Los muchos rostros de la desnutrici¨®n
La buena alimentaci¨®n es esencial para el desarrollo de ?frica y, por ende, deber¨ªa ser una prioridad para los gobernantes
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Si usted est¨¢ sentado con otras dos personas en este momento, es probable que uno de ustedes est¨¦ malnutrido. Y tal vez ni siquiera lo sepa. S¨ª, es verdad: una de cada tres personas en todo el mundo sufre de malnutrici¨®n, pero no siempre se ve como uno podr¨ªa suponer.
Desde los dos mil millones de adultos que tienen exceso de peso hasta los 159 millones de ni?os con un retraso en el crecimiento, la malnutrici¨®n adopta muchas formas. Como m¨¦dica, veo mujeres que parecen saludables, pero que padecen anemia, debido en parte a una baja ingesta de hierro. Y veo hombres con una condici¨®n f¨ªsica relativamente buena con vientres voluminosos, lo que aumenta su riesgo de cardiopat¨ªas.
En ?frica occidental se registran algunas de las tasas m¨¢s altas de malnutrici¨®n del mundo. Eso incluye el "rostro" m¨¢s obvio de la enfermedad: aproximadamente el 9% de los ni?os menores de cinco a?os de ?frica occidental est¨¢n desnutridos o son demasiado delgados para su altura. En los casos m¨¢s severos, la desnutrici¨®n es fatal.
Pero ?frica occidental tambi¨¦n sufre muchas otras formas de malnutrici¨®n. Un tercio de los ni?os menores de cinco a?os en la regi¨®n tienen un retraso en el crecimiento (son demasiado bajos para su edad), un estado f¨ªsico con efectos irreversibles en el desarrollo cognitivo. Seg¨²n el estudio El costo del hambre en ?frica, los ni?os con retraso en el crecimiento en todo el continente van al colegio hasta 3,6 a?os menos que los ni?os bien alimentados.
El problema no afecta s¨®lo a los ni?os. La mitad de las mujeres en edad reproductiva en ?frica occidental son an¨¦micas. La anemia no s¨®lo contribuye a casi una quinta parte de las muertes maternas a nivel global; los beb¨¦s que nacen de madres an¨¦micas tambi¨¦n tienen m¨¢s probabilidades de tener un peso por debajo del apropiado. El resultado es un ciclo vicioso de mala salud.
Quiz¨¢s el rostro menos obvio de la malnutrici¨®n no sea la subalimentaci¨®n, sino el exceso de peso y la obesidad. Hoy, el 31% de los adultos en ?frica occidental tienen sobrepeso o son obesos. En Nigeria, mi pa¨ªs natal, el porcentaje es del 33%. M¨¢s all¨¢ de las cardiopat¨ªas, ese peso adicional aumenta el riesgo de diabetes, alta presi¨®n arterial y apoplej¨ªas, entre otras cosas.
El imperativo de hacer frente a la malnutrici¨®n no podr¨ªa ser m¨¢s evidente. Sin embargo, el progreso ha sido diverso en ?frica?
La desnutrici¨®n tambi¨¦n tiene serias consecuencias econ¨®micas. El Informe de Nutrici¨®n Global de 2016 estima que, en toda ?frica, la desnutrici¨®n resulta en una p¨¦rdida del 11% del PIB: m¨¢s que las p¨¦rdidas anuales generadas por la crisis financiera global de 2008-2010.
A nivel individual, los adultos que sufrieron un retraso en el crecimiento en la ni?ez ¡ªun estado f¨ªsico que ha afectado casi al 70% de la poblaci¨®n activa en algunas zonas¡ª suelen enfrentar una capacidad reducida para trabajar y ganarse la vida debido a los desaf¨ªos que sufrieron en su desarrollo. Los efectos de la malnutrici¨®n en el desarrollo humano y el progreso econ¨®mico son casi profundos por igual.
El imperativo de hacer frente a la malnutrici¨®n no podr¨ªa ser m¨¢s evidente. Sin embargo, el progreso ha sido diverso, especialmente en ?frica occidental.
Sin duda, algunos pa¨ªses han tenido un ¨¦xito impresionante gracias a medidas gubernamentales decisivas. En apenas una d¨¦cada, Ghana redujo el retraso en el crecimiento a casi la mitad, en parte a trav¨¦s de inversiones en ¨¢reas que afectan la alimentaci¨®n, como la agricultura y la protecci¨®n social. El Gobierno de N¨ªger redujo a la mitad la cantidad de muertes de ni?os de menos de cinco a?os en un per¨ªodo similar, gracias a decisiones presupuestarias y operativas espec¨ªficas para abordar el serio problema de la malnutrici¨®n.
Pero otros pa¨ªses pr¨¢cticamente no hicieron mella en el problema de la desnutrici¨®n. En Togo, las tasas de retraso en el crecimiento apenas se modificaron en los ¨²ltimos diez a?os. En Mali y Guinea, el retraso en el crecimiento est¨¢ en aumento. Y estos pa¨ªses no son los ¨²nicos.
Muchos otros pa¨ªses africanos pueden estar a punto de empezar a escribir sus propias historias de ¨¦xito. Costa de Marfil se ha propuesto reducir el retraso en el crecimiento, mientras que Senegal est¨¢ cerca de iniciar acciones para abordar la malnutrici¨®n. En ambos pa¨ªses, una inversi¨®n extra ¡ªtanto pol¨ªtica como financiera¡ª podr¨ªa tener un impacto enorme.
La nutrici¨®n es una de las mejores inversiones que se pueden hacer: cada d¨®lar invertido genera 16 d¨®lares en retornos
Sin embargo, los donantes y los Gobiernos siguen mostr¨¢ndose reacios a ofrecer la financiaci¨®n necesaria. Seg¨²n el Informe de Nutrici¨®n Global de 2016, los fondos de donantes para intervenciones centradas en la alimentaci¨®n est¨¢n estancados en 1.000 millones de d¨®lares. Nueve Gobiernos de ?frica occidental invierten, en promedio, apenas poco m¨¢s del 1% de sus presupuestos en la nutrici¨®n.
Y, sin embargo, la nutrici¨®n es una de las mejores inversiones que se pueden hacer: cada d¨®lar invertido en nutrici¨®n genera 16 d¨®lares en retornos. En muchos pa¨ªses, como la India, las enfermedades relacionadas con la obesidad como las cardiopat¨ªas se est¨¢n consumiendo hasta el 30% de los ingresos anuales de las familias. A menos que los Gobiernos africanos comiencen a hacer elecciones e inversiones inteligentes, el continente puede enfrentar un destino similar.
Muchos Gobiernos africanos se han propuesto objetivos ambiciosos vinculados a la seguridad, la estabilidad y la prosperidad econ¨®mica a largo plazo. La alimentaci¨®n es cr¨ªtica para alcanzar cualquiera de ellos. Es esencial para el desarrollo de nuestro continente y, por ende, deber¨ªa ser una alta prioridad para los responsables de las pol¨ªticas. Millones de vidas dependen de eso.
Adebimpe Adebiyi es directora de Salud Familiar en el Ministerio de Salud de Nigeria.
Copyright: Project Syndicate, 2016
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