Con toda la comida que se ha tirado este a?o en Espa?a podr¨ªan cenar m¨¢s de 2 millones de familias esta Nochebuena

No paramos de hablar de los excesos navide?os: se queja nuestro bolsillo, se lamenta nuestro est¨®mago, pero seguimos sin soportar el horror vacui de una bandeja en la que se vea el fondo. "En Espa?a nos gusta comer, y nos gustan los platos llenos", comenta David Esteller, responsable del Proyecto contra el Desperdicio Alimentario de la organizaci¨®n empresarial AECOC. Esta preferencia por la abundancia (al menos en la mesa) nos acompa?a durante todo el a?o, pero quiz¨¢ hagamos m¨¢s la vista gorda durante estos d¨ªas en los que todo se nos presenta de un modo m¨¢s abusivo. El reverso de esta fiesta del paladar es evidente: el desperdicio en los hogares espa?oles es de unos 76 kg de alimentos anuales, seg¨²n la Confederaci¨®n espa?ola de Cooperativas de Consumidores y Usuarios, Hispacoop, lo que supone una p¨¦rdida de 7.700 toneladas al a?o en el total de la poblaci¨®n.?

Las cifras del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (MAGRAMA) dicen que el 42% se pierde en casa, el 39% durante los procesos productivos, el 14 % en hosteler¨ªa y restauraci¨®n, y el 5% restante en los distribuidores y puntos de venta. "Podemos pensar que se desperdicia m¨¢s en los bares y restaurantes, pero el error es a qui¨¦n atribuimos la p¨¦rdida. Si el cliente pide una hamburguesa completa y deja las patatas, no es el restaurador el que las desaprovecha, sino el consumidor, que no se las lleva a casa". El objetivo de AECOC es identificar donde se est¨¢ produciendo el desperdicio en el trayecto de la huerta a la mesa, y proponer soluciones, organizar campa?as de concienciaci¨®n y elaborar gu¨ªas de buenas pr¨¢cticas. Esteller opina que el problema es que ya no existe una cultura de aprovechamiento, en ninguna de las fases. "Desde la restauraci¨®n tambi¨¦n podr¨ªan colaborar para que no se desperdiciara, por ejemplo, creando men¨²s de distintas tallas para que la gente pidiera siempre lo que se va a comer", sugiere.

Los resultados del primer estudio H¨¢bitos de aprovechamiento de los alimentos de la AECOC muestran que los motivos principales por los que los consumidores desperdician alimentos son f¨¢cilmente salvables. La raz¨®n del 70% de los encuestados es el olvido de los alimentos en la nevera, despensa o congelador. Tambi¨¦n la investigaci¨®n concluye que existe un desconocimiento de c¨®mo aprovechar y conservar los alimentos. "La gente joven desperdicia m¨¢s, principalmente por un tema de disponibilidad de cambio de planes. Los mayores tienen unas rutinas que se ven menos interrumpidas".

Algo que puede resultar curioso porque la conciencia ecol¨®gica est¨¢ m¨¢s asociada a la gente de menor edad: "Es cierto, tienen una conciencia ecol¨®gica muy elevada, pero tambi¨¦n se han criado en una falta de cultura que les permita saber qu¨¦ hacer con lo que ha sobrado. Me han sobrado dos piezas peque?as, como no s¨¦ qu¨¦ hacer con ellas, las tiro. Las abuelas lo aprovechaban todo y nosotros tiramos con mucha facilidad".

?Qu¨¦ podemos hacer los consumidores?

Si bien los j¨®venes contribuyen de manera especial a este gasto, los ni?os son, hoy en d¨ªa, "los embajadores del reaprovechamiento", dice el responsable. Hay campa?as, como la que realiza la Agencia Catalana de Residuos que ense?an a los m¨¢s peque?os qu¨¦ hacer en casa para no desperdiciar. "En estos temas, son los ni?os los que educan a los padres, del mismo modo que pas¨® en las generaciones anteriores con el reciclaje", comenta.

El pan, junto con la fruta, es el producto m¨¢s desperdiciado, seg¨²n el informe. "La explicaci¨®n es que es muy barato. M¨¢s all¨¢ de que, dependiendo de su calidad y su proceso de fabricaci¨®n, puede durar tierno m¨¢s o menos tiempo, deber¨ªamos entender que, incluso duro, el pan puede aprovecharse: como pan rallado, para elaborar migas, torrijas, salmorejo o sopas de pan", ejemplifica Esteller. Un ejemplo de lo que se puede hacer aprovechando la comida son las recetas que propone Cruz Roja en su p¨¢gina web: platos elaborados por cocineros catalanes como Paralada o Isma Prados, que cuestan menos de un euro. Estos son algunos otros trucos que le ayudar¨¢n a que su desperdicio sea menor:

Hacer tortillas (de cualquier cosa): El emblema de la cocina de aprovechamiento siempre ha sido la croqueta. Sin embargo, "no solo las croquetas pueden con todo, tambi¨¦n se puede hacer una tortilla con cualquier cosa, cualquier sobra mezclada con huevo puede ser una receta exquisita", propone el Esteller.

Pedir las sobras para llevar: "En Espa?a nos da verg¨¹enza, pero en pa¨ªses como EE UU es tremendamente habitual llevarse la comida a casa, nadie se la deja en el restaurante. Aqu¨ª quiz¨¢ nos llevamos el vino, porque es caro. Nosotros, en los congresos y cert¨¢menes que organizamos, tenemos unas cajitas que llamamos 'cajitas no lo tiro' por una campa?a que hizo la empresa San Miguel, que pretend¨ªa que no tir¨¢ramos lo que nos sobrara en los restaurantes".

Envolver productos envasados con film transparente: "Las generaciones m¨¢s j¨®venes consumen habitualmente platos cocinados o productos que se pueden cocinar a la plancha. En el estudio que hemos hecho, se pod¨ªa ver que el mayor desperdicio ven¨ªa porque el producto se seca en la nevera. Como compramos los productos envasados y muchos no tienen autocierre, somos tan c¨®modos que no lo metemos en una bosa de zip ni lo envolvemos en papel transparente, as¨ª se acaba estropeando". Hemos trasladado las inquietudes de los consumidores a producci¨®n y distribuci¨®n porque, por ejemplo, un envase con autocerrado evitar¨ªa este problema. Las soluciones pueden tomarse en distintos puntos del proceso, pero todas tienen que enmarcarse en una cultura del no desperdicio.

No comer con los ojos: Un truco es ser honestos con nosotros mismos a la hora de servirnos la comida. ?Me lo voy a comer todo o lo hago porque me gusta ver el plato lleno? "Es cierto que aqu¨ª nos sentimos estafados si en un restaurante no nos sirven un plato hermoso. Pero luego no nos los terminamos. En los grandes banquetes como bodas, o en Navidad, las comidas tienen que ser fastuosas, con todo lujo de entrantes y entremeses, y no nos conformamos con menos, aunque luego vaya gran parte a la basura", opina el experto, para quien esto se arregla con campa?as que nos conciencen de que no hace falta excedernos en la comida.

Dejar el pan para el final: Muchas veces, en los autoservicios o comedores, el pan se considera como un servicio de cuberter¨ªa m¨¢s y se pone al principio. "Lo ideal es considerar si con la comida que escoges, ese pan va a ser necesario o no y no cogerlo por defecto. Al final se acaba desperdiciando mucho por no tener en cuenta este tipo de detalles", asegura.

Guardar los congelados fuera de su bolsa: A veces pasa que, aunque la fecha de caducidad no haya pasado, una bolsa que lleva meses abierta en el congelador nos hace desconfiar. "Los alimentos se deben guardar en bolsas herm¨¦ticas y con la fecha de caducidad apuntada, nunca con su bolsa original abierta. As¨ª no dudaremos de su conservaci¨®n y no lo tiraremos por si acaso", recomienda el especialista, que adem¨¢s considera que en el congelador deben guardarse las porciones individuales. Y otra indicaci¨®n m¨¢s: "se puede congelar todo, hasta el pan. No hay excusas para dejar que se ponga duro"

Comprar en funci¨®n a una receta: La planificaci¨®n es esencial para no desperdiciar. "Si sabemos qu¨¦ vamos a usar, no tiraremos nada por olvidarlo en la nevera. Es una cuesti¨®n de responsabilidad del consumidor: no debemos perder la cabeza por las ofertas. Si sale m¨¢s barato comprar en grandes cantidades, pero lo vamos a desperdiciar, no vale la pena", explica.

No confundir caducidad y consumo preferente: Es un error tirar los alimentos que hayan excedido de su fecha de consumo preferente. "Los yogures, por ejemplo, no caducan, pero pueden perder sus propiedades organol¨¦pticas. Est¨¢ m¨¢s ¨¢cido, tiene m¨¢s suero... puede no gustarnos, pero no nos har¨¢ da?o".

Guardar el queso en aceite: Un queso curado puede durar meses, pero ante el riesgo de que se quede muy seco y haya que tirar gran parte de su volumen, el responsable de AECOC ofrece una receta: "Conservarlo cubierto de aceite de oliva con una hoja de laurel, a la espera de que lo vayas a utilizar. No solo no lo desperdicias, sino que el queso acaba siendo exquisito".

Escoger las latas de at¨²n abolladas: Muchos de los productos con imperfectos est¨¦ticos se tiran a la basura. Sin embargo, su contenido es perfectamente comestible: "Si elegimos comprar las latas de conserva que despreciamos porque est¨¢n abolladas, ayudaremos a que no acaben en el contenedor. El problema es que muchos de los supermercados los eliminan antes de ponerlos a la venta", aconseja Esteller.