?Qu¨¦ es m¨¢s macho, un volc¨¢n o un iceberg?
El futuro se presenta ¨²ltimamente tan apocal¨ªptico que hasta el desierto de arena y monstruos feminicidas de la ¨²ltima entrega de Mad Max resulta hoy m¨¢s el presagio de un visionario que el desvar¨ªo de un loco. Quiz¨¢ por eso llevo d¨ªas pensando en hielo, no s¨®lo por culpa de los inquietantes datos que en la Cumbre de Marrakech confirman el imparable curso del cambio clim¨¢tico sino tambi¨¦n por la primera novela de Alicia Kopf, una de las sorpresas literarias de la temporada. Titulada Hermano de hielo (Alpha Decay), en ella la autora vuelca su obsesi¨®n por el blanco, el fr¨ªo y, en general, todo lo congelado.
Kopf, seud¨®nimo de Imma ?valos, una licenciada en Bellas Artes y en Literatura Comparada nacida en Girona en 1982, hace un recorrido por la historia de los polos de la Tierra y, sacando poes¨ªa de la Wikipedia, nos recuerda la cronolog¨ªa de sus conquistas y expediciones. Escribe sobre exploradores (Frederick Cook, Roald Amundsen, Ernest Shackelton, Robert Falcon Scott¡) para llevarse la ¨¦pica polar a su propio terreno. Un viaje hacia los extremos que en realidad s¨®lo pretende cavar un t¨²nel hasta el ¨²nico misterio que le importa: el de su hermano autista. ¡°Mi hermano es un hombre atrapado en el hielo¡±, escribe Kopf. ¡°Nos ve a trav¨¦s de ¨¦l. O, m¨¢s exactamente, en su interior hay una fisura en la que a veces hay hielo. ?l est¨¢ y no est¨¢¡±.
?Se han enamorado alguna vez de un bloque de hielo? Atra¨ªdos por el fondo blanco de alg¨²n congelador, ?no han metido la cabeza en busca del fr¨ªo?
El tono del libro tiene algo de En busca de Bobby Fischer, la pel¨ªcula de Steven Zaillian de 1993 sobre un ni?o obsesionado con el m¨ªtico jugador de ajedrez. Como aquel chico superdotado, la autora tambi¨¦n se siente fuera de lugar. De su cuaderno de notas me quedo con una frase de Laurie Anderson: ¡°Buenas noches, se?oras y se?ores: la primera pregunta es¡ ?qu¨¦ es m¨¢s macho, un volc¨¢n o un iceberg?¡±. Por si alguien duda la respuesta, en un momento del relato, la autora lo aclara: ¡°El ?rtico es etimol¨®gicamente el territorio del oso, es ah¨ª donde surge la geograf¨ªa del iceberg, un hombre alto, solitario y flem¨¢tico¡±.
Muchos exploradores murieron congelados, nos recuerda Kopf, que con su obstinaci¨®n por el fr¨ªo despierta nuestros propios fantasmas g¨¦lidos. ?Se han enamorado alguna vez de un bloque de hielo? Atra¨ªdos por el fondo blanco de alg¨²n congelador, ?no han metido la cabeza en busca del fr¨ªo para chupar el hielo hasta quedar est¨²pidamente atrapados en ¨¦l? En la Expo de Sevilla 92 la principal atracci¨®n del pabell¨®n de Chile era un iceberg tra¨ªdo a Espa?a desde la Ant¨¢rtida. Aquel monumento helado parec¨ªa un King Kong tallado en cristal. Pesaba 60 toneladas y se manten¨ªa vivo pese a los 40 grados cent¨ªgrados del exterior gracias al aparatoso sistema de refrigeraci¨®n que lo enjaulaba. En Chile la idea recibi¨® por un lado las cr¨ªticas de los ecologistas y por otro las de quienes ve¨ªan en ¨¦l un reflejo poco amable de un pa¨ªs en pleno deshielo pol¨ªtico. A m¨ª, sinceramente, me encant¨® aquel bicho gigante. De hecho, el mejor recuerdo que guardo de aquellos fastos tiene que ver con el megalito chileno.
El destino final de aquella masa de hielo es confuso. Seg¨²n algunas fuentes volvi¨® a Chile como lleg¨®, en barco, mientras que otras sit¨²an su final en las aguas del Guadalquivir, diluido, como una inquietante met¨¢fora que sit¨²a entre Sevilla y Triana nuestro irremediable maltrato al hielo.
Desde entonces, y seg¨²n datos concluyentes de la NASA, el oc¨¦ano ?rtico se derrite, y mientras el negacionismo m¨¢s fan¨¢tico se instala en manos del volc¨¢n Trump en la Casa Blanca, aupado por los v¨ªtores racistas, machistas y nacionalistas de millones de personas, la otra mitad de la humanidad se consuela so?ando con criogenizarse a lo Walt Disney y despertar en 2020.
Este texto se public¨® en el n¨²mero de diciembre de 2016 de ICON.
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