?Son las cosquillas el nuevo porno? Analizamos el ¨²ltimo documental de Netflix
¡®Tickled¡¯ revela una trama de extorsi¨®n y estafa con v¨ªdeos de muchachos en ropa deportiva para deleite de los fetichistas y amantes de las pr¨¢cticas sexuales no convencionales. Hablamos con un experto
David Farrier es uno de los reporteros m¨¢s conocidos de su pa¨ªs, Nueva Zelanda, donde ha cultivado una imagen de icono pop y de periodista especializado en temas livianos y descubridor de rarezas. En una de sus b¨²squedas por YouTube encontr¨® que, en Estados Unidos, se celebraba un Campeonato Mundial (en los USA cualquier competici¨®n recibe este adjetivo con la justificaci¨®n de que pueden participar equipos de Canad¨¢) de resistencia a las cosquillas.?
?Alguien hab¨ªa convertido algo tan cotidiano como las cosquillas en una competici¨®n deportiva? Parece ser que s¨ª. Los v¨ªdeos mostraban a muchachos j¨®venes, vestidos con uniformes deportivos de una conocida marca, haciendo cosquillas o recibi¨¦ndolas sobre un colch¨®n en el que permanec¨ªan tumbados y atados de pies y manos.?
Farrier, sin ninguna mala intenci¨®n, ech¨® un vistazo a la p¨¢gina web de la empresa organizadora, Jane O?Brien Media, y se enter¨® de que los participantes recib¨ªan una buena cantidad de dinero por cada competici¨®n y todos los gastos pagados de su estancia en Los ?ngeles, ciudad donde se celebraba el evento. Tras contactar con ellos por email la direcci¨®n de la empresa le contest¨® que rechazaban la posibilidad de hacer un reportaje sobre la competici¨®n deportiva porque Farrier era homosexual y su 'deporte' era b¨¢sicamente una pr¨¢ctica heterosexual. Semejante contestaci¨®n, lejos de arredrar al reportero, hizo que se animara a convertir lo que iba a ser un peque?o reportaje que ocupar¨ªa unos minutos en un telediario neozeland¨¦s y unas risas en YouTube en el documental Tickled, que alcanz¨® fama mundial cuando David Farrier y su socio, el productor Dylan Reeve, se lanzaron a una campa?a de crowdfunding en Kickstarter que llam¨® la atenci¨®n del actor Stephen Fry, que acabar¨ªa por convertirse en productor principal de la pel¨ªcula. El documental revela una trama de v¨ªdeos con muchachos en ropa deportiva haci¨¦ndose cosquillas, puestos a la venta para el deleite de fetichistas de las cosquillas.
?Qu¨¦ se esconde detr¨¢s de Jane O?Brien? ?Es real? ?Por qu¨¦ contestan as¨ª a un pobre reportero neozeland¨¦s que no les ha hecho nada? ?Por qu¨¦ Jane O?Brien se empe?¨® en amenazarle con una batalla legal donde perder¨ªa hasta la camisa? ?De verdad que alguien ha convertido las cosquillas en un deporte?
Lo cierto es que en Tickled se cuenta una historia desconcertante y que tendr¨¢n que ver el documental para contestar a todas estas preguntas pero, vaya por delante, ya les decimos nosotros que no hay manera de convertir las cosquillas en un deporte (federado o no) y que detr¨¢s de todo hay una oscura trama de extorsi¨®n, de estafa y de v¨ªdeos de muchachos vestidos en ropa deportiva haci¨¦ndose cosquillas los unos a los otros puestos a la venta (o distribuidos en diversas plataformas de v¨ªdeo como DailyMotion o YouTube... recuerden, los muchachos permanecen vestidos) para el deleite de fetichistas de las cosquillas.
¡°Tiene algo de sadismo. Ejerces tu poder sobre alguien. Sometes a alguien a algo que est¨¢ fuera de su control como re¨ªr sin poder remediarlo. Las cosquillas se convierten en una tortura¡±
Acudimos al periodista y activista Miguel Vagalume (una enciclopedia sobre 'kinks' y pr¨¢cticas sexuales que se salen de lo normativo) para preguntarle sobre el tickling (Cosquillas en ingl¨¦s)?: ¡°Como pr¨¢ctica erotica est¨¢ muy extendida (en porno) en Estados Unidos, no te puedo decir porcentajes de personas que lo practiquen en privado pero, si extrapolamos a partir del porno que se produce, all¨ª parece muy com¨²n¡±. Las palabras de nuestro experto pueden ser perfectamente comprobadas con una r¨¢pida busca en Google. Escribimos sexy tickling y, ante nuestros ojos, se abren un poco m¨¢s de 31 millones de entradas. La mayor¨ªa de ellas son enlaces a v¨ªdeos de plataformas de porno gratuito donde gente desnuda se regala y recibe cosquillas rodeada de parafernalia BDSM (sin ropa). Adem¨¢s, el experto a?ade que ¡°hay un mont¨®n de webs de tickling heterosexual entre adultos¡±.
Pese a todo, lo que m¨¢s proliferan son v¨ªdeos donde la persona que recibe las cosquillas y la que las produce, aparecen con prendas de ropa y, por tanto, el material puede ser difundido por plataformas convencionales.
En Espa?a tampoco somos ajenos a la pr¨¢ctica de conseguir placer a trav¨¦s de las cosquillas. No hace falta rebuscar demasiado para encontrar a personal que quiere dar o recibir cosquillas y se encuentran muchos testimonios que, a primera vista, pudiesen parecer que son ganchos para animar a otros a entrar en la pr¨¢ctica. Intentamos contactar con algunos adoradores de las cosquillas pero, al cierre de este art¨ªculo, no encontramos qui¨¦n nos hiciera alg¨²n comentario sobre c¨®mo llega uno a la conclusi¨®n de que las risas nerviosas le producen orgasmos.
Pero seg¨²n Richard Ivey,?productor de pel¨ªculas de cosquillas para adultos, fetichista y sujeto que apareci¨® en Tickled, ¡°Tiene algo de sadismo. Ejerces tu poder sobre alguien. Sometes a alguien a algo que est¨¢ fuera de su control como re¨ªr sin poder remediarlo. Las cosquillas se convierten en una tortura¡±.
?chenle un ojo a Tickled aunque solo sea por comprobar que una pr¨¢ctica a medio camino entre el fetichismo de pies y las bromas de la infancia, resulta much¨ªsimo menos perversa que la forma en la que algunas personas se comportan con otros seres humanos para conseguir lo que quieren de ellos.
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