Al fondo, la pol¨ªtica
Durante el 2016 de lo que m¨¢s se ha hablado ha sido de los partidos. Y lo mismo puede ocurrir este a?o
En Espa?a se empez¨® a hablar de la ¡°crisis de representaci¨®n pol¨ªtica¡± cuando el funcionamiento de la democracia se convirti¨® en el centro de las protestas sociales y del malestar ciudadano. La cr¨ªtica al sistema se ceb¨® en los partidos pol¨ªticos y sus representantes, considerados como uno de los principales problemas del pa¨ªs. La llamada democracia de partidos pas¨® a considerarse una partitocracia, los hu¨¦rfanos pol¨ªticos se multiplicaron y a su desamparo acudieron nuevos partidos.
?D¨®nde queda hoy la crisis de representaci¨®n? Sus causas e indicadores han sido f¨¢ciles de analizar, pero resulta complicado describir (si es que lo tiene) un colof¨®n para un proceso que empez¨® hace m¨¢s de un lustro. Ciertamente el sistema de partidos se ha transformado, pero los partidos ni han ganado popularidad ni han rebajado su protagonismo. Al contrario, durante el 2016 se ha hablado m¨¢s de partidos que de pol¨ªtica. Y lo mismo puede ocurrir este a?o.
Los partidos protagonizaron el 2016 esencialmente mirando ¡°hacia fuera¡±: buscando votantes, intentando alianzas o imponiendo vetos. El 2017 puede ser el a?o de partidos que miran ¡°hacia dentro¡± para construir liderazgos, renovarse, dise?ar la estrategia, o fortalecer su aparato territorial. Lo har¨¢ Podemos en Vistalegre?II, el PP en su congreso nacional, el PSOE cuando convoque el suyo y Ciudadanos en la expansi¨®n organizativa y territorial que necesita para consolidarse.
El problema es que las vicisitudes organizativas y estrat¨¦gicas de los partidos ralentizan la pol¨ªtica, releg¨¢ndola a un segundo plano. Cuando el l¨ªder de una formaci¨®n es cuestionado o cuando no hay consenso program¨¢tico, la interlocuci¨®n con el resto de actores es m¨¢s inestable o imprevisible, lo que dificulta los acuerdos. Los partidos que se vuelcan en s¨ª mismos pueden hacer poca pol¨ªtica, aunque se necesite mucha para revertir la pobreza, la desigualdad, la precariedad o la cuesti¨®n territorial.
La crisis de representaci¨®n tambi¨¦n iba de cambiar las pol¨ªticas, no solo sus actores. Tocar¨¢ seguir esperando si el 2017 vuelve a ser un a?o de partidos y, al fondo, queda la pol¨ªtica. @sandraleon_
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