La historia de un hombre con linterna
La fotoperiodista Maysun cuenta lo que hab¨ªa detr¨¢s de una de las im¨¢genes que expone, junto a otras 13 reporteras, en Tur¨ªn
Alepo. Cada d¨ªa una masacre. Cada d¨ªa heridos, m¨¢s heridos. Y muertos, m¨¢s muertos. Centenares de ellos. Un hospital, el Dar al Shifa, en el que solo tres de sus nueve pisos estaban utilizables y en la planta baja, una peque?a habitaci¨®n al lado de la entrada como dep¨®sito de cad¨¢veres. All¨ª, dos cuerpos inertes, uno de ellos sin cabeza, permanec¨ªan olvidados. Nadie hab¨ªa podido identificarlos. Despu¨¦s de varios d¨ªas fueron cargados en la parte trasera de una vieja furgoneta de reparto de fruta para llevarlos al cementerio. Maysun (Espa?a, 1980) y un colega subieron a aquella furgoneta. Este es el inicio de la historia de una de las fotos que la fotorreportera hizo en aquel cementerio el 13 de octubre de 2012.
Esa imagen, la que abre este art¨ªculo, es solo una de una serie que Maysun envi¨® a la EPA (European Pressphoto Agency) durante su cobertura de la guerra de Siria en uno de sus primeros viajes al conflicto, en 2012. Ahora, tambi¨¦n forma parte de la exposici¨®n En primera l¨ªnea. Fotorreporteras en zonas de guerra que la Fondazione Torino Musei ha organizado en el Palacio Madama de Tur¨ªn (Italia) y que es una apuesta por exhibir el trabajo de la mujer en la Historia, no solo como creadora, sino como protagonista.
Hasta el pr¨®ximo 16 de enero, el trabajo de Maysun estar¨¢ dentro de esa residencia real, y la fot¨®grafa ha elegido esta, la del hombre que sujeta una linterna sobre un cad¨¢ver, para desnudar lo que hay detr¨¢s: ¡°Una de las fotos de aquella serie fue muy publicada, llegando a ser portada de The New York Times. Esta otra pas¨® un poco m¨¢s inadvertida, y creo que merece ser mostrada un poco m¨¢s¡±.
?Qu¨¦ pas¨® despu¨¦s de subirse a aquella furgoneta?
¡°Apenas hab¨ªa luz. No hab¨ªa nadie para enterrarlos, por lo que dejaron los cuerpos en el suelo, cubiertos con una manta. En el camino de vuelta a la carretera, Ahmad, un combatiente del Ej¨¦rcito Libre Sirio (ELS, com¨²nmente conocido por sus siglas en ingl¨¦s, FSA), no pod¨ªa dejar de decirme: ¡°Ya haram! Ya haram! (?Esto es pecado!) ?Debemos enterrarlos! ?Los perros se los comer¨¢n!
Volvimos al cementerio al caer la noche tras haber parado y convencido a varias personas para que nos ayudasen a enterrarlos. Al tratar de enterrarlos en una fosa com¨²n, un avi¨®n pas¨® varias veces sobre nosotros. Tuvimos que apagar todas las luces, una linterna y el brillo de nuestros tel¨¦fonos m¨®viles. Les enterraron tan pronto como pudieron, deprisa, sin nombres, ceremonias o luto.
Sent¨ª tristeza, acallada por el miedo y la excitaci¨®n de poder vivir un momento importante desde el punto de vista period¨ªstico. Tristeza por las personas que estaban siendo enterradas sin identidad, sin familia que supiera qu¨¦ hab¨ªa sido de ellas. Tristeza por la absoluta violencia que los sirios tienen que soportar a diario, no solo f¨ªsica, sino mental, por la falta de normalidad en cada uno de los momentos que viven a diario. ?Qu¨¦ vendedor de fruta, carpintero, agricultor o abogado querr¨ªa ser parado en medio de la carretera para enterrar a oscuras en una fosa com¨²n a dos cad¨¢veres sin identificar, uno de ellos sin cabeza? La guerra no tiene sentido, pens¨¦. Lo sigo pensando.
Varios d¨ªas despu¨¦s, descubr¨ª que Ahmad se encontraba desaparecido cuando el R¨¦gimen Sirio bombarde¨® el hospital Dar al Shifa, por octava y ¨²ltima vez, hasta reducirlo a escombros. Hasta comienzos de 2013 no tuve noticias de ¨¦l. Estaba vivo, aunque psicol¨®gicamente tocado, por lo que me contaron. Tres a?os m¨¢s tarde, no s¨¦ qu¨¦ ha podido ser de ¨¦l.
La guerra de Siria, es una de las m¨¢s terribles y sangrientas que hayan existido desde el comienzo del siglo XXI es, hoy y tras m¨¢s de 5 a?os de pura barbarie, la guerra m¨¢s peligrosa para un periodista, por el alt¨ªsimo riesgo a ser secuestrado y asesinado¡±.
Pensamiento colectivo
A Maysun la vocaci¨®n no le lleg¨® en un d¨ªa, poco a poco se dio cuenta de la necesidad que sent¨ªa de documentar lo que la rodeaba. Empez¨® estudiando Arqueolog¨ªa, aunque luego qued¨® en el tintero. En 2001, para complementar aquello que hab¨ªa empezado, estudi¨® fotograf¨ªa profesional, a lo que despu¨¦s sum¨® un posgrado de Fotoperiodismo en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
Tres a?os despu¨¦s ya estaba documentando la comunidad palestina de Zaragoza y Catalu?a: era, en cierta forma, investigar su propia identidad: Maysun es espa?ola y palestina. Actualmente vive entre Espa?a y Kenia, y desde 2005 inmortaliza el mundo de la pol¨ªtica, conflictos sociales y problemas ambientales en Espa?a, Birmania, Tailandia, Kosovo, Palestina e Israel, L¨ªbano, Gaza, Italia o Siria, entre otros muchos lugares. Su trabajo ha sido publicado en medios como The New York Times, TIME, National Geographic, The Guardian, The Wall Sreet Journal; y colabora regularmente con agencias como EPA, AFP o Corbis.
Ahora, su trabajo forma parte de una muestra que reivindica a la mujer. Ella asegura que el futuro solo es posible si hay un pensamiento colectivo: ¡°El feminismo, que no hay que confundir con hembrismo, lo opuesto del machismo y que busca la supremac¨ªa de las mujeres sobre los hombres, defiende la b¨²squeda de igualdad de derechos y oportunidades en la sociedad sin distinci¨®n de g¨¦nero, raza, edad, condici¨®n social o sexual; y creo firmemente que, tanto hombres, mujeres y transg¨¦nero deben ser feministas. El ¨¦xito de la sociedad pasa por que dejemos de separaros continuamente por etiquetas definitorias y pensemos en el bien com¨²n¡±.
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