?Qu¨¦ hay de nuevo, PISA?
El sistema educativo en Espa?a no lograr corregir la penalizaci¨®n cada vez mayor de los alumnos vulnerables
Como cada a?o, la OCDE ha publicado los datos de su informe PISA. Y como cada a?o, comienzan las interpretaciones de los datos, triunfalistas unas, derrotistas otras, simplificadoras de la realidad casi todas. Entre el ruido de las comparaciones con otros pa¨ªses, la lista del a?o pasado y las divergencias auton¨®micas, conviene dar un paso atr¨¢s y mirar los datos con detenimiento para verlos en perspectiva. Es cierto que los ni?os espa?oles aprenden en relaci¨®n con la media de los pa¨ªses de la OCDE y que la mayor¨ªa de los j¨®venes de 15 a?os adquieren las competencias m¨ªnimas para progresar en etapas posobligatorias, en la vida personal y la vida laboral. Tambi¨¦n, que dicha adquisici¨®n de competencias se produce de una forma equitativa en comparaci¨®n con otros pa¨ªses.
Sin embargo, en un pa¨ªs con un paro juvenil desorbitado y un sistema laboral que destruye las competencias de los trabajadores con contratos temporales, a muchos de esos j¨®venes de 15 a?os, especialmente a aquellos que no adquieren estudios posobligatorios, les espera un futuro poco prometedor. Por esa raz¨®n, m¨¢s all¨¢ de clasificaciones, los resultados de PISA deber¨ªan fomentar un debate sobre la educaci¨®n, centrado en los elementos disfuncionales del sistema. Un debate que nos permita analizar las distintas etapas del ciclo educativo, las trabas de los j¨®venes para progresar durante primaria y secundaria y los motivos que les llevan al fracaso escolar.
En este sentido, PISA nos ha contado muchas cosas que ser¨¢n dif¨ªciles de encontrar en los grandes titulares. Por ejemplo, que cuando comparamos PISA con las mediciones de primaria como PIRLS, vemos que las diferencias que se observan en secundaria ya est¨¢n presentes al final de primaria. Es decir, los alumnos que comienzan a rezagarse en primaria no consiguen remontar en secundaria. Es en primaria donde aparecen las brechas y las trabas al aprendizaje en el camino al abandono escolar, y es por tanto en los primeros a?os de la escuela donde deber¨ªamos centrar nuestra atenci¨®n.
El mejor reflejo de este problema es la repetici¨®n de curso, una medida muy extendida en nuestro sistema educativo, que afecta a m¨¢s de un 30% de los j¨®venes. La repetici¨®n es, adem¨¢s, un mecanismo poco efectivo y extremadamente caro; pero lo que es m¨¢s importante, en el caso de nuestro pa¨ªs, es sumamente injusto. A igualdad de competencias de matem¨¢ticas y lectoescritura en PISA, un joven de 15 a?os de un grupo socioecon¨®mico bajo tiene una probabilidad casi 6 veces m¨¢s alta de repetir que ese mismo joven de un grupo socioecon¨®mico alto. Esta brecha se ha disparado desde 2012, cuando la proporci¨®n era ya de 3 a 1. Esto implica que el sistema penaliza de forma cada vez m¨¢s brutal a los m¨¢s desfavorecidos en t¨¦rminos socioecon¨®micos, con independencia de su potencial de aprendizaje.
La investigaci¨®n en educaci¨®n nos dice que el factor que mejor predice el abandono temprano, nuestro mayor problema, es precisamente la repetici¨®n de curso. Esto es importante porque implica que, si las oportunidades de progresar y no abandonar est¨¢n relacionadas con un mecanismo injusto, tenemos un sistema que refuerza las desigualdades. De hecho, cuando observamos c¨®mo ha disminuido el abandono escolar temprano a lo largo de la crisis, vemos que se ha producido en todos los grupos socioecon¨®micos excepto en el ¨²ltimo, el de los j¨®venes del 20% m¨¢s pobre, que siguen con tasas de abandono temprano por encima del 40%.
Existe una disonancia entre aprender y aprobar
Todo esto quiere decir que, en Espa?a, m¨¢s all¨¢ de las listas PISA, existe una disonancia entre aprender y aprobar. Una disonancia que se traduce en la falta de mecanismos en la escuela para dotar de flexibilidad a cada alumno para progresar y avanzar en el aprendizaje a su ritmo, y que penaliza al mismo tiempo la equidad y la excelencia. Son carencias fundamentales, fruto de la excesiva regulaci¨®n de la ense?anza a todos los niveles administrativos, la falta de apoyo al profesorado en cuestiones pr¨¢cticas de la docencia o la dif¨ªcil transici¨®n de los curr¨ªculos hacia un enfoque multicompetencial. Unas carencias que se convierten en una grieta, especialmente para los m¨¢s vulnerables, que nuestro sistema educativo no les permite sortear.
Es fundamental aprovechar la publicaci¨®n de PISA para ir m¨¢s all¨¢ de los grandes titulares, tanto triunfalistas como derrotistas. M¨¢s a¨²n si tenemos en cuenta que cambios de menos de 8 o 10 puntos tienen m¨¢s que ver con diferencias metodol¨®gicas que con impactos reales. Si somos capaces de hacer un an¨¢lisis m¨¢s profundo, deber¨ªamos tratar de extraer una lecci¨®n fundamental que PISA s¨ª nos proporciona: existe una brecha educativa que penaliza cada vez m¨¢s a los alumnos vulnerables, y que nuestro sistema educativo no consigue corregir. Si conseguimos reflexionar sobre esto para mejorar nuestro sistema educativo PISA habr¨¢ conseguido su prop¨®sito. Si por el contrario lo ¨²nico que sirve es para lanzarnos puestos de clasificaciones unos a otros, un a?o m¨¢s, habremos dejado pasar una excelente oportunidad.
Lucas Gort¨¢zar es investigador de la UPV/EHU y coordinador del Ciclo de Educaci¨®n de Politikon.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.