Viaje a nuestras profundidades: en el intestino est¨¢ la clave
E SE HOMBRE que recibe, compungido, las muestras de dolor y solidaridad de familiares y amigos, mientras contempla el cuerpo de su madre muerta, est¨¢ haciendo la digesti¨®n, igual que quienes le dan el p¨¦same o deambulan ensimismados de un extremo al otro de la sala del tanatorio, en la que alguien se ha ocupado de que haya caf¨¦ y pastas para los visitantes. Algunos de los deudos, mientras asimilan la pena, se dedican a formar en la boca, con esas pastas, un bolo alimenticio que, una vez triturado por los dientes y ba?ado en el caldo producido por las gl¨¢ndulas salivales, atravesar¨¢ la faringe y descender¨¢ por el es¨®fago hasta caer en esa bolsa muscular de litro y medio llamada est¨®mago
La aventura de la pasta, que ya ha perdido su forma y quiz¨¢ parte de su fondo, no ha hecho m¨¢s que empezar. En el est¨®mago ser¨¢ sometida a un tratamiento mec¨¢nico-qu¨ªmico que la convertir¨¢ en una masa llamada quimo. Nada queda ya de su forma original, pero tambi¨¦n aqu¨ª su fondo habr¨¢ sido da?ado para comenzar la separaci¨®n entre lo soluble y lo insoluble. El quimo atravesar¨¢ luego una puerta que conduce al intestino delgado, donde, a lo largo de sus seis metros de longitud, llenos de curvas, continuar¨¢ degrad¨¢ndose debido a las secreciones glandulares, para acceder luego al intestino grueso, un conducto de metro y medio por el que se llega al recto y, desde ¨¦l, al culo, orificio por el que se expulsan las sobras no digeribles de la pasta que el deudo citado m¨¢s arriba se hab¨ªa metido inocentemente en la boca, acompa?ada de una taza de caf¨¦.
El fin del proceso digestivo no es otro, pues, que el de transformar los alimentos que nos llevamos a la boca en unidades m¨¢s simples y solubles, capaces de ser absorbidas por las paredes del tracto digestivo y penetrar as¨ª en el torrente sangu¨ªneo para alimentar las c¨¦lulas de nuestro cuerpo. Una aventura qu¨ªmica y f¨ªsica notable que llevamos a cabo, o que lleva a cabo nuestro aparato digestivo, mientras recibimos el p¨¦same, mientras paseamos por el parque, mientras asistimos a una clase de matem¨¢ticas, a una conferencia de teolog¨ªa, a una reuni¨®n de trabajo o a la representaci¨®n teatral de una pieza de Shakespeare. Tambi¨¦n mientras damos una cabezada frente al telediario, donde aparece una ciudad reci¨¦n bombardeada en la que han perecido cientos de civiles, muchos de ellos ni?os. Observad a esos j¨®venes que, despu¨¦s de comer, follan como si se fuera a terminar el mundo en el cuarto de la fotocopiadora de su empresa: los dos hacen la digesti¨®n al tiempo de acometerse mutuamente.
En cuanto a esa burbuja de aire que ha llegado hasta tu paladar en medio de un concierto de Vivaldi interpretado por un cuarteto de cuerda, es un producto de la digesti¨®n. Se llama eructo y viene de las profundidades abisales que nos conforman, de las que estamos hechos y sobre las que quiz¨¢ reflexionamos poco. Cuando la burbuja es agria, se debe a un exceso de acidez en el est¨®mago. Tal vez bebes demasiado o comes mal, o tomas mucho caf¨¦, no s¨¦, quiz¨¢ sufres de estr¨¦s. En el aparato digestivo, con la misma facilidad con la que entra una pasta, penetra una emoci¨®n. No es f¨¢cil distinguir cu¨¢ndo se es desgraciado por el ardor de est¨®mago o cu¨¢ndo se tiene ardor de est¨®mago por ser desgraciado. La angustia se instala con frecuencia ah¨ª, en lo que llamamos la boca del est¨®mago, impidi¨¦ndonos la entrada de una loncha de jam¨®n de York cuando a quien de verdad no podemos tragar es a quien nos la ofrece. Por ejemplo. Tal conversi¨®n de lo ps¨ªquico en f¨ªsico explica no pocas veces la raz¨®n de que un susto devenga en cagalera o de que el af¨¢n de retener riquezas provoque estre?imiento.
De la boca al culo, en fin, todo es aparato digestivo, o tracto digestivo, que suena mejor, m¨¢s t¨¦cnico. El tracto, resumiendo, est¨¢ compuesto, en orden descendente, por la boca, el es¨®fago, el est¨®mago, el intestino delgado, el grueso, el recto y el ano. Forman tambi¨¦n parte de ese aparato el h¨ªgado, la ves¨ªcula biliar y el p¨¢ncreas, gl¨¢ndulas que vierten al intestino diversos jugos esenciales en el proceso de la descomposici¨®n de los alimentos. El h¨ªgado, adem¨¢s, almacena sustancias nutrientes y se deshace de las t¨®xicas.
Pero a lo que ¨ªbamos es a que estamos atravesados por una oquedad formada por tubos y c¨¢maras, no por una oquedad recta, que busque la distancia m¨¢s corta entre dos puntos, pues si desde la garganta al ano, por afuera, apenas hay cuatro o cinco palmos de longitud, por dentro hay once metros o m¨¢s. El tracto, cuando llega al intestino delgado, se pliega sobre s¨ª mismo en zigzags, como un circuito de f¨®rmula 1 diab¨®lico a lo largo del cual la pasta ingerida en el velatorio de mam¨¢ va transform¨¢ndose simult¨¢neamente en alimento y en basura. Ser¨ªa acertado decir que el aparato digestivo lo convierte todo en mierda, pero resultar¨ªa injusto e incompleto. Hay una parte de los gl¨²cidos, l¨ªpidos y prote¨ªnas que nos hemos introducido por la boca a los que transforma en oro, en oro l¨ªquido que se filtra por las paredes del tubo para llegar a la sangre, que lo transporta hasta los confines de la geograf¨ªa corporal para nutrir a todas y cada una de nuestras c¨¦lulas. La mayor¨ªa de los ¨®rganos mencionados, que pesan y ocupan lo suyo, est¨¢n dispuestos y ordenados en el interior de una membrana llamada peritoneo con el cuidado con el que vemos dispuesta y ordenada la ropa dentro de la maleta de un sujeto obsesivo. Llamamos a ese conjunto ¡°paquete intestinal¡±.
Del ano o culo podr¨ªamos afirmar que es una boca inversa, puesto que, en lugar de tragar, destraga. Hay m¨¢s chistes sobre el culo que sobre la boca, vaya usted a saber por qu¨¦. El aparato digestivo, en general, ha sido desde siempre blanco de iron¨ªas sin cuento y hasta se ha erigido sobre ¨¦l una subespecie del humor, en su mayor¨ªa de mal gusto, calificado de escatol¨®gico. Lo escatol¨®gico, de acuerdo con la segunda acepci¨®n del DRAE, es lo perteneciente o relativo a los excrementos y suciedades. Nada que ver con el tono grave y circunspecto, cuando no profesoral, que utilizamos para hablar del aparato cardiorrespiratorio, sobre el que apenas existe literatura humor¨ªstica.
Pues bien, resulta que el aparato digestivo est¨¢ de moda. En Alemania, por ejemplo, se han vendido m¨¢s de un mill¨®n de ejemplares de un libro entretenid¨ªsimo y riguroso titulado La digesti¨®n es la cuesti¨®n, publicado en Espa?a por Urano. Su autora, Giulia Enders, cuenta en el pr¨®logo que a los 17 a?os le apareci¨® en la pierna derecha una herida que, lejos de curarse con los diferentes tratamientos a que fue sometida, se extendi¨® inexplicablemente a la otra pierna, incluso a los brazos y a la espalda. Recabando informaci¨®n aqu¨ª y all¨¢, descubri¨® el caso de un hombre al que le hab¨ªa sucedido algo parecido despu¨¦s de tomar antibi¨®ticos. Tambi¨¦n ella los hab¨ªa tomado. ¡°Desde ese momento¡±, dice Enders, ¡°dej¨¦ de tratar mi piel como un enfermo de la piel y lo hice como la de un enfermo del intestino¡±. El libro de Enders, que no deja fuera un solo asunto relacionado con la digesti¨®n, aporta datos curios¨ªsimos. Se?ala, por citar un ejemplo, que las hemorroides, la diverticulitis y el estre?imiento apenas existen en pa¨ªses donde se evacua en cuclillas. Resultar¨ªan, pues, patolog¨ªas provocadas por la postura a la que nos obliga la taza del retrete, un mueble de cuya comodidad y dise?o se jacta el mundo occidental. No se apure usted, siempre seg¨²n Enders, basta, para corregir los efectos nocivos del dise?o art¨ªstico, con colocar delante de la taza un taburete sobre el que apoyaremos los pies al tiempo de inclinar un poco el cuerpo hacia delante. Y ya est¨¢n los ¨®rganos dispuestos para una evacuaci¨®n satisfactoria.
SOBRE el aparato digestivo SE HA DESARROLLADO EL HUMOR ESCATOL?GICO. Nada que ver con la CEREMONIA que rodea al aparato cardiorrespiratorio.
El aparato digestivo se ha reivindicado, dir¨ªamos, y no solo ocupa ya el centro de nuestro cuerpo, formando el eje en torno al cual se nuclean nuestras dos mitades sim¨¦tricas, sino que ha dado el salto a las conversaciones sobre la nutrici¨®n, la obesidad, el hambre, la salud, el bienestar. ¡°Come poco y cena m¨¢s poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del est¨®mago¡±, dec¨ªa Don Quijote a Sancho, recomendaci¨®n en la que coinciden cuatro siglos despu¨¦s todos los m¨¦dicos de nuestro tiempo.
Se nos ocurri¨®, a prop¨®sito de lo que venimos hablando, solicitar un encuentro con el bioqu¨ªmico y genetista Carlos L¨®pez Ot¨ªn, que nos recibi¨® en su despacho del departamento de bioqu¨ªmica de la Universidad de Oviedo. A preguntas nuestras, atribuy¨® este renovado inter¨¦s por el aparato digestivo a los estudios de la ciencia actual sobre la microbiota y los metagenomas.
¨CNuestro organismo ¨Cdice L¨®pez Ot¨ªn¨C es la suma de las c¨¦lulas humanas y de los microbios que nos habitan, a cuyo conjunto llamamos microbiota o microbioma. La suma de una cosa y otra se llama holobionte. Un todo.
¨CH¨¢blenos de la parte no humana.
¨CLa microbiota est¨¢ compuesta fundamentalmente por bacterias, aunque tambi¨¦n hay virus y par¨¢sitos de todo tipo, pero fundamentalmente bacterias. Durante mucho tiempo se pens¨® que el n¨²mero de bacterias que nos habita era 10 veces superior al n¨²mero de c¨¦lulas humanas. Hoy, con un c¨¢lculo muy reciente, es solo un poco m¨¢s, pongamos 1,3 veces, es decir, que puede haber 40 billones de bacterias dentro del cuerpo humano. Pero da igual que sean 30 que 50. En todo caso son billones.
¨C?Y qu¨¦ porcentaje de esas bacterias se encuentran en el aparato digestivo?
¨CM¨¢s del 90%.
¨C?Se reparten por igual a lo largo de todo el tracto?
¨CEst¨¢n concentradas fundamentalmente en el colon. El colon humano es uno de los lugares de mayor densidad microbiana del planeta. De alguna manera ¨Ca?ade ir¨®nicamente¨C, esta es nuestra verdadera vida interior. Nuestra vida interior surge de aquello que nos habita, que es m¨¢s de lo que nos es propio.
¨C?Esas bacterias est¨¢n especializadas?
¨CLa mayor¨ªa de las bacterias del organismo, la inmensa mayor¨ªa, son absolutamente ben¨¦ficas y se han ido incorporando a lo largo de la evoluci¨®n en una simbiosis muy elaborada que permite que participen en establecer la sinton¨ªa adecuada de la pr¨¢ctica totalidad de las funciones del organismo, incluyendo funciones neurol¨®gicas. El conjunto de bacterias que nos habitan, como ya hemos dicho, se llama microbiota o microbioma. Podemos reconocer qu¨¦ es cada cosa y a qui¨¦n pertenece por su material gen¨¦tico. Cada ser humano tiene su propio genoma, 3.000 millones de piezas qu¨ªmicas engarzadas en una tira de m¨¢s de dos metros en cada c¨¦lula humana. Las bacterias tambi¨¦n tienen su propio material gen¨®mico construido con los mismos principios, pero mucho m¨¢s peque?o y de forma circular en vez de lineal. Uno puede analizar el genoma humano y decir: ¡°Tengo las claves de la esencia humana, he acudido al or¨¢culo de Delfos y me he le¨ªdo a m¨ª mismo; me he preguntado qui¨¦n soy y el or¨¢culo me ha respondido ley¨¦ndome el genoma; todav¨ªa hoy no s¨¦ decirte qu¨¦ significan muchas de las letras que lo componen, muchas de las variantes, pero aqu¨ª est¨¢n tus secretos¡±. Pero si resulta que tenemos dentro de nosotros material gen¨¦tico de otros seres, tambi¨¦n hay que estudiarlo. El conjunto de todos estos genomas ¨Cel humano, el bacteriano, el microbiano, en general¨C lo llamar¨ªamos metagenoma, un concepto ecol¨®gico por el que se asume que el cuerpo humano es un ecosistema en el que habitan distintas especies y que todas ellas transforman el entorno para la supervivencia, para la competici¨®n en el mundo.
Las hemorroides, la diverticulitis y el estre?imiento apenas existeN en pa¨ªses donde la costumbre es evacuar en CUCLILLAS.
¨C?Qu¨¦ inter¨¦s tiene esto desde el punto de vista de la salud?
¨CPueden producirse en el metagenoma variaciones que derivan fundamentalmente de cambios en el microbioma, que al ser lo m¨¢s abundante que tenemos influye decisivamente en la salud y en la enfermedad, tanto que si alteramos la simbiosis entre las c¨¦lulas humanas y el microbioma, entramos en disbiosis. La disbiosis es la p¨¦rdida del equilibrio entre las c¨¦lulas de un organismo humano y las c¨¦lulas bacterianas, microbianas, en general, que lo habitan. Se trata de un concepto emergente que en un futuro no muy lejano nos ayudar¨¢ a entender muchas de las enfermedades cr¨®nicas que hoy nos afectan.
¨CLas bacterias son, pues, necesarias para la vida.
¨CAbsolutamente.
¨C?Y con la microbiota o microbioma venimos al mundo? ?Se transmite a trav¨¦s de la madre?
¨CEn principio, la mayor parte de la microbiota humana se asienta durante los dos o tres primeros a?os, pero empezamos a construirla en el canal del parto. La placenta tiene su propio microbioma, e incluso es posible que alguna parte se pueda transferir al feto.
¨C?El microbioma es un descubrimiento reciente?
¨CQue estamos colonizados por bacterias se sabe desde siempre, lo que es m¨¢s novedoso es el conocimiento de la influencia que tiene la microbiota en la salud y en la enfermedad. Ahora existe la tecnolog¨ªa precisa para estudiar las variaciones en la microbiota estudiando el metagenoma. La obesidad, por ejemplo, cambia la proporci¨®n de las especies de las comunidades bacterianas.
¨C?Se puede intervenir eficazmente sobre el microbioma?
¨CS¨ª, claro. Si detectas que unas especies microbianas han perdido influencia, han perdido su nicho porque lo est¨¢n ocupando otras, lo que seguramente est¨¢ contribuyendo a la aparici¨®n de una patolog¨ªa, intentas eliminarlas y sustituirlas por otras.
¨C?C¨®mo?
¨CDe varias maneras. Con prebi¨®ticos, con probi¨®ticos, incluso con trasplantes de heces. Esta ¨²ltima t¨¦cnica est¨¢ en experimentaci¨®n y los resultados son preliminares. Los prebi¨®ticos son macromol¨¦culas, fibras no digeribles que se ingieren con la dieta y favorecen la actividad de la microbiota. Probi¨®ticos son microorganismos vivos que se ingieren con la dieta para favorecer la salud.
¨C?Los que se incluyen con frecuencia en los yogures para recuperar la flora intestinal?
¨CPara recuperarla o modificarla, s¨ª. Si resulta que dentro de cinco a?os se descubre que los supercentenarios tienen un porcentaje m¨¢s elevado de una especie bacteriana concreta, pues ah¨ª estar¨¢ Daniel Ram¨®n intentando poner eso en los yogures.
Daniel Ram¨®n es doctor en Ciencias Biol¨®gicas y consejero delegado de Bi¨®polis, una empresa de biotecnolog¨ªa radicada en Valencia y dedicada, entre otros asuntos de vanguardia, al dise?o, producci¨®n y purificaci¨®n de bacterias, levaduras y hongos filamentosos a trav¨¦s de los m¨¦todos de fermentaci¨®n cl¨¢sica y el dise?o de ingenier¨ªa metab¨®lica. Significa que fabrican y comercializan prebi¨®ticos y probi¨®ticos para las industrias farmac¨¦uticas y de alimentaci¨®n. En efecto, esas bacterias incluidas en el yogur de nuestro desayuno proceden seguramente de su laboratorio, en el que a lo largo del ¨²ltimo a?o se han llevado a cabo unos nueve mil an¨¢lisis de heces. Acudimos a ¨¦l para que nos diga si hay avances sustanciales en este campo.
¨CS¨ª ¨Cdice¨C, hemos aprendido a ver todas las bacterias que hay en las heces usando una t¨¦cnica similar a la que se utiliz¨® para secuenciar el genoma humano. Con las t¨¦cnicas anteriores, con suerte, ve¨ªamos entre el 20% y el 30% de las bacterias que hab¨ªa en una muestra fecal. Ahora las vemos todas. A esa t¨¦cnica se le llama ¡°an¨¢lisis del microbioma fecal¡±.
¨CSeg¨²n el genetista Carlos L¨®pez Ot¨ªn, el n¨²mero de bacterias que nos habita supera al de las c¨¦lulas de nuestro cuerpo. ?Cu¨¢nto peso supone esa cantidad?
¨CUn individuo de 70 kilos lleva dentro de s¨ª un kilo de bacterias. Si las analizamos cualitativamente, nos encontramos con la sorpresa de que hay m¨¢s de 1.000 especies bacterianas distintas en nuestro tracto digestivo. Todas ellas interaccionan con las c¨¦lulas de nuestro tracto digestivo y dan lugar a un metabolismo global. Si ese metabolismo es correcto, estamos sanos. Si no, tenemos problemas. Todo esto nos era desconocido hace apenas 10 a?os. En realidad, se habla del microbioma del tracto digestivo como de un nuevo ¨®rgano de nuestro cuerpo que desconoc¨ªamos. Lo fascinante es que no hay dos individuos con el mismo microbioma digestivo. Si analizamos la saliva de dos personas antes y despu¨¦s de que se besen en la boca, cada una tendr¨¢ 800 millones de bacterias que antes no ten¨ªa.
TENEMOS BILLONES DE BACTERIAS ESENCIALES PARA NUESTRA SALUD. EL NOVENTA POR CIENTO EST? EN EL INTESTINO.
¨C?Se ha producido un trasplante doble de bacterias?
¨CS¨ª.
¨C?El beso es sano entonces?
¨CMuy sano.
¨CDada la cantidad y el peso de las bacterias que nos colonizan, se pregunta uno qui¨¦n es el invitado y qui¨¦n el anfitri¨®n.
¨CS¨ª, quiz¨¢ estamos aqu¨ª para ser meros transportadores de bacterias.
¨C?Ese ser¨ªa el sentido de la vida?
¨C[Risas] Tal vez. Ellas fueron las primeras habitantes del planeta y ser¨¢n las ¨²ltimas. Hay bacterias en los g¨¦iseres de Yellowstone, en la Ant¨¢rtida, en el desierto de Atacama¡
¨C?Qu¨¦ hacen las bacterias durante la digesti¨®n?
¨CFundamentalmente producen enzimas que ayudan a degradar las grandes mol¨¦culas que forman los alimentos y que nuestro intestino no puede absorber. Si comemos frutas o verduras, ayudan a degradar el almid¨®n, la celulosa y la hemicelulosa, secretando al tubo digestivo amilasas, celulasas y hemicelulasas, que son las enzimas que degradan, respectivamente, estos pol¨ªmeros. Si comemos carne o huevo, degradan las prote¨ªnas y las grasas secretando proteasas y lipasas. El resultado es que de todas esas mol¨¦culas se liberan unidades peque?as (az¨²cares como fructosa o glucosa en el caso de los vegetales) que ya pueden ser absorbidas por el intestino generando la energ¨ªa que nos mantiene vivos. Si careci¨¦ramos de microbioma, tendr¨ªamos problemas.
¨C?Cu¨¢ntas bacterias se eliminan en una deposici¨®n normal?
¨CSe habla de unos cien millones por gramo de caca. Si un ser humano defeca por t¨¦rmino medio 150 gramos al d¨ªa, evacuamos diariamente unos 15 billones de bacterias.
¨C?De qu¨¦ manera se reponen?
¨CDividi¨¦ndose al asimilar los nutrientes que ingerimos con nuestros alimentos.
¨C?El an¨¢lisis de las cacas nos ayuda a saber m¨¢s sobre nosotros mismos?
¨CS¨ª, los an¨¢lisis cl¨ªnicos de heces pueden reportar muchos datos sobre nuestra salud: presencia de pat¨®genos, inflamaci¨®n, alergias, mala absorci¨®n de alg¨²n nutriente y, lo peor por lo que puede significar, la presencia de sangre.
¨C?Cu¨¢l es la situaci¨®n del trasplante de heces?
¨CLa primera constancia escrita es del siglo IV, en China. Un m¨¦dico llamado Ge Hong suministraba heces frescas de gente sana a enfermos con diarreas severas. En China, en el siglo XVI, se suministraban heces fermentadas o secas de gente sana a enfermos con v¨®mitos o diarreas. A este preparado se le llamaba la ¡°sopa amarilla¡±. Desde entonces se ha usado de forma frecuente en veterinaria. En la d¨¦cada de los cincuenta se empez¨® a utilizar en EE UU de forma espor¨¢dica en humanos. Actualmente se practica de forma m¨¢s frecuente, aunque hay muy pocos datos cl¨ªnicos que avalen su efectividad. Se ha probado en muchas patolog¨ªas digestivas, incluida la obesidad. En el ¨²nico caso que funciona de forma muy eficaz es en enfermos que sufren infecci¨®n por la bacteria pat¨®gena Clostridium perfringens y que ya no responden a tratamiento con antibi¨®ticos.
Si analizamos la saliva de dos personas antes y despu¨¦s de que se besen en la boca, encontraremos 800 millones de bacterias m¨¢s.
¨C?C¨®mo se efect¨²a el trasplante de heces?
¨CSe toman heces de un miembro pr¨®ximo al n¨²cleo familiar, normalmente la pareja, que act¨²a como donante. Se a?ade soluci¨®n salina y se bate en una batidora. El resultante se filtra o se cuela y se introduce en una jeringa unida a un cat¨¦ter. Se suministra al receptor por la parte superior o la parte inferior del tracto digestivo. Si es por la superior, se utiliza una sonda nasog¨¢strica. Si es por la inferior, se hace una colonoscopia o se administra como enema. Ninguna de estas t¨¦cnicas resulta agradable, por lo que se han empezado a comercializar pastillas que contienen el li¨®filo del ¡°batido de heces¡±. En estos momentos hay un cierto vac¨ªo legal sobre el uso del trasplante fecal. Aunque parece muy eficaz en el caso de las clostridiosis extremas, hacen falta m¨¢s datos cl¨ªnicos y que sea un gastroenter¨®logo quien lo administre.
¨C?Por qu¨¦ hay tantas clases de caca?
¨CPorque en el mundo animal hay varios tipos de dietas y de digestiones. Lo que comes tiene una influencia directa sobre tus heces. Hay animales que solo comen vegetales, otros que solo comen carne y otros que comen de todo. Cada uno de ellos defeca diferente. Incluso para un mismo animal hay diferencias si se cambia la dieta. Es muy usual verlo en perros. Si le cambias el tipo de pienso, cambia la consistencia y el color de las defecaciones. Algo similar ocurre en los humanos. No te asustes si al d¨ªa siguiente de haber comido un buen plato de arroz negro tus cacas son negras como el carb¨®n. Es la tinta de la sepia. Entre distintos animales entra en juego el tipo de digesti¨®n, incluso de ingesta. Depende mucho de la eficacia de su digesti¨®n. Los rumiantes suelen tener una digesti¨®n muy efectiva. Por el contrario, la de los conejos es bastante ineficaz. Por eso comen hierba, defecan unas primeras cacas blandas, que se llaman cecotrofos, se las comen y tienen una segunda defecaci¨®n mucho m¨¢s dura que ya no ingieren. Con este doble pase logran extraer toda la energ¨ªa de lo que comen.
¨C?Por qu¨¦ a id¨¦ntica alimentaci¨®n se pueden producir heces tan distintas desde el punto de vista de la humedad, la textura, el color¡?
¨CPor muchas causas, algunas patol¨®gicas y otras no. Una causa muy clara es la ingesta de agua. Cuanta m¨¢s agua bebes, m¨¢s blando se defeca. Los m¨¦dicos hablan de siete tipos de caca que clasifican en la llamada ¡°escala Bristol¡±. La desarrollaron dos m¨¦dicos de la Universidad de Bristol, de ah¨ª el nombre, y hablan de cacas duras, con forma de salchicha o de morcilla, masa pastosa o acuosa¡
¨C?Qu¨¦ intestinos producen las cacas m¨¢s bellas?
¨CSobre gustos no hay nada escrito. Pero si tuviera que decidirme por una caca hermosa, para m¨ª la m¨¢s bonita de todas es la del pez loro. Estos peces comen much¨ªsimo coral que luego defecan y arrastran a tierra. Cuando se acumulan, sus cacas forman arena blanca. Las playas de arena blanca del Caribe tienen este origen.
¨C?Cu¨¢les son las patolog¨ªas m¨¢s benignas del tracto digestivo?
¨CEl ardor de est¨®mago, el reflujo gastroesof¨¢gico, el estre?imiento, la diarrea, los gases¡
¨C?Conoce usted la cifra del negocio farmac¨¦utico o parafarmac¨¦utico que gira en torno a los males del aparato digestivo?
¨CEn EE UU, el 37% de sus ciudadanos necesitan cada a?o alg¨²n tipo de tratamiento, f¨¢rmaco o suplemento nutricional que afecte a la llamada ¡°salud digestiva¡±. Todo esto supuso en 2015 unas ventas de 65.000 millones de d¨®lares.
¨C?Y en cuanto al c¨¢ncer?
¨CEl de colon es el m¨¢s frecuente seg¨²n los datos de la p¨¢gina web de la Asociaci¨®n contra el C¨¢ncer. Literalmente dice as¨ª: ¡°Es el tumor maligno de mayor incidencia en Espa?a, si se cuenta hombres y mujeres, con cifras entre 28.000 y 33.800 nuevos casos cada a?o. Se producen aproximadamente 20.000 casos nuevos en hombres y 14.000 en mujeres, y afectar¨¢ a uno de cada 20 hombres y a una de cada 30 mujeres antes de cumplir los 70 a?os. En Espa?a la supervivencia a los cinco a?os se sit¨²a en este momento por encima de la media de los pa¨ªses europeos, con un 64% (la media europea es de un 57%)¡±.
¨C?Cree usted que hay una moda del aparato digestivo?
¨CSin duda. Viene mediada por lo que estamos aprendiendo en los ¨²ltimos a?os con el an¨¢lisis de los microbiomas digestivos. Tambi¨¦n porque ha habido divulgadores que han escrito libros interesantes como el de La digesti¨®n es la cuesti¨®n, de Giulia Enders. Colgaron una conferencia suya en YouTube que arras¨®. A partir de ah¨ª escribi¨® el libro, que divulga de forma muy adecuada todo lo ligado a la digesti¨®n.
¨CD¨ªgame, ?despu¨¦s de morir se sigue haciendo la digesti¨®n durante un tiempo?
¨CS¨ª, porque las bacterias contin¨²an en el tracto digestivo.
Significa que en el velatorio con el que comenz¨¢bamos este reportaje no solo estaba trabajando, como cre¨ªamos, el aparato digestivo de los deudos, sino tambi¨¦n el de la madre muerta. Ese punto, la digesti¨®n, los un¨ªa a todos. Nos une a todos.?¡ªeps
Un tesoro oculto
¡ª Palabras malsonantes. Todo lo referido a los excrementos provoca repugnancia. Y con los sin¨®nimos, como caca o mierda, se definen las cosas mal hechas o despreciables.Las inmundicias. Sin embargo, lo que queda en el fondo de su retrete es mucho m¨¢s valioso de lo que piensa. Es la puerta a una revoluci¨®n en la medicina actual gracias a las t¨¦cnicas de secuenciaci¨®n del ADN.
¡ª Excrementos sanadores. Las heces de un individuo sano curan. No es algo nuevo. Hace 3.000 a?os, La colecci¨®n de 52 prescripciones, el tratado de medicina china m¨¢s antiguo, ya explicaba sus virtudes. ¡°Tambi¨¦n los beduinos consum¨ªan heces de camello para curar infecciones como la disenter¨ªa¡±, destaca Jordi Cu?¨¦, doctor en microbiolog¨ªa y director de investigaci¨®n de la compa?¨ªa AB-Biotics.
¡ª Casi hechos de bacterias¡ fecales. La microbiota anida en sus tripas y no podr¨ªa vivir sin ella. Los cient¨ªficos se sienten tentados a categorizarla como un nuevo ¨®rgano: una colonia formada por entre 500 y 1.000 especies de bacterias que forma la mayor parte de la carga del intestino grueso. ¡°Estamos colonizados por bacterias por todos los lados¡±, afirma Cu?¨¦. Se dice que somos piel, hueso, sangre, neuronas, m¨²sculo, grasa y tejido conectivo. A lo que habr¨ªa que a?adir una comunidad de entre 10 y 100 billones de bacterias.
¡ª Nuestro invernadero. As¨ª que, si fuera por n¨²mero, tenemos tantas bacterias que podr¨ªamos considerarnos un superorganismo. Y las heces son su principal embajador, ya que se concentran en el intestino grueso. ¡°Nos dicen que el intestino es, salvando las distancias, como una especie de invernadero, donde cultivamos las bacterias que son beneficiosas para nuestra digesti¨®n y nuestro sistema inmunol¨®gico¡±, explica Borja S¨¢nchez, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y promotor de MicroViable Therapeutics, una compa?¨ªa biotecnol¨®gica espa?ola.
¡ª Bancos de heces. Las heces resultan esenciales para conocer si ese complejo universo que mora dentro vive en armonioso equilibrio o se bate en guerras fratricidas. Cuando esto ocurre, surge la enfermedad e incluso la muerte. Tal es la importancia de la caca que ya existen bancos internacionales de heces, un producto que puede ser tan precioso como la sangre. OpenBiome, en Massachusetts (EE UU), es un depositario sin ¨¢nimo de lucro de los excrementos de donantes sanos. En Advanced Bio, en Sacramento (California), desde el a?o pasado se congelan heces para extraer la microbiota sana. Esas heces pueden salvarle la vida.
¡ª Trasplantes. La bacteria Clostridium difficile se ha hecho resistente a muchos antibi¨®ticos por su uso indiscriminado durante d¨¦cadas. Aguarda en los hospitales para colonizar a sus presas, por lo general mayores de 65 a?os bajo tratamiento antibi¨®tico y con una flora intestinal debilitada. Puede desencadenar una gastroenteritis mortal. En EE?UU mueren por estas diarreas 14.000 personas al a?o. En Espa?a, su tasa de mortalidad est¨¢ aumentando: 159 muertes entre 1999 y 2006. En los casos m¨¢s graves, la ¨²nica manera de detenerla es con un trasplante de heces donadas por una persona sana.
¡ª Lo que hacen por nosotros (y cuando no funcionan bien). La microbiota sana nos hace sentir mejor. Al forrar el interior de los intestinos, act¨²a como el muro protector para evitar que se enganchen pat¨®genos indeseables; y las propias bacterias segregan toxinas contra otras bacterias. Adem¨¢s, produce enzimas que nosotros somos incapaces de fabricar para romper nutrientes que no son digeridos en el est¨®mago y aprovecharlos; educa nuestras defensas contra pat¨®genos y al¨¦rgenos, y permite que algunos f¨¢rmacos se activen al llegar al intestino.
¡ª Conflictos entre bacterias que pueden resultar fatales. Si no hay armon¨ªa, vienen los problemas, explica Jordi Cu?¨¦. Los desequilibrios de los microorganismos ¨Cque incluyen bacterias¨C presentes en la vagina femenina est¨¢n relacionados con una menor fertilidad. Y en nuestros intestinos, los conflictos de la microbiota entre diversas poblaciones est¨¢n asociados a patolog¨ªas como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, el colon irritable o el s¨ªndrome metab¨®lico, que le coloca a uno con m¨¢s posibilidad de padecer diabetes, hipertensi¨®n y problemas cardiacos. Algunos estudios sugieren que la obesidad podr¨ªa estar relacionada con estos desequilibrios.
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