Compre comida ecol¨®gica si quiere salvar el planeta
Por Montse Escutia y Marta Moreno*
Respuesta al art¨ªculo Deje de comprar comida ecol¨®gica si quiere salvar el planeta publicado en elpais.com (16/12/2016)
Consumir 'bio' le hace amigo del medioambiente: supone ayudar a la preservaci¨®n del suelo y los ecosistemas as¨ª como paliar los efectos del cambio clim¨¢tico. Su salud tambi¨¦n se lo agradecer¨¢.
Los alimentos ecol¨®gicos son aquellos que han sido cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza, sin utilizar variedades modificadas gen¨¦ticamente (de forma inducida) ni tratamientos con pesticidas de s¨ªntesis qu¨ªmica, y por ello, consumirlos, contribuye al cuidado de nuestro medio ambiente. El 36% de los espa?oles que consumen productos ecol¨®gicos (sin¨®nimo de biol¨®gicos u org¨¢nicos) lo hacen movidos por motivos medioambientales, seg¨²n una encuesta de 2014 del Ministerio de Agricultura. En su publicaci¨®n ¡°?C¨®mo contribuye a la sostenibilidad la alimentaci¨®n ecol¨®gica?¡± los investigadores del FIBL (Instituto de Investigaci¨®n en Agricultura Ecol¨®gica) analizan diferentes estudios que demuestran que la agricultura ecol¨®gica tiene un menor impacto sobre el medio ambiente y concluyen que es un m¨¦todo v¨¢lido para luchar a escala global contra los retos ambientales que se nos presentan.
Nadie pone en duda que ¡°lo ecol¨®gico¡± est¨¢ de moda. La superficie en los pa¨ªses de nuestro entorno crece a?o tras a?o, acerc¨¢ndose ya, en nuestro pa¨ªs a los 2 millones de hect¨¢reas. Este tipo de producci¨®n est¨¢ favoreciendo la fijaci¨®n del tejido social en el medio rural, permitiendo que muchos agricultores puedan mantener su actividad de forma rentable. Incluso anima a un gran n¨²mero de j¨®venes agricultores a permanecer en sus zonas de origen. Aunque constantemente se pone de manifiesto la cuesti¨®n que hace referencia a si la agricultura ecol¨®gica puede alimentar a un planeta superpoblado no se trata s¨®lo de cambiar el sistema productivo. Est¨¢ claro que se necesita un cambio de modelo en el que se plantee una mayor concienciaci¨®n de la sociedad para evitar el despilfarro de los alimentos.
Tambi¨¦n se achaca a la producci¨®n ecol¨®gica una menor productividad, pero se ha demostrado que en determinadas condiciones como en las zonas de secano la agricultura ecol¨®gica puede ser tan productiva como la convencional.
Aunque uno de los argumentos que se arguyen contra la agricultura ecol¨®gica es la necesidad de m¨¢s tierras, y por tanto la posibilidad de fomentar la deforestaci¨®n, nada m¨¢s lejos de la realidad. Seg¨²n recoge Tara Garnett del Food Climate Research Network (Red para la Investigaci¨®n Alimentaci¨®n Clima), en el informe ¡°?En qu¨¦ consiste una dieta saludable sostenible?¡±, existe consenso en aceptar que para evitar los impactos sobre el cambio clim¨¢tico de la producci¨®n agraria y la deforestaci¨®n, es necesario reducir el consumo de productos c¨¢rnicos en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y que ¨¦stos fueran procedentes de animales que se hayan alimentado a base de pastos naturales y de aprovechar los residuos de la producci¨®n agraria. ?Y no es la carne ecol¨®gica la ¨²nica que actualmente garantiza que se cumpla este requisito?
Menor huella ecol¨®gica
La agricultura juega un importante papel en las emisiones da?inas para el planeta. Se calcula que la alimentaci¨®n es la responsable de la mitad de las emisiones de gases con efecto invernadero, si tenemos en cuenta todos los factores involucrados en los procesos productivos (producci¨®n agr¨ªcola y ganadera, deforestaci¨®n, transporte y conservaci¨®n de alimentos, procesado y embalaje de los mismos y todos los desperdicios que se generan). La agricultura ecol¨®gica es m¨¢s eficiente en la captura de carbono al aumentar los contenidos de materia org¨¢nica en el suelo, por lo que es un sistema de producci¨®n v¨¢lido en la lucha contra el cambio clim¨¢tico tal como apuntaba el dosier editado por la Sociedad Espa?ola de Agricultura Ecol¨®gica en 2007. Por el contrario, seg¨²n un estudio publicado en el African Journal of Biotechnology, el uso de herbicidas disminuye el contenido de materia org¨¢nica de los suelos y por tanto perjudica su papel como almac¨¦n de carbono. El efecto es mayor en el caso espec¨ªfico del glifosato, herbicida ampliamente utilizado en los cultivos transg¨¦nicos desarrollados para ser resistentes a su aplicaci¨®n, los cuales representaban en 2015 un 53% del total de cultivos transg¨¦nicos en el mundo seg¨²n un informe del Servicio Internacional de Adquisici¨®n de Aplicaciones de Biotecnolog¨ªa Agr¨ªcola (ISAAA).
La deforestaci¨®n para obtener suelo cultivable es otra de las causas que inciden en el cambio clim¨¢tico. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Wageningen y por investigadores de Canad¨¢ sobre las causas de la deforestaci¨®n en el mundo concluy¨® que la agricultura es una de las principales actividades y que los cultivos comerciales como la soja, utilizada b¨¢sicamente para alimentaci¨®n ganadera, son uno de los mayores responsables.
Otro factor importante es el coste energ¨¦tico de los productos fitosanitarios y los abonos qu¨ªmicos para cuya s¨ªntesis se necesitan grandes cantidades de energ¨ªa y comportan una importante emisi¨®n de CO2. Seg¨²n el IDAE (Instituto para la Diversificaci¨®n y Ahorro de la Energ¨ªa), dependiente del Ministerio de Energ¨ªa, la producci¨®n de fertilizantes qu¨ªmicos es el segundo responsable del consumo energ¨¦tico en la agricultura a nivel mundial. En determinados cultivos convencionales como el trigo, los fertilizantes qu¨ªmicos, especialmente los nitrogenados, pueden suponer un 60% del gasto energ¨¦tico, muy por encima de las labores agr¨ªcolas. Por ello el propio IDAE propone pr¨¢cticas habituales de la agricultura ecol¨®gica, como las rotaciones con leguminosas o el uso de abonos org¨¢nicos, como medidas de ahorro energ¨¦tico en la agricultura.
Con el objetivo de reducir las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero), la agricultura ecol¨®gica ofrece una alternativa viable. Un an¨¢lisis detallado fue llevado a cabo en el Berea College Farm, una de las fincas experimentales y educativas m¨¢s antiguas de Estados Unidos, durante el proceso de transici¨®n hacia la agricultura ecol¨®gica y la introducci¨®n de t¨¦cnicas de mayor eficiencia energ¨¦tica. Entre 2007 y 2013 pudieron constatar la disminuci¨®n en la emisi¨®n de GEIs sin que la productividad de la finca se viese afectada.
En nuestro pa¨ªs el equipo de la Universidad Pablo de Olavide formado por Eduardo Aguilera, Gloria Guzm¨¢n y Antonio Alonso estudiaron las diferencias en las emisiones de GEIs entre cultivos ecol¨®gicos y convencionales, encontrando una reducci¨®n media del 30% por kg producido en las producciones ecol¨®gicas en el caso de cultivos herb¨¢ceos. En el caso de cultivos le?osos como la fruta dulce, la vi?a o el olivo la reducci¨®n media ascend¨ªa hasta el 39% por Kg de producci¨®n explicada en su mayor parte por el secuestro de carbono en los suelos de los cultivos ecol¨®gicos.
Etiquetado y conciencia
La certificaci¨®n ecol¨®gica no se basa en un listado de productos permitidos o prohibidos. El sistema de certificaci¨®n ecol¨®gico, reglamentada por la UE desde 1991, implica la aplicaci¨®n de una serie de principios en los que se reconoce el papel que este m¨¦todo productivo ha de desempe?ar en la protecci¨®n del medio ambiente, el bienestar animal y el desarrollo rural. El cumplimiento de los principios se garantiza por un seguimiento anual de las fincas por parte de inspectores.
La producci¨®n agropecuaria ecol¨®gica promueve el uso de variedades y razas aut¨®ctonas, m¨¢s r¨²sticas y resistentes para un mercado globalizado, pero normalmente con mejores condiciones organol¨¦pticas.
Aunque la certificaci¨®n ecol¨®gica no especifica la huella de carbono de los alimentos, el sector de la alimentaci¨®n ecol¨®gica est¨¢ llevando a cabo una importante labor en la promoci¨®n del consumo de proximidad y en el establecimiento de nuevas formas de consumo basadas en canales cortos como las cooperativas de consumo o la compra en la propia finca.
Todo vale la pena tambi¨¦n por la salud
Otro motivo por el que el consumidor elige productos ecol¨®gicos es la preocupaci¨®n por la salud. Los trabajos de la Dra. Dolores Raig¨®n de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia llevan tiempo demostrando que los alimentos ecol¨®gicos tienen mayor calidad nutricional tal como se recoge en su publicaci¨®n ¡°Alimentos Ecol¨®gicos, Calidad y Salud¡±.
Tambi¨¦n hay que tener en cuenta la seguridad alimentaria. Una dieta ecol¨®gica implica una menor ingesti¨®n de residuos de pesticidas tal como demuestra un estudio publicado por el Environmental Health Perspectives, y la OMS ya est¨¢ alertando de los riesgos para la salud que implica el contacto con productos qu¨ªmicos que tengan acci¨®n como disruptores endocrinos, muchos de ellos pesticidas y coadyuvantes utilizados en la agricultura convencional.
*Montse Escutia. Secretaria de la Asociaci¨®n Vida Sana y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Espa?ola de Agricultura Ecol¨®gica
Marta Moreno. Profesora de la Escuela de Ingenieros Agr¨®nomos de Ciudad Real, Universidad de Castilla-La Mancha y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Espa?ola de Agricultura Ecol¨®gica
Foto: Carmelo Garc¨ªa Romero
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