Una victoria a cualquier precio no es una victoria
Cruz Roja lanza una campa?a para ilustrar el elevado costo humano de ignorar los Convenios de Ginebra
Todo empieza con un sue?o, pero a veces la utop¨ªa acaba convirti¨¦ndose en pesadilla. Esto es lo que ocurre en el v¨ªdeo promocional de la campa?a lanzada por el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja que ilustra el elevado costo humano de ignorar los Convenios de Ginebra y pretende mejorar el conocimiento del derecho internacional humanitario.
El objetivo de Una victoria a cualquier precio es preservar la humanidad en tiempo de conflicto armado, una misi¨®n compleja, como demuestran las im¨¢genes que reflejan la transformaci¨®n gradual de un deseo de vivir en un entorno seguro, pr¨®spero y en paz en una guerra sin reglas. ¡°Una victoria a cualquier precio no es una victoria. Incluso las guerras tienen normas y cuando se ignoran, todos perdemos¡±, concluye el v¨ªdeo.
La campa?a hace especial hincapi¨¦ en los ataques al personal e instalaciones de salud. Pese a constituir objetivos protegidos por los Convenios de Ginebra, un conjunto de normas establecidas en 1949 que protegen a las personas contra las atrocidades de la guerra, esta pr¨¢ctica se est¨¢ convirtiendo en algo habitual en diferentes pa¨ªses en conflicto.
Entre 2012 y 2014, el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja document¨® m¨¢s de 2.400 casos en 11 pa¨ªses. Siria solo es el m¨¢s reciente de una larga lista de ejemplos. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud calcula que 654 trabajadores del sector m¨¦dico han muerto en Siria desde el comienzo del conflicto hasta septiembre de 2015 y que, a esa fecha, casi el 60% de los hospitales funcionaba parcialmente o estaba fuera de servicio.
¡°Los ataques a instalaciones de salud y a personal sanitario en conflictos armados han existido siempre, pero en vez de irse corrigiendo, se han incrementado y se han convertido en un arma de guerra¡±, explica Manuela Cabero, vicepresidenta de Cruz Roja espa?ola. ¡°El ¨²ltimo a?o ha sido el m¨¢s terrible que hemos vivido¡±.
Esto solo tiene un remedio: que los ataques no se queden impunes¡± Manuela Cabero, vicepresidenta de Cruz Roja espa?ola
Cabero asegura que hace ya m¨¢s de dos a?os que nadie quiere vivir en Siria al lado de un hospital. ¡°Esto significa que la gente cree que se trata de ataques intencionados y probablemente tengan hasta raz¨®n¡±, sostiene. Las consecuencias, seg¨²n ella, son terribles. ¡°Aparte de la muerte de pacientes, conductores, familiares y todo tipo de trabajadores sanitarios, se produce un fuerte retraso en la atenci¨®n m¨¦dica, los trabajadores y voluntarios huyen en masa, se impide hacer medicina preventiva por falta de acceso a los equipos y causa desabastecimiento de material y medicamentos¡±.
El mal uso que en raras ocasiones se ha hecho de las instalaciones de salud, por ejemplo para transportar combatientes y armas en ambulancias o albergar en hospitales a francotiradores, tambi¨¦n ha contribuido a disminuir la obligaci¨®n de defender determinadas instalaciones. ¡°Esto ha sucedido m¨ªnimas veces, pero han sido suficientes para que mucha gente se sienta legitimada a atentar contra estos servicios¡±, dice Cabero.
Para la experta de Cruz Roja esta situaci¨®n tiene muy dif¨ªcil arreglo. Aunque Naciones Unidas emitiera resoluciones al respecto en 2014 y en 2016, ning¨²n grupo armado, ni ej¨¦rcito beligerante se ha hecho eco de ellas. ¡°Esto solo tiene un remedio: que los ataques no queden impunes¡±, insiste. ¡°El derecho internacional contempla la prohibici¨®n de estas acciones, pero en la realidad nadie ha sido llevado antes un tribunal. Esto es lo que hace que todos los esfuerzos sean fallidos¡±.
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