Alberto Ammann: ¡°Es alucinante c¨®mo mi personaje en ¡®Narcos¡¯ puede ser tan malvado¡±
Hace unos meses pod¨ªamos verle en ¡®Marte¡¯, serie donde interpreta a un astronauta espa?ol. Ahora, en Colombia, termina de rodar la tercera temporada de ¡®Narcos¡¯
?
¡°Eso es mi propiedad y a mi nadie me ha pedido permiso para hacer fotos aqu¨ª¡±, abronca una mujer al equipo que est¨¢ retratando a Alberto Ammann. Lo curioso es que la susodicha propiedad que se?ala con un dedo acusador es b¨¢sicamente una pared. No una pared cualquiera, eso es cierto. Est¨¢ dentro de uno de los patios interiores de un portal del tama?o de un polideportivo. Es la entrada de uno de esos aristocr¨¢ticos edificios decimon¨®nicos del centro de Madrid cuyo acceso estaba pensado para que los residentes pudieran ser depositados c¨®modamente por sus carruajes en la misma puerta de sus casas.
De nada sirven las disculpas ni las explicaciones. La propietaria repite que la pared es suya con la constancia y la furia con la que la due?a de una plantaci¨®n de Virginia se enfrentar¨ªa al avance del ej¨¦rcito yanqui. Pero Alberto Ammann, a quien el jaleo le ha pillado posando, ni se inmuta. No abre la boca. Se limita a observar a la mujer con una expresi¨®n enigm¨¢tica que, al mismo tiempo que no desvela nada, deja muy claro que dentro de su cabeza s¨ª est¨¢ pasando algo. En realidad, esa capacidad para ser muy expresivo a pesar de poner cara de esfinge es lo que le caracteriza como int¨¦rprete desde Celda 211. ¡°Es una pel¨ªcula a la que le tengo mucho cari?o, pero empieza a envejecer. La factura cruda de la imagen estaba pensada as¨ª. Pero la veo ahora y parece viejita¡±, dice de aquel primer paso importante en su carrera.
"Netflix ha conseguido algo que parec¨ªa imposible, que los estadounidenses vean una serie en espa?ol con subt¨ªtulos"
Ten¨ªa 31 a?os cuando le lleg¨® ese papel con el que gan¨® el Goya a actor revelaci¨®n. Ya all¨ª encarnaba a alguien que act¨²a de una forma y piensa de otra. Era un funcionario de prisiones que en su primer d¨ªa de trabajo se ve atrapado en medio de un mot¨ªn y se hace pasar por interno. Tambi¨¦n es ese, hasta cierto punto, el juego de su personaje en Narcos, una de las series m¨¢s exitosas salidas de la cadena Netflix. Pacho Herrera es un capo del Cartel de Cali. Frente al exhibicionismo del de Medell¨ªn, ellos son poderosos narcotraficantes que optan por pasar desapercibidos camuflados de honorables hombres de negocios. ¡°Me ha llegado el guion de la tercera temporada y el arranque es incre¨ªble. Me lo voy a pasar genial. Es alucinante c¨®mo mi personaje puede ser tan malvado¡±, comenta tras solucionarse el cl¨¢sico conflicto marxista entre la fuerza del capital y la del trabajo de forma expeditiva: las fotos, en la v¨ªa p¨²blica.
Mientras los fot¨®grafos siguen valorando distintas localizaciones, Alberto nos entretiene mostrando en su m¨®vil uno de los v¨ªdeos promocionales de Narcos. Wagner Moura, que encarna a Pablo Escobar, ense?a a la audiencia angloparlante las mil y una formas de decir ¡°hijo de puta¡±. Es realmente gracioso. ¡°Son brillantes en Netflix. No s¨®lo han abierto un mercado, el latino, de centenares de millones de personas. Tambi¨¦n han conseguido algo que parec¨ªa imposible, que los estadounidenses vean una serie en espa?ol con subt¨ªtulos¡±.
En realidad este es nuestro segundo encuentro. D¨ªas antes nos hab¨ªamos visto en una suite de un hotel de Madrid. Aunque todo el mundo le preguntaba por Narcos, estaba promocionando Marte, la miniserie de National Geographic en la que interpreta a Javier Delgado, un hidroge¨®logo y geoqu¨ªmico espa?ol miembro de una hipot¨¦tica primera expedici¨®n tripulada al planeta rojo que tendr¨ªa lugar dentro de quince a?os. Estaba rodando Narcos cuando le contactaron para el papel, y todav¨ªa resulta sorprendente que alguien no salido de la cantera yanqui encadene dos producciones estadounidenses. ¡°Creo que se lo debemos a Javier Bardem. Es un grand¨ªsimo actor que nos abri¨® camino a los int¨¦rpretes a los que nos incluyen en papeles de latinos¡±.
Alberto tiene cierto parecido f¨ªsico con Bardem. Es grande, con nariz de boxeador y mirada penetrante. El pelo claro, m¨¢s casta?o que rubio, que empieza a encanecerse por las sienes y en la barba, contrasta con un cutis perfecto, casi de ni?o. Vive en Madrid, pero tiene un acento indeterminado, ni totalmente argentino ni completamente espa?ol, consecuencia de una infancia vivida a caballo entre los dos pa¨ªses. Nacido en la C¨®rdoba argentina, en su familia abundan periodistas y pol¨ªticos. Sus padres, fundadores de la rama argentina del Partido Humanista, llegaron a Espa?a huyendo de la dictadura militar y se trajeron a Alberto, su ¨²nico v¨¢stago, que entonces ten¨ªa ocho a?os. ¡°Mis primeros recuerdos son reuniones pol¨ªticas. Correteando por debajo de las mesas, mientras la gente discut¨ªa. El humo de los cigarros, las voces¡En mi casa siempre ha habido pol¨ªtica. Mi padre se present¨® a presidente de Argentina dos veces¡±.
"En 'Narcos' no se salva nadie. No hay buenos, porque contra los malos no vale todo. Es interesante que en el mundo actual mucha gente sienta simpat¨ªa por personas como Escobar"
Como casi todos a los que la fama les ha llegado tras a?os de decepciones, no tiene ni un solo tic de estrella. ¡°He notado la fama en que ahora me reconocen en otros lugares que no son ni Argentina ni Espa?a. Pero a m¨ª se me acerca la gente con cari?o y respeto. Ya tengo una edad que me separa del p¨²blico adolescente. No hice series juveniles en su momento y no me pasa como a otros compa?eros, que les arrancan la camisa y tienen fans muy invasivos¡±. Se agradece que es atento, ¨C¡°?no vas a tomar un caf¨¦ ni nada?¡±, pregunta¨C y que est¨¢ pendiente de los detalles. En un momento dado, mira la grabadora, pone gesto de preocupaci¨®n y se la acerca cogi¨¦ndola delicadamente con dos dedos. ¡°Perdona. Es que cre¨ª que se hab¨ªa apagado¡±, dice como tranquilizado porque la larga charla pol¨ªtica en la que ha desembocado la entrevista haya sido registrada.
Todo ha partido de su papel en Narcos. Una serie en la que es m¨¢s f¨¢cil empatizar con los ¡°malos¡±, los sangrientos traficantes de coca¨ªna, que con los ¡°buenos¡±, los polic¨ªas estadounidenses y colombianos que se enfrentan a ellos. ¡°No se salva nadie. Yo creo que no hay buenos, porque contra los malos no vale todo. Es interesante que en el mundo actual mucha gente sienta simpat¨ªa por personas como Escobar. En vida fue un h¨¦roe para muchos. Y d¨¦cadas despu¨¦s de su muerte lo sigue siendo. Tiene que ver con el capitalismo. Se hizo rico, y desde su mismo nombre el capitalismo es un sistema que pone en el centro de todo al capital. S¨ª, ya s¨¦ que hay quien dice que se refiere tambi¨¦n al capital humano. Pamplinas¡±.
A partir de ah¨ª se lanza: est¨¢ decepcionado porque Colombia haya votado en contra del plan de paz con la guerrilla; abomina de Trump y siente un profundo rechazo por neoliberales como Macri, actual inquilino de la Casa Rosada. ¡°El capitalismo ha llegado a un punto en el que defiende el robo con completo descaro. Trump alardea de no pagar impuestos. Macri ten¨ªa nueve cuentas en Panam¨¢. Y, encima, ahora que las trae de vuelta a Argentina, pretende que se lo agradezcamos¡±.
Pero hoy le preocupan cosas m¨¢s terrenales. Como la exigencia de pasar tanto tiempo fuera de casa, en Colombia, rodando la tercera temporada de Narcos. ¡°Es hasta abril. Seis meses¡±. Siete, se le corrige. ¡°Tienes raz¨®n. Dios, estaba reduci¨¦ndolo en mi cabeza. No me quejo, es que gestiono mal el estr¨¦s. Aunque cada vez lo llevo mejor. Pero es cierto que llevo tres a?os sin ver casi a mis amigos, con mis proyectos personales abandonados¡¡±.
Uno de los culpables es la ya mencionada Marte. Serie de seis episodios producida por Ron Howard que no es ciencia ficci¨®n sino ficci¨®n cient¨ªfica. La historia de la primera expedici¨®n tripulada a Marte, formada por seis cosmonautas internacionales, tiene una parte documental y otra ficcionada. ¡°Son los pasos que se habr¨ªan de dar en 2033 en una expedici¨®n real. Dicen que 20 a?os despu¨¦s ya podr¨ªan estar llegando transbordadores con 800 o mil personas. Es decir, para 2050 podr¨ªamos tener colonias mineras en Marte¡±. Entonces saca de nuevo su vena pol¨ªtica. ¡°Espero que eso no signifique que se convierta en una carrera para ver qui¨¦n saquea antes el planeta. Pero conociendo a los humanos¡¡±.
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