La dif¨ªcil apuesta de Nicaragua por rescatar sus bosques
El pa¨ªs centroamericano ha perdido m¨¢s de un mill¨®n de hect¨¢reas en los ¨²ltimos cinco a?os
Un estudiante que viste su uniforme escolar ¡ªcamiseta blanca y pantal¨®n azul¡ª cava un hoyo en el suelo y siembra una peque?a planta de madro?o, el ¨¢rbol nacional de Nicaragua. Como estas, otra centena de manos hacen lo mismo en el municipio de Pueblo Nuevo, en el departamento de Estel¨ª, a 147 kil¨®metros al norte de la capital del pa¨ªs. A los j¨®venes se les suman adultos, familias y ni?os que, cargados de herramientas como palas y palos, marchan hacia parques, aceras, plazas y autopistas para ayudar. Toda aportaci¨®n en las tareas de reforestaci¨®n puede marcar la diferencia en la tierra de Rub¨¦n Dar¨ªo, que en los ¨²ltimos cinco a?os ha perdido m¨¢s de un mill¨®n de hect¨¢reas de bosque, seg¨²n public¨® el Centro Alexander von Humboldt (una ONG ambientalista) a trav¨¦s de un informe sobre la agenda ambiental que debe afrontar Nicaragua hasta 2020.
La situaci¨®n es "preocupante", afirma el oficial de industrias extractivas Jurgen Guevara en la sala de prensa del Centro Humboldt. Guevara destaca que hasta 2011, los bosques de Nicaragua abarcaban 20.800 kil¨®metros cuadrados de los 130.000 que constituyen el territorio nacional. Es decir, el 16%. En otro estudio de la FAO (Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura), se se?ala que la tasa anual de deforestaci¨®n entre 1990 y 2000, era de 3%, un poco m¨¢s de 70.000 hect¨¢reas anuales.
Esta cifra se duplic¨® en los ¨²ltimos cinco a?os. El estudio del Humboldt, que se bas¨® en aportes de l¨ªderes territoriales y de equipos t¨¦cnicos interinstitucionales, da a conocer que, de 2011 a 2016, se perdieron m¨¢s de 133.000 hect¨¢reas anuales. Una cifra que se aleja de las estimaciones del Instituto Nacional Forestal (Inafor), que se?ala que 70.000 hect¨¢reas de cobertura boscosa son las que se pierden cada a?o, seg¨²n su ¨²ltimo Inventario Nacional Forestal, correspondiente a 2007-2008. Con todas esas cifras lanzadas, Guevara estima que la cobertura boscosa actual del pa¨ªs representa solo el 11%, aproximadamente 14.000 kil¨®metros cuadrados, por la p¨¦rdida de m¨¢s de 600.000 hect¨¢reas en las ¨²ltimas cinco gestiones. Se intent¨® contactar con el Inafor y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) para contrastar los datos, pero no se obtuvo respuesta alguna.
De acuerdo con informaci¨®n publicada el pasado octubre por el Marena, el Gobierno, a trav¨¦s de la Cruzada Nacional de Reforestaci¨®n, inform¨® de que en los ¨²ltimos ocho a?os se ha recuperado un total de 84.000 hect¨¢reas boscosas. Las estad¨ªsticas muestran que la cobertura forestal de Nicaragua pas¨® de 80 millones de hect¨¢reas en 1950 a 32 millones en 2007. "La reducci¨®n va ligada al tema de acceso al agua, porque a medida que esa cantidad se perdi¨®, tambi¨¦n hubo una reducci¨®n del 35% de las precipitaciones y la disponibilidad de agua en las comunidades del Corredor Seco [zona comprendida por cinco departamentos]", afirma Guevara.
Ante tal situaci¨®n, el Ejecutivo del presidente Daniel Ortega se ha puesto manos a la obra. A trav¨¦s de distintas campa?as se ha propuesto recuperar 4,5 millones de hect¨¢reas de cobertura boscosa en los pr¨®ximos 10 a?os, por medio de la siembra de 15 millones de peque?os ¨¢rboles cada a?o. Su m¨¢s reciente iniciativa, denominada Octubre Victorioso, tuvo como meta sembrar 650.000 pl¨¢ntulas arb¨®reas durante dicho mes. Carlos Navarrete y Estefany Navarro tienen 21 y 20 a?os, respectivamente. Ambos son estudiantes de periodismo y su "amor por la madre naturaleza" los llev¨® a unirse al Movimiento Ambientalista Guardabarranco, un grupo de "chavalos" afines al Gobierno y que tienen la tarea tit¨¢nica de impulsar uno de los proyectos m¨¢s grandes de reforestaci¨®n en este pa¨ªs.
¡°El sector forestal podr¨ªa ser uno de los pilares de la econom¨ªa nacional si hay una reconversi¨®n¡±
Este grupo de j¨®venes se encuentran distribuidos en los 15 departamentos del pa¨ªs. Han concentrado sus m¨¢s recientes esfuerzos para recuperar la cobertura forestal en la reserva natural de Tisey, ubicada en la regi¨®n norcentral de Nicaragua. Rodeados de rocas volc¨¢nicas, en medio de altas mesetas y terrenos pendientes, enfocan su trabajo en reforestar para restablecer el caudal del r¨ªo Estel¨ª, que abastece a m¨¢s de 1.500 familias, seg¨²n explica la estudiante de periodismo. Navarrete hace un recuento nacional y da a conocer que el a?o pasado se lleg¨® a plantar 13 millones de ¨¢rboles, de los cuales 11 millones sobrevivieron. Una de las causas que acusa el joven ambientalista es a la sequ¨ªa ocasionada por el Fen¨®meno El Ni?o, pero principalmente por no poder darle seguimiento al crecimiento de las plantas. Por esa raz¨®n este a?o se han propuesto incrementar en dos millones la cantidad de pl¨¢ntulas sembradas y llegar a 15.
La temperatura baja hacia el norte de la regi¨®n, por lo que el clima m¨¢s templado de Nicaragua requiere de ejemplares arb¨®reos especiales. Las familias y las comunidades son la piedra angular para que esta empresa funcione, expresa Navarro, y la gente ha respondido. Han acompa?ado al movimiento ambientalista en el sembrado de 6.000 ¨¢rboles, entre pinos, cedros y mangle. Navarrete explica que las ¨®rdenes del Ejecutivo, para evitar mayores p¨¦rdidas en el proceso de reforestaci¨®n, son trabajar con las comunidades y las familias a trav¨¦s del sistema de adopci¨®n de ejemplares arb¨®reos. "Tratamos de reforestar en sitios donde haya familias cerca, donde la comunidad est¨¦ unida para que se mantenga el cuido. As¨ª ellos asumen el cargo de un ¨¢rbol, reportan c¨®mo est¨¢ creciendo y as¨ª disminuir la tasa de mortalidad", agrega el estudiante de periodismo.
Con la ayuda de la gente, esperan darle mantenimiento a la reserva Tisey, caracterizada por ser una de las zonas m¨¢s altas de esta naci¨®n, con 1.550 metros sobre el nivel del mar, y por tener unos miradores que permiten contemplar la majestuosidad de los volcanes Momotombo y Cerro Negro. Sin embargo, el movimiento ambientalista se enfrenta contra molinos de viento en esta tarea de reforestar el pa¨ªs. A¨²n si los 15 millones de plantas lograran sobrevivir dentro de seis meses ¡ªper¨ªodo en el que se verifica su estado¡ª, solo se recuperar¨ªa 20.000 hect¨¢reas este a?o, manteniendo un d¨¦ficit frente a las 133.000 hect¨¢reas que desaparecen anualmente. Ante esto, Navarrete plantea lo siguiente: "Aumentar el n¨²mero de hect¨¢reas, el n¨²mero de ¨¢rboles y el n¨²mero de sitios. Este a?o la cifra subi¨® dos millones, el pr¨®ximo quiz¨¢ subirla a cinco e ir a paso suave y agigantado a la vez".
Falta de seguimiento
Jaime Guill¨¦n, especialista en desarrollo sostenible, ve la campa?a de reforestaci¨®n que se lleva a cabo como la m¨¢s ambiciosa que se ha planteado Gobierno alguno en la historia de este pa¨ªs. Sin embargo, considera que para tener ¨¦xito es necesario contar con un plan de monitoreo y seguimiento y la participaci¨®n de distintos actores, incluyendo la poblaci¨®n, los gobiernos municipales, el sector privado y la cooperaci¨®n internacional, como ya sucede en algunos casos. "Para que estos ¨¢rboles o plantas sobrevivan necesitan tener un cuido y mantenimiento durante los primeros tres a?os, y eso normalmente no pasa, no se planifica y no se prev¨¦ esos costos. Al final la sobrevivencia de esas plantas es baj¨ªsima y muy poca", manifiesta.
Desde el Centro Humboldt concuerdan con el planteamiento de Guill¨¦n. Guevara explica que en este tipo de campa?as solo el 10% de los espec¨ªmenes sembrados sobrevive. Esto sucede por factores no necesariamente antr¨®picos, ya que pueden incidir otros como que la semilla no sea la mejor, porque no cay¨® en buena tierra o porque no llovi¨®.
La deforestaci¨®n acelerada que vive este pa¨ªs, seg¨²n ha reportado el Gobierno, se debe al accionar de las mafias madereras, los incendios forestales y las plagas. Guevara cree que uno de los problemas es la falta de informaci¨®n y el hermetismo con el que el Estado maneja las instituciones gubernamentales. Considera que no existe una regulaci¨®n exenta y una fiscalizaci¨®n para determinar el estado de la cobertura forestal. "No sabes a ciencia cierta cu¨¢nto estas empresas [madereras] extraen. No se da una transparente rendici¨®n de cuentas de las ¨¢reas boscosas y su situaci¨®n", precisa.
Guill¨¦n sostiene que el tema de la preservaci¨®n ambiental en Latinoam¨¦rica es como la historia de la Cenicienta: "Ante las urgentes demandas en educaci¨®n, alimentaci¨®n y salud, no hay suficiente presupuesto, y si lo hay es raqu¨ªtico. No hay suficiente personal t¨¦cnico ni operativo para hacer la tarea de regulaci¨®n y control de las ¨¢reas naturales", a?ade.
Respecto a la problem¨¢tica de la deforestaci¨®n, considera que no solo se puede "echar el muerto" a los madereros, ya que la reconversi¨®n o cambio de uso de suelo con fines agr¨ªcolas y ganaderos incide en la desaparici¨®n de la cobertura boscosa. "Se quitan las ¨¢reas boscosas que existen, no se usan los recursos que descartan. La madera que se pierde se quema y ese territorio se convierte a un uso agropecuario. Ese es el factor que causa mayor deforestaci¨®n, no la pura actividad de extracci¨®n de madera", explica.
El especialista en desarrollo sostenible afirma que se sataniza a la actividad forestal como destructiva, cuando podr¨ªa ser todo lo contrario si se la realiza de manera sostenible. De acuerdo con el informe del Centro Humboldt, el 70% de las tierras de Nicaragua son de vocaci¨®n forestal, no agr¨ªcola. "El sector forestal podr¨ªa ser uno de los pilares de la econom¨ªa nacional si se impulsa una reconversi¨®n, que no solo servir¨ªa para producir madera y otros bienes y servicios, como captura de carbono, sino tambi¨¦n para conservar y garantizar las cuencas hidrogr¨¢ficas", sostiene.
La ganader¨ªa extensiva se ha reactivado desde hace 10 a?os, y desde hace cinco es el sector que gan¨® m¨¢s uso de tierra de la reconversi¨®n agr¨ªcola. "Si uno va atr¨¢s de donde viene el cami¨®n cargado de trozos de madera, seguro va a encontrar todav¨ªa bosque, porque en la actividad forestal no es rentable cortar todos los ¨¢rboles, ser¨ªa il¨®gico. En la actividad ganadera lo que se hace es cortar todo y sembrar pasto, es una diferencia enorme".
La situaci¨®n actual de deforestaci¨®n, seg¨²n analiza Guill¨¦n, tiene que ver con un reto en las pol¨ªticas de desarrollo de todos los pa¨ªses. El caso particular de Nicaragua tiene que ver con el estallido de la paz en los noventa y el embarcarse en una carrera para recuperar el tiempo perdido. Al ser el segundo pa¨ªs m¨¢s pobre del continente, se quiere revertir esto, pero est¨¢ significando sacrificio de muchos ecosistemas boscosos, incluyendo las dos principales biosferas de la naci¨®n: que son la Bosaw¨¢s y la Indio Ma¨ªz. ¡°No estamos siendo capaces todav¨ªa de asegurar un desarrollo que nos permita satisfacer necesidades econ¨®micas urgentes del presente, asegurando que no afectemos la capacidad de la naturaleza para satisfacer las necesidades del futuro. No es un asunto solo del Gobierno, sino de la poblaci¨®n, cada uno de nosotros es responsable¡±, finaliza.
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