¡°Malumachote¡±
A Maluma, el cantante de reggaetton m¨¢s seguido por los y las j¨®venes, le piden la prohibici¨®n de su hit Cuatro babies
Voy a salir del pen¨²ltimo armario en esta tribunilla que me va a costar la poquita reputaci¨®n que a¨²n conservo. Me divierte el perreo, he dicho. En esto me pasa como con tantas otras cosas, que te horrorizan hasta que te quitas los prejuicios. A m¨ª el reggaeton me sacaba de quicio hasta que me vi en clase de zumbacon 80 mujeres de todo tonelaje percutiendo el coxis como si se fuera a acabar el mundo y hubiera que repoblarlo a destajo. Mira: qu¨¦ sudores, qu¨¦ risas, qu¨¦ catarsis. Las letras son otra cosa, y la cosa va siempre de lo mismo: el macho-machote-papi te perdona la existencia y te informa de que te va a quitar las penas, mami, mediante la introducci¨®n de sus santos atributos por donde ¨¦l te diga. Un delirio de alusiones sexuales tan expl¨ªcitas y, s¨ª, machistas, que constituye una caricatura para cualquiera con dos dedos de frente. Pero claro, soy una se?ora mayor y a estas alturas tengo el coco todo lo bien o mal amueblado que voy a tenerlo en la vida.
A Maluma, el cantante de reggaeton m¨¢s seguido por las j¨®venes, le piden la prohibici¨®n de su hit Cuatro babies, en el que se pavonea de usar a las mujeres como objetos sexuales. Paren m¨¢quinas: el reggaeton es machista. El tipo, la letra y el v¨ªdeo no puede ser m¨¢s zafio, soez ni grosero, pero de ah¨ª a prohibirlo va un abismo. El mismo Maluma canta Borro cassette, donde va de hombre objeto herido por una devoramachos, y en Chantaje, a medias con Shakira, ambos se reparten mandobles sugiriendo que, escandalazo, a las mujeres nos gusta mandar en el sexo. Tengo dos hijas adolescentes y, a veces, perreamos a muerte Chantaje en la cocina. Aspiro, como con ellas, a que las chicas no se formen, no solo, con la bazofia que escupe la radio, sino conociendo la realidad dura y diversa de ah¨ª fuera con ayuda de todos. Quiz¨¢ no sea la reina de la coherencia, pero es lo que pienso. A ver si, aparte de sor¨®rica, voy a ser heteropatriarcal sin saberlo.
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