El sexo no mata
Si todas las mujeres debi¨¦ramos morir a manos de nuestros amantes o ex amantes por haberlos elegido entre los chicos malos y poco caballerosos, quiz¨¢s estar¨ªamos todas muertas, pues la carne es d¨¦bil y la cabeza no siempre est¨¢ despierta all¨ª donde late el cuerpo. Pero no es el sexo el que mata, sino la violencia machista, que deja cad¨¢veres a su paso sin que la piel sea aqu¨ª m¨¢s que una circunstancia, aunque no siempre atenuante. El fil¨®sofo Louise Althusser, que estrangul¨® a su esposa una madrugada de domingo, no era precisamente un adonis musculado, y a Oscar Pistorius, al ex atleta paral¨ªmpico que asesin¨® a su novia el d¨ªa de San Valent¨ªn, le faltaban las piernas.
Y en cambio hay quien insiste en afirmar que a la mujer que elige mal que hay que atribuirle su parte de responsabilidad y que debe admitir que corre el riesgo de morir. ?Desde cu¨¢ndo un ligue es una bala y amar el juego de la ruleta rusa? A colaci¨®n del caso de la profesora universitaria con cuyo asesinato en Rivas Vaciamadrid nos desayunamos el 1 de enero ¡ªanuncio del a?o tr¨¢gico que queda por venir¡ª, muerta a manos de un vulgar chapero veintea?ero del que tuvo la mala suerte de prendarse, un tal Manuel Molares do Val acaba de publicar en su blog un texto titulado V¨ªctimas de su sexismo que bien se podr¨ªa haber ahorrado. Entre otras lindezas, en ¨¦l afirma con cinismo que ¡°la mujer que se expone por dependencia sexual es una yihadista suicida, un soldado voluntario en primera l¨ªnea de fuego¡±. Para a?adir que la mujer es culpable de elegir mal y que el feminismo se equivoca al no cargarla con esa culpa.
?Acab¨¢ramos! Te mata un descerebrado y encima la culpa es tuya¡ Est¨¢ visto que los aires peperos que vivimos ¡ªintolerantes, retr¨®grados y nada dialogantes¡ª invitan a los exabruptos m¨¢s surrealistas. Y est¨¢ visto que si alguien que se llama periodista va por ah¨ª lanzando bombas de relojer¨ªa como esta sin que nadie le corte las alas, es que no estamos haciendo suficiente pedagog¨ªa. Habr¨¢ que empezar a admitir que no est¨¢n los espa?olitos de a pie preparados para un mundo nuevo, igualitario y libre de machismo, y que reina el analfabetismo de g¨¦nero. Ver al ¨ªnclito Inda ¡ª?c¨®mo lo aguantan¡ª el otro d¨ªa en La Sexta no entender que o se es feminista o se es machista, que no hay t¨¦rmino medio, es un claro ejemplo.
Pens¨¢bamos que todos sab¨ªamos que la violencia machista o de g¨¦nero es una lacra social ¡ªll¨¢mesela como se quiera siempre que quede claro que no es fruto del azar, sino de una radical desigualdad¡ª. Y va y resulta que no, que hay quien piensa que las 44 mujeres asesinadas en 2016 a manos de sus parejas o ex parejas no son v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero sino de su propia estupidez, y que a esta debi¨¦ramos achacar su triste final y no al troglodita psic¨®pata que les seg¨® la vida. Es cierto que de esas 44 hasta 16 hab¨ªan presentado denuncia, pero no es menos cierto que es la sociedad entera la que las empuja a seguir con ellos, a pesar del peligro, y la que no les ofrece las garant¨ªas para seguir sin ellos ¡ªv¨¦anse los recortes en materia de protecci¨®n que la crisis ha acarreado¡ª.
Aunque el tal Molares do Val insista desde la irresponsabilidad en ver el mundo al rev¨¦s, las mujeres no ¡°se entregan voluntariamente a hombres violentos sabiendo que pueden matarlas¡±, se entregan a hombres que creen amar y por las que creen ser amadas. Que lo que venga despu¨¦s no sea un cuento de hadas sino una pesadilla, no es ni de lejos el peaje a pagar por ninguna fiebre uterina, sino la mala suerte de haber dado con el m¨¢s machista del reba?o, el que piensa que la mujer es suya y sigue la consigna de Nietzsche de que si vas con mujeres, no olvides el l¨¢tigo.
Entretenidos como est¨¢n los jueces de esta democracia nuestra tan deficitaria en juzgar a pol¨ªticos que desobedecen las reglas porque las creen mejorables o directamente periclitadas ¡ªah¨ª est¨¢ el caso catal¨¢n¡ª, o en detectar en las redes chistes contra franquistas ¡ªpor uno contra Carrero Blanco le piden a una ciudadana dos a?os de c¨¢rcel¡ª, har¨ªan bien en perseguir barbaridades como las que algunos lanzan, enturbiando las aguas del respeto y la convivencia, y atentando contra la memoria de quienes lamentablemente solo son la prueba m¨¢s may¨²scula de nuestra idiocia colectiva.
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