Basurama, la otra vida de los residuos
CON CHATARRA y unos pal¨¦s se puede transformar un orfanato en Adis Abeba para que sea tambi¨¦n un lugar de juegos. Con unos neum¨¢ticos, crear unos columpios en Lima. Con cajas de refrescos es posible montar un parque en Malabo. Y con una gran tuber¨ªa, inventar una nave espacial en un patio de colegio en Madrid. Solo hace falta algo: el equipo de Basurama.
Se conocieron en la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Madrid en 2001 y lo primero que hicieron fue llenarla de escombros. ¡°Pedimos a nuestros compa?eros que trajeran desperdicios que encontraran por la calle¡±, cuenta Rub¨¦n Lorenzo, uno de los miembros junto con Juan L¨®pez-Aranguren, M¨®nica Guti¨¦rrez, Manuel Polanco y Alberto Nanclares da Veiga. Tras convertir el espacio central de la escuela en un contenedor improvisado, hicieron una jornada de construcci¨®n de objetos ¨²tiles con esos materiales. Y lo que comenz¨® siendo un experimento estudiantil se transform¨® en su modo de vida. Han pasado 15 a?os y se han convertido en un referente mundial en la intervenci¨®n con basura en el espacio p¨²blico y con la colaboraci¨®n de las comunidades.
Su proyecto Autoparques les ha dado fama internacional. Invitados por instituciones o embajadas, llegan al destino, lo estudian e investigan los materiales que desechan quienes lo habitan. ¡°A partir de ah¨ª, dise?amos con los vecinos una intervenci¨®n para mejorar sus condiciones de vida¡±, explica Manuel. Acaban de regresar de la World Design Capital 2016, celebrada este a?o en Taip¨¦i, como ¨²nicos representantes espa?oles. All¨ª han creado un parque infantil con antiguos tanques de agua y han abierto el debate sobre c¨®mo deben ser los espacio p¨²blicos en Taiw¨¢n.
Pero tambi¨¦n son profetas en su tierra. En diciembre se har¨¢n cargo de la decoraci¨®n de las fachadas de los centros culturales CaixaForum de Zaragoza, Barcelona y Madrid a base de desperdicios de materiales emblem¨¢ticos de las Navidades (como botellas o bolsas de pl¨¢stico). ¡°La intenci¨®n es hacer reflexionar sobre el consumo desbordado de esas fechas¡±, apunta Guti¨¦rrez mientras ata una cuerda del prototipo que est¨¢n montando con varios j¨®venes en su nave. ¡°Tenemos mucha demanda de erasmus para hacer pr¨¢cticas. Dicen que somos famosos en sus pa¨ªses¡±, explica M¨®nica. Basurama tambi¨¦n est¨¢ (hasta el 8 de enero) en Matadero Madrid con su exposici¨®n Agostamiento. En ella han colgado del techo los 7.000 girasoles que plantaron en un descampado del Ensanche de Vallecas con ayuda de asociaciones de vecinos, con los que se comer¨¢n las pipas.
Otra de sus acciones m¨¢s aplaudidas la llevan a cabo en los patios de los colegios. ¡°Es el lugar donde juegan y aprenden de los dem¨¢s. Proponemos so?arlos de otra manera y que sean las comunidades las que los transformen con sus desechos¡±, describe Lorenzo. Con un dep¨®sito de agua abandonado y pintado hacen que los ni?os se imaginen mil aventuras. ¡°El patio no puede ser siempre un terreno donde solo se pueda jugar al f¨²tbol y poco m¨¢s¡±, concluye Rub¨¦n.
Lejos quedan los consejos familiares sobre la importancia de entrar en un estudio de arquitectura. Entonces eran universitarios y nadie intu¨ªa la crisis ni la emigraci¨®n de los ar?quitectos: ¡°Ni antes ¨¦ramos tontos, ni ahora somos unos gur¨²s. Hemos ido haciendo lo que nos ha dado alegr¨ªa, abriendo camino sobre una nueva sensibilidad de la arquitectura¡±, dice Alberto.
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