El amanecer es mentira
POCAS COSAS han inspirado tanto a los poetas y a los artistas como el amanecer. Todos recordamos hermosos poemas o canciones relacionados con este momento del d¨ªa, como La aurora de Nueva York, con sus cuatro columnas de cieno que de forma tan gr¨¢fica describi¨® Garc¨ªa Lorca en el poemario que dedic¨® a la ciudad de los rascacielos. El cine cl¨¢sico tambi¨¦n ha homenajeado al alba con pel¨ªculas como El amanecer, del director alem¨¢n F. W. Murnau, o Amanece que no es poco, de Jos¨¦ Luis Cuerda. Incluso tenemos un c¨®ctel llamado Tequila Sunrise, con pel¨ªcula hom¨®nima.
La realidad es que el amanecer no es m¨¢s que una gran mentira. Para empezar, la denominaci¨®n de este momento del d¨ªa en muchos idiomas hace referencia a la salida del sol, o a su elevaci¨®n en el cielo. Esto tendr¨ªa l¨®gica en el modelo del universo de Ptolomeo, en el cual la Tierra es el centro y el Sol y los planetas giran a su alrededor. Pero gracias a Cop¨¦rnico sabemos que es la Tierra la que gira alrededor de esta estrella, centro de nuestro sistema planetario. Lo correcto no ser¨ªa decir la salida del sol, o sol naciente, sino avistamiento del Sol o giro de la Tierra. Admito que esta observaci¨®n es ser muy quisquilloso, incluso que se podr¨ªa argumentar que si el punto de referencia es la Tierra, para un observador ser¨ªa el Sol el que se moviera, como de hecho parece que pasa. Pero hay algo m¨¢s. El amanecer tiene una parte de espejismo.
Lo correcto no ser¨ªa decir la salida del sol, o sol naciente, sino avistamiento del Sol o giro de la Tierra.
Cuando metemos una ca?a en el agua, nos da la sensaci¨®n de que est¨¢ quebrada. Esto se debe a la refracci¨®n de la luz. La parte sumergida la vemos a trav¨¦s de la superficie acuosa. Al pasar del agua al aire, cambia de direcci¨®n debido a la diferencia de la velocidad de la luz en los dos medios, por eso parece que est¨¦ rota, ya que recibimos la luz en diferentes ¨¢ngulos. Algo parecido ocurre con el amanecer y el ocaso, ya que, al pasar del vac¨ªo del espacio a la atm¨®sfera, la luz tambi¨¦n sufre un proceso de refracci¨®n y su direcci¨®n se curva, por lo que la posici¨®n que vemos del Sol en el cielo en esos momentos es aparente y no real. De la misma manera que cuando hace calor parece que haya charcos en la carretera. En este caso, el espejismo se debe a la diferencia de temperatura entre el aire que est¨¢ en contacto con el asfalto y el que se encuentra en capas superiores.
Y luego est¨¢ el tema de los colores tan caracter¨ªsticos y hermosos. La luz visible no es m¨¢s que radiaci¨®n electromagn¨¦tica, igual que los rayos X o las ondas de radio. La diferencia es que nuestros ojos son capaces de detectar solo una parte de esas ondas. De hecho, cada longitud de onda de la luz visible corresponde a un color determinado, y la luz blanca es la mezcla de todos los colores. En condiciones normales, el cielo es azul debido a que la atm¨®sfera act¨²a como un prisma y es capaz de descomponer la luz blanca que viene del Sol. Los gases de la atm¨®sfera absorben y emiten preferentemente las ondas m¨¢s cortas, que corresponden al color azul y violeta. En el amanecer y en el ocaso el cielo se presenta de color rojo debido a que, por la posici¨®n relativa entre la Tierra y el Sol, la luz recorre m¨¢s espacio de atm¨®sfera. Por ese motivo, la absorci¨®n es mayor y abarca a otras longitudes de onda, quedando solo la luz residual, de color rojo o anaranjado. Si no hubiera atm¨®sfera, al mirar al cielo solo ver¨ªamos el vac¨ªo estelar salpicado de estrellas. Siento restar romanticismo, pero la belleza del amanecer no es m¨¢s que un conjunto de ilusiones ¨®pticas, quiz¨¢ por eso algunos le quitamos solemnidad y lo solemos recibir dormidos.
?El cielo puede ser verde?
Este fen¨®meno lo populariz¨® Julio Verne en su novela de 1882 El rayo verde, en la que dice que el ¨²ltimo destello del d¨ªa siempre es de color verde. El fen¨®meno es real, pero se limita a un m¨ªnimo destello que se debe a la misma refracci¨®n de la luz y al ¨¢ngulo que adopta durante unos segundos. En el amanecer y en el ocaso, en la zona intermedia entre el cielo azul y el cielo rojo, tambi¨¦n puede aparecer una m¨ªnima capa de color verde, intermedia entre los dos, pero hay que tener buena vista para distinguirla.
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