La moda inaugura la era del ¡®glunge¡¯
La segunda parte de los desfiles de hombre de Mil¨¢n dejan un rastro de moda con complejo de Peter Pan y un nuevo t¨¦rmino que funde el 'glamour' y el 'grunge'
Aunque es la industria m¨¢s impaciente de todas, la moda se basa en la permanencia. En crear algo s¨®lido que te diferencie de los dem¨¢s y a lo que puedas volver a lo largo de los a?os. Es lo que llaman estilo, y muchas de las grandes marcas se han refugiado en ¨¦l estos ¨²ltimos d¨ªas de desfiles de hombre en Mil¨¢n.
La noche del domingo, por ejemplo, Dsquared2 celebr¨® un glorioso espect¨¢culo mixto en el que hubo tops (Natasha Poly, Sasha Pivovarova) y una fiesta posterior con champ¨¢n como para ahogar a Jay Gatsby. Pero, sobre todo, brillaron los c¨®digos de la casa: esa inefable mezcla de camisas de franela, chubasqueros canadienses y noche de fiesta (las botas y los abrigos de esquiar ten¨ªan pedrer¨ªa, tiaras de strass decoraban gorros de monta?ero y hab¨ªa looks en negro estilo tecnocu¨¢quero). El resultado era tan eficaz como siempre ¨Cde hecho, m¨¢s que nunca¨C, pero las notas del desfile crear¨ªan un nuevo t¨¦rmino para describir este h¨ªbrido de glamour y grunge: glunge.
Los hermanos Dan y Dean Caten, fundadores de Dsquared, no est¨¢n solos en su loca revisi¨®n de las prendas de abrigo. Moncler Gamme Bleu se mueve en un punto entre la utilidad y la excentricidad similar y eso es lo que su dise?ador, Thom Browne, sirvi¨® en un hangar decorado como una cumbre nevada: una brillante, y aparentemente inagotable, sucesi¨®n de variaciones sobre el plum¨ªfero.
La especialidad de Prada es su particular revisi¨®n de los a?os setenta y su colecci¨®n del invierno que viene tiene tantas cazadoras, chaquetas y pantalones de pana como para surtir a una convenci¨®n de profesores de literatura. Por supuesto, su propuesta no es tan obvia. En el desfile, la m¨²sica era una colisi¨®n entre piezas de m¨²sica cl¨¢sica y techno y, con el mismo esp¨ªritu provocador, la ropa parec¨ªa encogida, como si fuera heredada; los jers¨¦is de lana ten¨ªan tejidos oscuros paisajes y los accesorios (pisamierdas peludos y porfolios sobredimensionados) eran todo menos convencionales.
Es precisamente a idea de lo adulto, de lo convencional, contra lo ¨²nico que arremete esta temporada la moda. Como Ferragamo, que propone una rebeld¨ªa lujosa (chaquetas de cuero y jers¨¦is cuello perkins de corte mod incluidos), o Missoni, que ofrece un estilo reci¨¦n levantado a la medida de su particular idea de la bohemia aristocr¨¢tica: pantal¨®n de pijama de cuadros, jersey de punto, rebeca de zigzag e incluso boina (esta, fruto una colaboraci¨®n con el sombrerero Larose). Dos ideas continuistas, dos modelos del eterno adolescente y dos armarios deseables por cualquiera con un m¨ªnimo de complejo de Peter Pan, o sea, casi todos.
?Y qu¨¦ hay de los adultos? A esos se dirige Lee Wood, el dise?ador brit¨¢nico que el domingo por la ma?ana present¨® su primera colecci¨®n para Bikkembergs. "Quiero hacer moda utilitaria. Pero utilitaria de verdad: los hombres de hoy tienen necesidades normales, van a trabajar, cogen el metro", dec¨ªa en el backstage, despu¨¦s de un inspirado desfile que, a pesar de todo, brillaba m¨¢s cuanto menos normal. La de Bikkembergs es una de las vueltas m¨¢s sonadas de esta semana de la moda y, de ahora en adelante, tiene la misi¨®n de recuperar su estilo, h¨ªper masculino pero sin caricaturas. De restaurar el rudo minimalismo que le dio el ¨¦xito. Pero no le pregunte a Wood si ser¨¢ m¨¢s continuista o m¨¢s revolucionario el d¨ªa de ma?ana. "No lo s¨¦. El futuro empieza ahora".
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