨¢sitos de malaria] en muestras de sangre es bastante sencillo para un especialista con el material adecuado. El problema es que no hay suficientes expertos ni microscopios para detectar una enfermedad con m¨¢s de 200 millones de casos al a?o en todo el mundo", explica Luengo. Frente a la dificultad a?adida de llegar a zonas remotas de pa¨ªses en desarrollo, su proyecto ha encontrado una soluci¨®n que lleva el diagn¨®stico adonde llegue un smartphone con conexi¨®n a Internet. Fue esa idea la que sedujo al jurado del premio, concedido por un grupo de fundaciones europeas y promovido por la Obra Social de La Caixa.
"La ciencia no ha de ser solo cosa de los cient¨ªficos", dice?Ignasi L¨®pez Verdaguer, de la Obra Social de La Caixa
En junio de 2015, Luengo y su equipo lograron completar el proceso en Manhi?a (Mozambique). All¨ª tomaron im¨¢genes de la sangre de posibles pacientes mediante un esc¨¢ner conectado a un tel¨¦fono m¨®vil y las subieron a la nube, donde se distribuyeron entre los jugadores m¨¢s activos de su comunidad de m¨¢s de 100.000 usuarios en m¨¢s de 100 pa¨ªses. Combinando con algoritmos de inteligencia artificial los resultados de los cazadores virtuales de par¨¢sitos Plasmodium, el resultado de los an¨¢lisis lleg¨® de vuelta a Mozambique en 20 minutos, que es el tiempo que dedica un especialista a esa misma tarea.
Crowdfunding para convertir el m¨®vil en microscopio
"La inteligencia colaborativa nos permite democratizar y abaratar el diagn¨®stico", explica Miguel Luengo, quien descarta por ahora delegar toda esa tarea en un software de inteligencia artificial, "pues el ojo humano a¨²n tiene m¨¢s capacidad para reconocer formas. S¨ª contemplamos en el futuro un sistema h¨ªbrido, en el que las personas entrenen a las m¨¢quinas para detectar los par¨¢sitos".
De momento, el gran obst¨¢culo est¨¢ en el hardware: conseguir fabricar un esc¨¢ner de bajo coste para acoplarlo a cualquier tel¨¦fono m¨®vil actual y convertirlo en un potente microscopio. Su estrategia es usar componentes t¨ªpicos de electr¨®nica de consumo y piezas producidas mediante impresi¨®n 3D. Para completar el desarrollo de este dispositivo, el equipo de MalariaSpot prepara una ambiciosa campa?a de crowdfunding, con la que espera vender la primera generaci¨®n de su esc¨¢ner en torno a los 1.000 euros (diez veces m¨¢s barato que los modelos actuales) a centros educativos y laboratorios de investigaci¨®n biom¨¦dica del primer mundo.
"Nuestro sue?o es llegar a implicar a sistemas p¨²blicos de salud", afirma Luego, quien lamenta "los problemas para conseguir financiaci¨®n de proyectos tan multidisciplinares como el nuestro, que dif¨ªcilmente encajan en las convocatorias". Para el fundador de MalariaSpot, el premio europeo de Investigaci¨®n Responsable (dotado con 20.000 euros), es un "gran reconocimiento al fin social del proyecto" y una inyecci¨®n econ¨®mica que al menos les garantiza poder afrontar el siguiente paso: la fase de crowdfunding.
Investigaci¨®n e innovaci¨®n responsables
Identificar y potenciar estos ejemplos de ciencia responsable ha sido uno de los grandes objetivos del proyecto europeo RRI Tools, liderado por la Obra Social de La Caixa y cuya conferencia final se ha celebrado en Bruselas. Para Ignasi L¨®pez Verdaguer, coordinador de esta iniciativa para promover la Investigaci¨®n e Innovaci¨®n Responsables (RRI, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s), "la meta es conectar m¨¢s a la ciencia con los valores y las necesidades de su sociedad".
En los tres a?os del proyecto RRI Tools (2014-2016), 26 instituciones de 30 pa¨ªses europeos han formado una comunidad de m¨¢s de mil profesionales que defienden una idea m¨¢s abierta e inclusiva de la investigaci¨®n. "La ciencia no ha de ser solo cosa de los cient¨ªficos. Adem¨¢s hemos buscado integrar en el proceso a la comunidad educativa, a responsables de pol¨ªticas cient¨ªficas, a la industria y comercio y a entidades de la sociedad civil", explica L¨®pez Verdaguer, para quien "estos actores deben trabajar juntos e ir m¨¢s all¨¢ de los intereses tradicionales que mueven la ciencia y la innovaci¨®n, como son las publicaciones en revistas de alto impacto y los beneficios de las grandes multinacionales".
Para Kurt Vandenberghe, representante de la Direcci¨®n General de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n de la Comisi¨®n Europea, no se trata de un cambio radical en el sistema cient¨ªfico, que ha de seguir buscando la excelencia: ¡°La excelencia nunca se comprometer¨¢, pero eso no significa que los cient¨ªficos puedan vivir en una torre de marfil". Para evaluar el impacto de una investigaci¨®n hay que tener en cuenta su repercusi¨®n social, adem¨¢s de su publicaci¨®n en revistas de alto impacto, seg¨²n Vandenberghe, que concluye: "La ciencia debe evolucionar en estos tiempos cambiantes".
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