Mi mascota manda m¨¢s que yo
1. El ¡®boom¡¯. Una industria imparable? (Ver gr¨¢fico)
Desde la alimentaci¨®n hasta servicios de spa, de peluquer¨ªa, de masaje, manicura¡ Los animales de compa?¨ªa mueven un gran negocio./
Por Sara Cuesta/
Mar Rib¨¦, dise?adora gr¨¢fica de 35 a?os, se dirige al altar. Lleva un vestido rosado y camina del brazo de su padre, Joan. En la mano izquierda, ¨¦l sostiene en una correa a una peque?a cocker con un vestido id¨¦ntico al de la novia. El mismo color, las mismas telas, el mismo dise?o. Rib¨¦ siempre so?¨® con que, el d¨ªa de su boda, su perra Sheera llevar¨ªa los anillos. Sus m¨¢s allegados lo saben. Pero la escena supera todas las expectativas. ¡°La gente alucin¨®. ?Apuntaron con sus c¨¢maras y tel¨¦fonos al suelo para fotografiar a Sheera en vez de a m¨ª!¡±, recuerda hoy Rib¨¦ mientras ense?a el ¨¢lbum de su boda, celebrada en septiembre./
¡°Ya en tiempo inmemorial, la aristocracia agasajaba a sus animales de compa?¨ªa¡±, recuerda el psic¨®logo Stanley Coren, profesor en la Universidad de Columbia Brit¨¢nica en Vancouver (Canad¨¢) y experto en comportamiento animal. ¡°Si tenemos en cuenta la tendencia a tratar a las mascotas como hijos, se entiende que en las actuales sociedades desarrolladas se gaste cada vez m¨¢s dinero en productos y servicios para mimarlas¡±./
En realidad, la devoci¨®n por las mascotas hoy ya no es solo cosa de ricos. La explosi¨®n de la industria de los animales de compa?¨ªa se ha convertido, de hecho, en un indicador del crecimiento de las clases medias en el mundo, en particular en Am¨¦rica Latina y Asia. Solo en comida, el sector mueve m¨¢s de 51.000 millones de euros al a?o.
El vestido de Sheera para acompa?ar a Mar Rib¨¦ al altar cost¨® 95 euros y fue dise?ado a medida en Caninetto, una sastrer¨ªa para mascotas del barrio del Raval (Barcelona). Hace ya tres a?os que Edgard Gil y su pareja, Haritz Aramendi, montaron su peque?a tienda taller. Decenas de diminutos abrigos y camisetas de colores cuelgan de sus estanter¨ªas. Mar Rib¨¦ y su entonces prometido, Germ¨¢n Tello, recorrieron hasta en cuatro ocasiones el centenar de kil¨®metros que les separa del local para las pruebas del vestido de Sheera. ¡°Mi madre me dec¨ªa que estaba m¨¢s preocupada de su traje que del m¨ªo¡±, cuenta Rib¨¦. ¡°Y, claro, cada vez que ¨ªbamos, Germ¨¢n ten¨ªa que quedarse fuera de la tienda. Porque si ve¨ªa el vestido de Sheera, iba a saber c¨®mo era el m¨ªo¡±./
¡°si tenemos en cuenta la tendencia a tratar a las mascotas como hijos, se entiende el gasto cada vez mayor en mimarlas¡±.
Rib¨¦ viaja habitualmente por trabajo a Nueva York, y recuerda que all¨ª las celebraciones como la suya est¨¢n normalizadas. Estados Unidos es pionero en el desarrollo de nuevos servicios para el cuidado de animales de compa?¨ªa y tambi¨¦n su principal mercado. El pa¨ªs factur¨® en 2015 unos 56.000 millones de euros ¨Cel doble que hace 10 a?os¨C, seg¨²n la Asociaci¨®n Estadounidense de Productos para Mascotas. Le sigue de lejos Europa, con 30.000 millones de euros y un crecimiento anual del 1,8%, de acuerdo con los datos de la Federaci¨®n Europea de la Industria de Comida para Mascotas. (Ver gr¨¢fico)./
La sastrer¨ªa de Gil y Aramendi naci¨® impulsada por esa demanda. ¡°Sab¨ªamos que el sector no paraba de crecer¡±, explican. Los dos primeros a?os fueron duros, pero en 2015 se embolsaron 60.000 euros de beneficios. Y subiendo. ¡°Nuestra capacidad de evolucionar no depende de que crezca el sector en Espa?a, sino de que lo haga internacionalmente¡±, dice la pareja, que acaba de cerrar un acuerdo para comercializar su firma en Nueva York. A largo plazo, sus ojos est¨¢n puestos en Am¨¦rica Latina, donde el a?o pasado se registr¨® un gasto de m¨¢s de 8.200 millones de euros en un sector que crece imparable: entre un 11% y un 13% cada a?o (sobre todo en M¨¦xico, Brasil o Argentina), seg¨²n datos de Euromonitor./
Este crecimiento exponencial tambi¨¦n ha conquistado el sector del lujo, que se ha sumado al boom de las mascotas. Grandes firmas de moda como Louis Vuitton y Gucci tienen sus propios modelos de bolsos para transportarlas. Adolfo Dom¨ªnguez ha creado una l¨ªnea de ropa canina y Swarovski cuenta con una gama de collares y joyas. En 2015, los accesorios espec¨ªficos generaron m¨¢s de 460 millones de euros en pa¨ªses como Jap¨®n y m¨¢s de 6.500 millones en Europa. ¡°Las personas han decidido que sus necesidades son las de sus animales y, en ese sentido, tal vez podr¨ªamos hablar de un trato antropom¨®rfico¡±, sostiene Miguel Ib¨¢?ez, profesor de etolog¨ªa y bienestar animal en la Universidad Complutense de Madrid. En grandes ciudades como Los ?ngeles, Tokio o Dub¨¢i proliferan hoteles y resorts de lujo para uso y disfrute de animales. Muchos incluyen tratamientos exclusivos como manicura o spa. En 2015, EE UU factur¨® 5.000 millones de euros en el mercado de estos alojamientos y servicios que tambi¨¦n empiezan a calar en Espa?a. Sobre todo en urbes como Barcelona o Madrid./
Nicol¨¢s Herrero tiene una peluquer¨ªa con spa en el madrile?o barrio de Malasa?a. Un martes por la ma?ana atiende a uno de sus clientes habituales. Se llama T¨ªbet?y es un peque?o shih tzu con dermatitis al¨¦rgica que acude semanalmente para recibir un ba?o con ozono que hidrata su piel. ¡°Atendemos entre 80 y 100 perros cada mes¡±, dice Herrero. ¡°La mayor¨ªa viene a la peluquer¨ªa, aunque cada vez m¨¢s clientes solicitan el spa¡±. T¨ªbet?asoma la cabeza entre la espuma de la ba?era plateada y permanece inm¨®vil durante los 25 minutos de tratamiento. A continuaci¨®n: secar, cortar y peinar. El servicio completo cuesta 45 euros. O m¨¢s, seg¨²n el tama?o del animal./
Cerca de este spa, hay una tienda de reposter¨ªa para mascotas: Miguitas. Los brownies de h¨ªgado de pollo y las tartas de salm¨®n empiezan a salir del horno durante la ma?ana de un jueves. Cuando su propietaria, Charo Hern¨¢ndez, abre este local, un labrador negro tira ansioso de la correa y arrastra a su due?a hasta el interior. ¡°Esto nos pasa constantemente¡±, r¨ªe Hern¨¢ndez. ?El secreto de sus chuches? Est¨¢n elaboradas con productos naturales. ¡°El animal las saborea y son un complemento nutricional para los piensos procesados, que tienen muchas carencias¡±. La alimentaci¨®n es el sector que m¨¢s dinero mueve en esta industria. Solo en Espa?a, 884 millones al a?o, seg¨²n informan desde la compa?¨ªa de alimentaci¨®n para perros y gatos Affinity, de acuerdo con datos recogidos por la consultora Nielsen. Sonia Serra, dise?adora de moda de 27 a?os, compra men¨²s especiales para su galgo Buppy, que padece alergias alimentarias. ¡°Vale cuatro veces m¨¢s que un pienso de marca blanca, pero me compensa por lo que me ahorro en veterinarios¡±. Ella y su pareja destinan unos 1.500 euros cada a?o en mantener a su perro. La cifra pr¨¢cticamente duplica los 817 euros de gasto medio que calcula el Ministerio de Agricultura, y se aproxima cada vez m¨¢s al de EE UU (2.000 euros)./
Con m¨¢s de 284 millones de mascotas en el continente europeo, los crematorios y cementerios espec¨ªficos se abren un hueco en el mercado.
Ese montante incluye actividades de ocio que acaban convertidas en tendencia, como el doga: yoga con perros. Surgi¨® hace cinco a?os en Nueva York, de la mano de la profesora Suzi Teitelman, que reinterpret¨® este deporte para incluir a su mascota. Sus v¨ªdeos online extendieron su pr¨¢ctica a todo el mundo. En enero, Hong Kong bati¨® el r¨¦cord Guinness por la clase de doga m¨¢s numerosa de la historia (270 parejas perro-due?o). La educadora canina Patricia Guerrero la ha importado a un centro de yoga de Barcelona. ¡°El objetivo es encontrar ese momento de conexi¨®n entre la persona y su perro¡±, explica Guerrero. Al terminar la sesi¨®n, amo y mascota permanecen abrazados en un aparente estado de relajaci¨®n./
Miguel Ib¨¢?ez insiste desde la Universidad Complutense en que, si bien la intenci¨®n es buena, estas nuevas actividades y servicios no dejan de ser ¡°una interpretaci¨®n humana¡±. Algo que se evidencia tambi¨¦n en los rituales por la muerte del animal. Con m¨¢s de 284 millones de mascotas en Europa, los crematorios se abren hueco en el mercado. ¡°Espa?a arranc¨® un poco m¨¢s tarde que sus vecinos, pero ahora se abre uno cada semana¡±, explica Ruud van Beurden, gerente de Funeral Products Spain. Cremascota se fund¨® en 2011 en Alcorc¨®n (Madrid). Un viernes por la tarde, Raquel y Sergio L¨¢zaro, hermanos y socios del negocio, atienden a las visitas. Uno de sus servicios estrella son los velatorios (el 40% de clientes lo piden). ¡°Duran 30 minutos¡±, explica Sergio L¨¢zaro, quien trata los cuerpos. ¡°Lo lavo, lo seco, lo peino y lo coloco en el expositor, como si durmiese¡±. Al otro lado del cristal, la familia se despide. Por el crematorio pasan entre 100 y 150 animales al mes. El precio oscila entre los 235 y los 340 euros. Fuera de tarifa, pueden a?adirse souvenirs./
Otros prefieren el entierro. La creaci¨®n de cementerios para mascotas se remonta al siglo XIX en ciudades como Nueva York (1896) o Par¨ªs (1899). En Espa?a no se fund¨® el primero hasta 1983. En un enorme pinar de Arganda del Rey (Madrid), un letrero anuncia: El ?ltimo Parque. Los fines de semana abre para las visitas. Entre los 33.000 metros cuadrados de tumbas, un matrimonio de jubilados, Isabel y Nicol¨¢s, retiran las hojas secas que cubren la de su mascota, Tekkel. ¡°Muri¨® hace 5 a?os. Estuvo con nosotros 16¡±. Sobre la l¨¢pida hay un poema plastificado que escribi¨® su hija. A unos metros de all¨ª, Mar¨ªa Jos¨¦ pega con celof¨¢n dos rosas frescas sobre la l¨¢pida de su perrita, como cada s¨¢bado desde que falleci¨®, hace 21 meses. Las fosas oscilan entre los 200 y los 6.000 euros, en funci¨®n del tama?o, la ubicaci¨®n y los materiales. La cuota anual de mantenimiento es de 60 euros. Cuando decidieron abrir este recinto, varios Ayuntamientos tomaron por locos a sus fundadores. Hoy son los Gobiernos locales y auton¨®micos los que proponen la creaci¨®n de estos cementerios. En Estados Unidos van m¨¢s all¨¢. El pasado octubre, el Estado de Nueva York aprob¨® una normativa que permitir¨¢ a los due?os de mascotas compartir fosa con ellas. Otro sue?o de Mar Rib¨¦. ¡°Guardo en casa las urnas con las cenizas de todos mis animales. Espero que entierren mis cenizas con las suyas¡±./
Excentricidad para unos, evoluci¨®n para otros. Las mascotas se han convertido para muchas personas en el eje de sus vidas. Una guinda a este pastel es el nuevo programa televisivo Amores perros, cuyos concursantes buscan el amor a trav¨¦s de sus mascotas. Los participantes se conocen en compa?¨ªa de sus perros. La conexi¨®n humana queda en un segundo plano y a merced de la afinidad que surja entre los animales. Si en Qui¨¦n quiere casarse con mi hijo las madres jugaban un papel concluyente en la determinaci¨®n final de los concursantes, ahora ser¨¢n sus mascotas las que decidan por ellos. Al menos por el momento, van ganando la partida./
2. El debate. Sentimientos animales
Ya son un miembro m¨¢s de la familia. En las zonas urbanas cada vez compartimos m¨¢s espacios con ellos. ?Hasta d¨®nde pueden llegar sus derechos? /
Por Mar¨ªa Herv¨¢s/
E s domingo por la ma?ana y un grupo de vecinos de Trigueros del Valle (Valladolid) se ha saltado la misa de 12.00 para pasear a sus mascotas por las inmediaciones de la Plaza Mayor. Es tal su predilecci¨®n por perros y gatos que el Ayuntamiento los ha declarado vecinos no humanos. S¨ª, ciudadanos bajo tutela municipal que tienen derecho a vivir con dignidad, sin sufrimiento. ¡°De hecho, ya le hemos retirado un perro a un pastor, por maltrato¡±, explica Pedro J. P¨¦rez Espinosa, el alcalde, del PSOE. Trigueros, un pueblo de 400 habitantes, a 50 kil¨®metros de Tordesillas y de su pol¨¦mico Toro de la Vega ¨Cque se ha librado este a?o de su tradicional muerte alanceado por los mozos¨C, ha sido el primer municipio espa?ol en conceder la vecindad a las mascotas. Todo un indicio de que la manera de tratar a los animales de compa?¨ªa est¨¢ cambiando radicalmente. Incluso se les considera un miembro m¨¢s de la familia al que se cuida, viste y mima. En ocasiones, hasta l¨ªmites insospechados. Dice el fil¨®sofo Fernando Savater que la mascota acaba siendo un ¡°reflejo del narcisismo del due?o¡±. Su humanizaci¨®n tampoco es un fen¨®meno nuevo: se ha dado a lo largo de los siglos. Lo que s¨ª es noticia es que un tercio de los espa?oles considera ya a su perro o gato m¨¢s importante que a sus amigos, seg¨²n la Fundaci¨®n Affinity, que promueve el papel de los animales en la sociedad./
?De d¨®nde nace esta fiebre por las mascotas? El psic¨®logo estado?unidense Harold Herzog, autor del libro sobre animales Some we love, some we hate, some we eat (Algunos a los que amamos, odiamos y comemos), lo explica as¨ª: ¡°Cada vez estamos m¨¢s solos. Las personas se casan tarde o no lo hacen, tienen pocos ni?os o viven m¨¢s a?os. Esa soledad se acrecienta en las urbes, tan alejadas de las comunidades rurales, donde la gente conoce a sus vecinos y vive rodeada de familia¡±. Esa p¨¦rdida de contacto con el campo y la aparici¨®n de una fauna urbana, compuesta principalmente por mam¨ªferos domesticados, han creado un imaginario en el que ¡°la naturaleza es buena y pac¨ªfica¡±, seg¨²n el fil¨®sofo franc¨¦s Francis Wolff./
Los dibujos animados, el cine y la publicidad han potenciado esta imagen. ¡°En un mundo regido por el sentimentalismo, hemos acabado convirtiendo a las mascotas en una especie de dioses buenos¡±, a?ade Savater. ¡°No olvidemos que un animal no te traiciona, un amigo s¨ª. Tampoco te juzga. Le da igual que seas una limpiadora o el presidente del Gobierno¡±, defiende la profesora Blanca Lozano desde su despacho en la Facultad de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, decorado con p¨®steres de perros. Pero el amor por los animales, llevado al l¨ªmite, puede llegar a comprometer su bienestar como especie./
¡°Hay que ser consciente de que podemos ocasionarles da?os f¨ªsicos y psicol¨®gicos. Hace poco, una se?ora me dijo que a su perro le sentaba mal el cocido¡±, se?ala Carmen Castro, psic¨®loga especializada en comportamiento canino. ¡°Cuando uno empieza a decir esas cosas, deber¨ªan saltar las alarmas¡±. Ella no sienta a sus pacientes en un flamante sill¨®n de cuero. Su consulta es un terreno bald¨ªo a las afueras de Getafe donde corretean una veintena de perros. Una de las principales dolencias que sufren sus pacientes es ansiedad por separaci¨®n. ¡°Estamos tan pendientes de ellos que cuando les dejamos solos lo pasan fatal¡±. A la entrada del recinto, un cartel blanco con letras azules tiene escrito el nombre de Hydra, asociaci¨®n de asistencia y terapia con animales en la que trabaja Castro junto a una et¨®loga y una soci¨®loga./
Una ma?ana oto?al, Isabel Mar¨ªa P¨¦rez, estudiante de contabilidad y finanzas, viene a Hydra a recoger a su perro. Llevan 15 d¨ªas separados por prescripci¨®n m¨¦dica. La joven, de 21 a?os, no aguantaba el comportamiento agresivo de Darko. ¡°Como cualquiera, humanic¨¦ al perro. Le trat¨¢bamos como si fuera el rey: com¨ªa en la mesa con nosotros, dorm¨ªa bajo nuestra cama. Cuando no consegu¨ªa lo que quer¨ªa, empezaba a ladrar. Y asustaba a la gente¡±. Seg¨²n la Fundaci¨®n Affinity, los problemas de comportamiento se han convertido en uno de los motivos m¨¢s recurrentes de abandono en Espa?a. Solo el a?o pasado, las sociedades protectoras recogieron a casi 138.000 perros y gatos. ¡°Resulta b¨¢sico entender las necesidades de cada especie¡±, recuerda Alex Kacelnik, profesor de ecolog¨ªa del comportamiento animal de la Universidad de Oxford. Y a¨²n m¨¢s cuando se trata de un ejemplar ex¨®tico. ¡°La gente ya vive hasta con ara?as. Es curioso, porque cuanto m¨¢s alejado est¨¦ el animal de nuestra escala biol¨®gica, mayor dificultad habr¨¢ de relacionarse con ellos¡±, argumenta Miguel Delibes de Castro, exdirector de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana. La moda de pasear con un cerdo vietnamita como el de George Clooney puede simbolizar un estatus social. ¡°El animal se concibe como algo tuyo, en propiedad. Y como cualquier otro bien puede llegar a ser un indicador de riqueza¡±, sostiene la antrop¨®loga mexicana Ana Cristina Ram¨ªrez./
En pa¨ªses como Estados Unidos hay casi tantas mascotas (305 millones) como n¨²mero de habitantes (324 millones). Unos 75 millones de hogares europeos viven con animales de compa?¨ªa. Y en Latinoam¨¦rica, el boom no ha hecho m¨¢s que empezar: solamente Brasil, M¨¦xico, Argentina y Chile contabilizan 200 millones, seg¨²n la consultora Euromonitor. (Ver gr¨¢fico). ¡°En la mayor¨ªa de sociedades occidentales tenemos las necesidades b¨¢sicas garantizadas. La gente empieza a luchar por otras causas, como puede ser la animalista¡±, piensa Jes¨²s Zamora Bonilla, catedr¨¢tico de la ciencia de la UNED./
Los expertos en derecho animal sostienen sin embargo que es la propia ciencia la que ha constatado que los animales son seres sintientes, por lo que s¨ª es necesario establecer unas normas m¨¢s adaptadas a sus necesidades. Tratados como el de Lisboa o el propio C¨®digo Civil de Francia ya los reconocen como ¡°seres vivos sensibles al dolor¡±. Espa?a a¨²n no ha dado ese paso, pero s¨ª ha endurecido las penas por maltrato en la ¨²ltima reforma del C¨®digo Penal. El vertiginoso desarrollo de esta rama legal ha originado que ya existan tribunales que han concedido el habeas corpus (instrumento jur¨ªdico que reconoce el derecho a no ser privado de libertad sin una acusaci¨®n formal) a varios simios. La ¨²ltima en conseguir ese derecho humano ha sido Cecilia, chimpanc¨¦ de un zoo de Argentina. ¡°El conocimiento cient¨ªfico sobre la cercan¨ªa gen¨¦tica de los animales ha reducido la brecha que hay entre ellos y nosotros¡±, defiende Pablo de Lora, profesor de filosof¨ªa del derecho de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Esa proximidad hace que cada vez sean m¨¢s los que defienden que no es ¨¦tico comer productos derivados de los animales, como lo demuestra el auge del veganismo./
Laia Royo, secretaria del Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA), contesta al correo de una se?ora que le pregunta c¨®mo poner una denuncia an¨®nima por explotaci¨®n animal. ¡°Imposible, necesita identificarse¡±, dice mientras Gertrudis, su perrita de raza shih tzu, permanece recostada a sus pies. Su mesa est¨¢ colocada en el recibidor de la sede del partido animalista, un piso de unos 65 metros cuadrados en el n¨²mero 11 de la madrile?a y c¨¦ntrica calle de Preciados. A la entrada, un enorme cartel muestra el logo del partido, ilustrado con la silueta de un toro y un pajarito verde. ¡°No lo recordar¨¢, pero hace a?os el lema representaba a un toro ensangrentado. Decidimos cambiarlo para dar una imagen m¨¢s amable¡±, cuenta Laura Duarte, encargada de la comunicaci¨®n de este partido fundado en 2003 y que ha ganado terreno a medida que crec¨ªa el fil¨®n animalista. Si en las elecciones generales de 2008 rozaron los 45.000 votos, en 2016 superaron los 286.000. Sus puntos fuertes son las grandes ciudades ¨Cdonde reina la mascotaman¨ªa¨C, y donde Silvia Barquero, su presidenta, explica que hay mucho por hacer: habilitar m¨¢s zonas de esparcimiento caninas, concienciar sobre la adopci¨®n animal o no limitar el horario de acceso al metro para perros. Los Gobiernos locales se enfrentan al desaf¨ªo de conciliar entre los que desean compartir los espacios urbanos con las mascotas y los que no quieren ni o¨ªr hablar de tal posibilidad, cansados de lo que consideran una imposici¨®n cada vez m¨¢s invasiva./
En capitales como Berl¨ªn, donde habitan zorros, mapaches y otro sinf¨ªn de especies por sus amplios espacios verdes, el Ayuntamiento ya cuenta con un ¡°oficial de la fauna salvaje¡±. Derk Ehlert ejerce este cargo con diplomacia. Su labor es mediar entre vecinos humanos y¡ no humanos. ¡°Recibimos muchas quejas por el ruido de los zorros o por los destrozos que se producen en los jardines, pero en general la ciudad es muy tolerante¡±, explica Ehlert desde Berl¨ªn. De las cosas que m¨¢s molestan a los urbanitas espa?oles son los ruidos de los perros en las viviendas y, sobre todo, las plagas de excrementos caninos. Un problema que las autoridades parecen haber renunciado a afrontar. La Polic¨ªa Municipal de Madrid puso en 2015 apenas 23 sanciones, que oscilan entre los 750 y los 1.500 euros. En lo que llevamos de a?o van 40. La justificaci¨®n de tan escaso n¨²mero es la dificultad de pillar in fraganti a los infractores. Estas cifras se incluyen entre los miles de denuncias que contabiliza la polic¨ªa madrile?a por infracciones cometidas con el animal dom¨¦stico. El a?o pasado fueron 3.071. El delito m¨¢s recurrente es el maltrato./
La capital de Espa?a se ha propuesto seguir el ejemplo de otras grandes ciudades europeas y llevar la naturaleza al asfalto. Una de las medidas de su ambicioso plan de biodiversidad ser¨¢ utilizar un terreno de la Casa de Campo para el pasto de ovejas que acabar¨¢ con los desbroces y acercar¨¢ los animales a la ciudad. Ocurrencia absurda para los cr¨ªticos, y que Silvia Barquero, presidenta de PACMA, apoya con reservas. ¡°De acabar con la tauromaquia poco hablan¡±, incide. El ¨²ltimo de los partidos en sumarse al fil¨®n animalista ha sido Ciudadanos, que ha pedido al Gobierno central modificar el r¨¦gimen jur¨ªdico de los animales de compa?¨ªa para que dejen de ser considerados ¡°bienes patrimoniales¡±. Una medida que PACMA lleva a?os reclamando para acabar con el maltrato./
Por otro lado, el radicalismo de algunas campa?as animalistas impide en ocasiones entablar un debate sosegado para abordar esta compleja relaci¨®n entre humanos y otras especies. Negar esta nueva realidad tampoco ayuda. Modelar a la mascota a nuestra imagen y semejanza, menos a¨²n. ¡°Si humanizar al animal quiere decir ponerle lacitos en el pelo, poco aportamos a su bienestar¡±, dice Peter Singer, padre del activismo animalista. ?Se puede relacionar entonces esta lucha con el progreso del humanismo? El fil¨®sofo franc¨¦s Francis Wolff advierte: ¡°Nunca hemos sido tan sensibles al sufrimiento animal y tan indiferentes al sufrimiento humano¡±./
- Los espa?oles gastaron unos 1.000 millones de euros en sus animales de compa?¨ªa en 2015.
- El sector de la alimentaci¨®n es el que m¨¢s dinero mueve. En Europa representa el 50% de la facturaci¨®n.
- El a?o pasado, la industria de las mascotas gener¨® m¨¢s de 780.000 puestos de trabajo en Europa.
- El Ministerio de Agricultura calcula que mantener a un perro grande cuesta 817 euros al a?o; un gato, 534 euros, y animales m¨¢s peque?os, unos 376.
- Espa?a ocupa el quinto lugar en el mercado europeo, despu¨¦s de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia.
- En pa¨ªses como Reino Unido, hay asentados 125 crematorios; en Holanda, 34, y en Alemania, 23.
- Alrededor de 800 millones de mascotas conviven con familias de EE UU, Europa y Am¨¦rica Latina.
- El 94% de ni?os espa?oles ¡°se siente mejor¡± con ellas.
- Las especies m¨¢s domesticadas son perros, gatos, peces, p¨¢jaros, reptiles y conejos.
- En Espa?a hay 25 millones de mascotas, de los cuales 10,7 millones son perros y gatos.
- Las sociedades protectoras espa?olas acogieron a 138.000 perros y gatos abandonados en 2015.
- El 31,4% de los due?os de mascotas en Espa?a compra el animal en la tienda. Solamente el 13,6% lo adopta. El 10% lo adquiere a trav¨¦s de un criador.
- Un tercio de los espa?oles considera a su animal de compa?¨ªa m¨¢s importante que a sus amigos.
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