Carta abierta a Javier Mar¨ªas

Querido Javier:

Como es prescriptivo, este domingo ¡ªdespu¨¦s del aperitivo¡ª le¨ª tu articulo semanal ¡ªentre prohombres nos podemos tutear, ?no?¡ª. Como siempre me atrapaste desde el t¨ªtulo ¡ªEse idiota de Shakespeare¡ª. ?Eres de traca! Y ya me lanc¨¦ a ¨¦l, como el que se tira a una piscina en bomba. No puedo estar m¨¢s de acuerdo contigo, porque a los del teatro ya les vale; se pasan mogoll¨®n. Te cuento mi experiencia. Asist¨ª a la representaci¨®n de El Rey Lear en la Abad¨ªa y bueno, el vestuario era el acorde con la Inglaterra del siglo XVII, pero ?te puedes creer que no montaban caballos de verdad? HAC?AN COMO. Y claro, ya todo el drama se me vino abajo como un castillo de naipes, cuando vi a ese pu?ado de adultos trotando por el escenario ¡ªalgunos se permit¨ªan hasta cabriolas¡ª y diciendo ¡°Tocot¨® tocot¨®".

Te cuento m¨¢s, tambi¨¦n fui a The Hole ¡ªque es un aut¨¦ntico disparate de los melones¡ª. Dos ejemplos: un trapecista sobrevol¨® la platea SIN taparrabos ¡ª?Eso es de verdad o es una pr¨®tesis? Me preguntaba mi mujer sin poder ocultar su rubor¡ª; y un tragasables baj¨® del escenario, se pase¨® entre el p¨²blico, localiz¨® a mi cu?ado y lo vej¨® ¡ª¨¦l dijo que fue uno de los mejores momentos de su aburrida vida, pero yo, que lo conozco, s¨¦ que ment¨ªa¡ª.

Pero yo mismo tambi¨¦n contribuyo a este desbarajuste teatral, porque interpreto junto con mi amigo Ernesto Sevilla la funci¨®n Viejovenes tres d¨ªas al mes en La Latina. Dicen que hacemos humor inteligente, pero ya te informo de que es principalmente escatolog¨ªa y sal gorda lo que ah¨ª se ofrece. No se te ocurra aparecer.

Un abrazo de pr¨®cer a pr¨®cer.