¡°En materia de refugiados Europa solo ve la punta del iceberg¡±
El experto en Derecho Internacional analiza la crisis migratoria actual desde un punto de vista legal y humanitario
Jean-Fran?ois Durieux (B¨¦lgica, 1951) huye del cinismo. Se niega a que le alcance. No est¨¢ desencantado con el ser humano, pero f¨¢cilmente podr¨ªa estarlo. Tendr¨ªa todo el derecho, despu¨¦s de 32 a?os destinado en nueve pa¨ªses con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) para gestionar el desplazamiento forzado tras algunas de las mayores crisis humanitarias de la historia. "Es dif¨ªcil evitar el cinismo, en ciertos escenarios se convierte en la ¨²nica defensa que tienes".
Quiz¨¢ lo fuera especialmente en los campos de refugiados de la selva en la regi¨®n congole?a de los Kivus, donde, tras el genocidio ruand¨¦s, se confund¨ªan v¨ªctimas y verdugos. "Aquello era horrible, los supervivientes de la masacre estaban muertos en vida, no ten¨ªan luz en los ojos" o en Myanmar, cuando a¨²n se llamaba Birmania, donde velaba por los derechos de la minor¨ªa musulmana rohingya, una de las comunidades ap¨¢tridas m¨¢s perseguidas del mundo.
"Ahora tengo un proyecto en Marruecos para capacitar a jueces, ense?o Derecho Internacional y lo discuto con gente que est¨¢ en la pr¨¢ctica; es mi forma de ver la realidad a trav¨¦s de sus ojos", confiesa en un perfecto espa?ol adquirido durante su estancia en Centroam¨¦rica. En las aulas, uno de los temas que m¨¢s trata es la normativa de protecci¨®n de los refugiados con relaci¨®n a la crisis europea.
"Desde el primer momento, Europa contaba con los instrumentos jur¨ªdicos necesarios para abordar la llegada de personas", sostiene. Aunque fueran cifras grandes, "estaba preparada". Tras la experiencia de los Balcanes en los a?os noventa, cuando llegaron un mill¨®n de personas, los Estados de la Uni¨®n Europea (UE) adoptaron una directiva para poner en marcha un sistema de distribuci¨®n de los refugiados. Los pa¨ªses miembros se compromet¨ªan as¨ª a "fomentar un esfuerzo equitativo y asumir las consecuencias de su acogida", lo que se conoce como el sistema de cuotas obligatorias, que despu¨¦s se ha ido ampliando.
Alemania dijo: ¡°bienvenidos¡± y el resto de pa¨ªses de la UE dijo: ¡°Bienvenidos a Alemania¡±
El problema, insiste el jurista, no son las leyes, sino la voluntad pol¨ªtica para cumplirlas. "Los pa¨ªses miembros no lograron ponerse de acuerdo y aplicar la normativa ya que, como siempre, en la UE hay alguien dispuesto a bloquear". Lo dem¨¢s se conoce. Dobles vallas. Devoluciones. Y en definitiva, elusi¨®n de responsabilidades. "Estamos en un c¨ªrculo vicioso, no sabemos c¨®mo manejar la migraci¨®n", sentencia. "No se aplican las leyes y no existen programas de migraci¨®n, y los que han existido no han sido muy positivos. No hay nada, solo un plan con Turqu¨ªa para externalizar el trabajo".
Durieux alberga ciertas dudas sobre la viabilidad de este acuerdo firmado el pasado mes de marzo conforme al cual la UE devolver¨¢ a Turqu¨ªa a todo inmigrante irregular sirio que llegue a las costas griegas y a cambio aceptar¨¢ un refugiado por cada persona devuelta. No le sorprende que el presidente turco, Tayyip Erdogan, tenga el poder de tensar la cuerda y amenazar con abrir las compuertas para causar un ¨¦xodo masivo de refugiados hacia territorio comunitario. En todo caso, lo que le sorprende es que no abrieran la puerta antes. "Turqu¨ªa tiene la llave y los refugiados sirios tardaron mucho en llegar a Europa. ?Por qu¨¦? Turqu¨ªa no lo permit¨ªa, no s¨¦ cu¨¢nto costaba esto, pero es la realidad".
En el ¨¢mbito econ¨®mico tambi¨¦n echa en falta un plan. "No hay nadie que diga de aqu¨ª a 2050 vamos a necesitar tantos millones de migrantes, esos c¨¢lculos existen, pero a los pol¨ªticos les dan miedo", lamenta. Para Durieux, lo que sucede en Europa es "un fen¨®meno muy extra?o, porque es una tierra de migraci¨®n, pero no quiere aceptarse como tal". Y enfatiza: "El principal problema es la falta de solidaridad entre los pa¨ªses miembros". En Espa?a, por ejemplo, en 2016 solo se han reasentado 687 personas refugiadas, un 4% del total al que se ha comprometido con Bruselas.
Para el jurista, el concepto est¨¢ equivocado. "Alemania dijo 'bienvenidos' y el resto de pa¨ªses de la Uni¨®n dijo 'Bienvenidos a Alemania". Esa falta de solidaridad es, en su opini¨®n, el caldo de cultivo de extremistas y nacionalistas. "Nuestros pol¨ªticos nos fuerzan a pensar en esos t¨¦rminos, con discursos que refuerzan esa vieja idea del yo primero. Ellos crean muros, pero no solo en contra de los refugiados, tambi¨¦n entre los propios pa¨ªses de la Uni¨®n. Tendr¨ªamos que acoger a los refugiados de forma solidaria y ser solidarios entre Estados, pero eso falla. Fallamos dos veces", apunta.
Los Estados gastan millones, incluso comprando a reg¨ªmenes totalitarios, para que guarden las fronteras a cualquier precio
A pesar de todo, est¨¢ convencido de que el primer instinto humano es ayudar. "La primera reacci¨®n de Europa a los refugiados fue la buena. Por ejemplo en Hungr¨ªa, con un Gobierno de extrema derecha, la gente de Budapest llegaba a la estaci¨®n de tren para ayudar, con juguetes, mantas, de todo". Y a?ade: "Por un par de semanas, me sent¨ª bien como europeo". Ahora, precisamente Hungr¨ªa criminaliza a los refugiados y est¨¢ liderado una estrategia de blindaje que cada vez gana m¨¢s adeptos.
Esta estrategia, asegura, es in¨²til. "La idea de la pared es una concepci¨®n te¨®rica absurda que no funciona". Ha presenciado una y otra vez c¨®mo cerrar fronteras es la ¨²nica alternativa de los gobiernos para frenar la migraci¨®n. "Los Estados gastan millones, incluso comprando a reg¨ªmenes totalitarios, como hac¨ªan con Muamar el Gadafi, para que guarden las fronteras a cualquier precio". Durieux recuerda como en Libia incluso los funcionarios vend¨ªan a los inmigrantes eritreos a los traficantes. Aun as¨ª, "hace diez a?os Oriente Medio solo supon¨ªa un 5% de nuestro presupuesto, no se hablaba de refugiados que no fueran palestinos", una poblaci¨®n que ha quedado en un segundo plano. Ahora, "son todo puras emergencias". Esta realidad tambi¨¦n ha obligado a Acnur a cambiar su modus operandi, que ahora se dedica sobre todo a apagar fuegos.
Su mente salta de una zona geogr¨¢fica a otra con facilidad. Las an¨¦cdotas se entrelazan. Recuerda grandes satisfacciones, como por ejemplo la r¨¢pida integraci¨®n de los 60.000 refugiados del sudeste asi¨¢tico que acogi¨® Canad¨¢ tras la guerra de Vietnam. Y otros asuntos que le quedan pendientes, como dar mayor protecci¨®n a aquellos desplazados que escapan del narcotr¨¢fico en Am¨¦rica Latina. "Los refugiados por drogas y por crimen organizado tambi¨¦n son importantes, he trabajado en M¨¦xico y he visto c¨®mo los devuelven a los brazos de los c¨¢rteles". Habla con conocimiento de causa cuando dice que ¡°en materia de refugiados, Europa solo ve la punta del iceberg". De los 65 millones de desplazados forzados del mundo, el 86% recala en pa¨ªses empobrecidos o en desarrollo, seg¨²n datos de Amnist¨ªa Internacional. "?frica vive sus propias crisis de los refugiados", enfatiza. "Por poner un ejemplo, trabaj¨¦ en Tanzania que es un pa¨ªs en paz, pero que recibe desplazados de todas partes", no solo por los conflictos armados, tambi¨¦n por la pobreza o el desempleo.
Y aqu¨ª viene una de los dilemas morales que le han acompa?ado en su carrera: diferenciar la figura del migrante econ¨®mico y la del refugiado. Si todos huyen, ?por qu¨¦ unos s¨ª y otros no? "?ticamente es una distinci¨®n muy dif¨ªcil de hacer". Para Durieux "la definici¨®n de refugiado ayuda a la empat¨ªa, pero da a suponer que a los dem¨¢s migrantes s¨ª se les puede devolver. Hay personas que tambi¨¦n huyen del hambre y de la pobreza extrema y no tienen un lugar al que regresar, pero no son refugiados seg¨²n la ley, porque si vuelven a casa, no van a ser perseguidos". Hace una larga pausa. "Esas personas huyen de la violencia estructural, es un debate, pero desafortunadamente por lo menos en el ¨¢mbito de los Estados, nadie quiere ampliar la definici¨®n". El jurista y el ser humano entran en contradicci¨®n. "Como persona me gustar¨ªa que el senegal¨¦s se pudiera quedar en Francia, pero dentro de la legislaci¨®n hay que hacer esta diferencia, la gente tiene que entender esta diferencia, que puede ser injusta, pero es un paso importante para gestionar ordenadamente este flujo y controlar la migraci¨®n irregular".
La definici¨®n de refugiado ayuda a la empat¨ªa, pero da a suponer que a los dem¨¢s migrantes s¨ª se les puede devolver
Durieux reconoce que en su campo no todo funciona tan bien como deber¨ªa, sobre todo por la burocracia, que genera "mucho desgaste de tiempo y de energ¨ªa". La mejor parte, para ¨¦l, es "ser capaz de negociar con los Estados". Agradece que cada cuatro o cinco a?os los profesionales de Acnur cambien de destino, para que empiecen de nuevo, con entereza, con integridad y para que no caigan en ese tan temido cinismo que, por cierto, se confirma que no le ha alcanzado. "Creo firmemente en la causa humanitaria. Hay algo muy motivador en trabajar con refugiados, por las personas en s¨ª mismas, he aprendido mucho de ellas, viven experiencias muy duras. Ver c¨®mo transforman esto en esperanza, ver c¨®mo son capaces de reconstruir su vida... es admirable".
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