Todo depende de Rajoy
El jefe del Gobierno debe alejar la tentaci¨®n de jugar con la estabilidad
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Desde el entorno de Mariano Rajoy, y a veces de su propia boca, se esparce la sombra de la duda sobre el futuro de esta legislatura. A prop¨®sito de los Presupuestos del Estado, el ¨²ltimo comentario del presidente del Gobierno ha sido que ¨¦l va a intentar que salgan adelante, ¡°pero no depende solo de m¨ª¡±. Sin ser falso, tampoco es cierto. La verdad es que pr¨¢cticamente todo depende de Rajoy, porque suya es la responsabilidad como cabeza del Ejecutivo que recientemente obtuvo la confianza del Congreso. ?l deber¨ªa ser el primer interesado en actuar con la suficiente cintura pol¨ªtica y dejar de jugar con la idea de la estabilidad, a pocos meses del fin del bloqueo pol¨ªtico sufrido por Espa?a durante la mayor parte de 2016.
Lo que parece molestar al Partido Popular es tener que ceder en sus prop¨®sitos para evitar derrotas parlamentarias. Sin embargo, la correlaci¨®n de fuerzas establecida por los votantes le ha situado en esa posici¨®n. Es in¨²til refugiarse en la nostalgia de los tiempos de mayor¨ªa absoluta vividos durante el primer mandato de Rajoy: el PP se ha convertido en una minor¨ªa y, aun siendo la principal, precisa de negociar con otras para sacar adelante las tareas legislativas.
El Ejecutivo no est¨¢ en condiciones de imponerse, ya sea en la defensa cerrada de la reforma laboral o en su modo de concebir los Presupuestos. Tiene que contar con los criterios de otros partidos, singularmente con los del PSOE en materia econ¨®mica y social. Tampoco deber¨ªa poner palos en las ruedas de los compromisos asumidos con Ciudadanos precisamente para facilitar la reelecci¨®n de Rajoy. Toca aplicar las nuevas reglas de juego con mayor pragmatismo, en vez de arrastrar los pies para ganar tiempo hasta hacer casi in¨²til la legislatura.
El eventual riesgo de ir pronto a otras elecciones ¡ªRajoy est¨¢ facultado para convocarlas a partir de mayo¡ª no ha desaparecido. En plena reorganizaci¨®n del PSOE, unas encuestas favorables al PP podr¨ªan hacer caer al presidente del Gobierno en la tentaci¨®n de jugar al ventajismo de convocar a las urnas para asestar un golpe a sus adversarios.
Pero lo que realmente no puede permitirse es que Espa?a vuelva a la inestabilidad. El ¨²ltimo estudio del CIS conten¨ªa dos datos significativos: una cierta reducci¨®n de la inquietud por la situaci¨®n pol¨ªtica, muy probablemente fruto del fin del bloqueo, y un repunte de la preocupaci¨®n por el paro, que va m¨¢s all¨¢ de la mera estad¨ªstica de puestos de trabajo y apunta claramente a la precariedad. Est¨¢ clara cu¨¢l es la prioridad para los espa?oles. Meter al pa¨ªs de nuevo en campa?as guiadas por intereses puramente partidistas es lo ¨²ltimo que deber¨ªa ocupar al presidente del Gobierno.
La v¨ªa es aceptar el Parlamento como marco de actuaci¨®n pol¨ªtica. De la C¨¢mara ya han salido algunos acuerdos para reformar la legislaci¨®n educativa o la llamada ley mordaza, aprobar el techo de gasto o implantar un aumento del salario m¨ªnimo. El sistema de pensiones y el desaf¨ªo secesionista de las autoridades catalanas aguardan con toda su complejidad. A esto hay que dedicarse al 100% y no a retozar con la duraci¨®n de la legislatura.
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