Givenchy emociona con su vuelta a la alta costura de Par¨ªs
Ricardo Tisci anima una Semana de la Moda con falta de espectacularidad. Demna Gvasalia, l¨ªder de la firma Vetements, hace lo que quiere
Los 13 vestidos que Riccardo Tisci ha dise?ado para Givenchy resultan casi m¨¢s emocionantes que el resto de los desfiles de alta costura juntos. Preocupadas por no defraudar a sus clientas, gran parte de las marcas apuestan por aquello que mejor saben hacer sin salirse del guion. Especialmente aquellas dirigidas por grandes maestros que ya no tienen nada que demostrar: de Armani a Jean Paul Gaultier. C¨®modos y seguros, para la pr¨®xima temporada primavera-verano han perdido la capacidad de sorprender, una de las cualidades imprescindibles para la supervivencia del sector.
Tisci, que llevaba cinco temporadas sin presentar alta costura, decidi¨® mostrar sus nuevas creaciones durante el desfile de moda masculina que Givenchy celebr¨® en Par¨ªs hace unos d¨ªas. Este mi¨¦rcoles, sus 13 piezas preciosas se expon¨ªan en las oficinas parisienses de la maison francesa como obras de arte.
El italiano cuenta que se inspir¨® en la imagen que ten¨ªa del lejano oeste cuando era ni?o. De cerca, resulta impresionante un vestido compuesto por decenas de atrapa-sue?os; cada uno distinto y todos ensamblados como en un puzle para crear vol¨²menes y capas. Las chicas del saloon tambi¨¦n estaban representadas en una pieza con tres tipos de plumas trabajadas sobre tul. Los flecos, imprescindibles en cualquier historia de indios y vaqueros, compon¨ªan un conjunto de chaqueta y pantalones en piel y ante. Especial menci¨®n merece tambi¨¦n dos vestidos a medio camino entre la era victoriana y el western: uno blanco realizado en organza y macram¨¦; y otro, de cuadros, con peque?os espejos cosidos y la espalda abierta y ribeteada en volantes de organza plisada.
Viktor & Rolf cuestionaron el concepto tradicional de lujo y utilizaron tejidos reciclados para construir sus piezas de alta costura. Telas extra¨ªdas de antiguos vestidos de c¨®ctel en las que, como explican en su nota de prensa, pueden apreciarse las imperfecciones y el paso del tiempo. Con ellas elaboran una suerte de vestidos collage que se ensamblan siguiendo los principios del Kintsugi, un tipo de cer¨¢mica japonesa que reivindica que ¡°la belleza surge de la imperfecci¨®n¡±. Remiendos en la alta costura.
Mucho m¨¢s conservador, el liban¨¦s Elie Saab se inspir¨® en la ¨¦poca dorada del cine egipcio, en concreto en la actriz Faten Hamama. Este referente est¨¦tico, que podr¨ªa parecer incluso manido, tiene m¨¢s carga pol¨ªtica de lo que las lentejuelas y los rasos podr¨ªan hacer pensar. ¡°Disfrutando la atm¨®sfera de estabilidad y libertad que se cre¨® alrededor del final del siglo XIX y principios del XX, Egipto dio la bienvenida a viajeros e inmigrantes de todo el mundo. All¨ª pod¨ªan expresarse libremente y dar rienda suelta a su talento convirtiendo a este pa¨ªs en un centro neur¨¢lgico del progreso y permitiendo que la cultura ¨¢rabe floreciese¡±, explica el dise?ador sobre el origen de este trabajo. El resultado de esta nost¨¢lgica mirada ha sido una revisi¨®n ligeramente retro de sus cl¨¢sicos vestidos bordados en pedrer¨ªa.
Jean Paul Gaultier ofreci¨® una colecci¨®n m¨¢s diurna que nocturna, algo poco com¨²n en la costura a medida. Trajes de chaqueta con raya diplom¨¢tica, toreras en seda que jugaban a imitar el tejido vaquero, pantalones anchos con abotonaduras en las perneras, cors¨¦s, y bralletes (sujetadores), faldas de volantes, estampados florales, t¨²nicas hawaianas. Y, como siempre, en sus desfiles una m¨²sica que invita a bailar en el asiento: de los Beatles a Annie Lenox.
Sobre la pasarela de Armani Priv¨¦ tampoco faltaron sus cl¨¢sicos incombustibles: americanas en distintos largos, faldas acorde¨®n y vestidos de cortes limpios y enriquecidos con cristales bordados. El naranja fue el color en torno al que articul¨® toda la colecci¨®n. El italiano, como tambi¨¦n hicieron Dior y Chanel, ha presentado un tipo de escote palabra de honor tan r¨ªgido que queda separado del cuerpo. Una pieza no apta para pasar una velada entre jugadores de baloncesto (o con cualquiera que pueda mirarnos por encima del hombro), pero que, dada la insistencia de estas tres grandes marcas, tiene posibilidades de convertirse en tendencia. En primera fila, la actriz Nicole Kidman contemplaba la propuesta. Imposible descifrar si su expresi¨®n era de aprobaci¨®n o rechazo.
Vetements dicta sus normas
Como el ni?o mimado de la moda que es, Demna Gvasalia, l¨ªder de la firma Vetements, hace lo que quiere. O, al menos, pretende dar esa impresi¨®n. En vez de mostrar su colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter ¡ªcomo el resto de marcas¡ª en la Semana de la Moda que se celebra a principios de marzo en Par¨ªs, ha decidido ¡ªy le han permitido¡ª hacerlo durante las jornadas de la alta costura. As¨ª su provocador trabajo resulta a¨²n m¨¢s impactante en comparaci¨®n con los primorosos vestidos pensados para princesas ¨¢rabes y alfombras rojas que presentan sus compa?eros de calendario.
Los protagonistas del desfile que Gvasalia celebr¨® el martes en el museo Pompidou fueron chonis, g¨®ticos, hooligans, se?ores normcore (normales), heavies, vagabundos. El dise?ador alem¨¢n reivindic¨® todas estas tribus urbanas en una colecci¨®n aparentemente literal, pero que escond¨ªa un estudio sobre los estereotipos, la diversidad y los c¨®digos sociales de vestimenta. Entre los detalles inesperados: cinturones que llegan al suelo, pantalones que se convierten en botas de tac¨®n (o botas de tac¨®n que se convierten en cinturones) y sudaderas de Ikea, que buscan suceder como best seller a las camisetas con el logo de DHL (s¨ª, la empresa de transportes) que hace un a?o Gvasalia convirti¨® en objeto de deseo al precio de 235 euros.
Este estilo feista, costumbrista e ir¨®nico que ha hecho famosa a Vetements no es nada nuevo. El espa?ol Miguel Adrover ya lo explot¨® con ¨¦xito hace una d¨¦cada. Pero, adem¨¢s de fascinar a una parte de la cr¨ªtica y agitar unas pasarelas demasiado conformistas, Gvasalia ¡ªque tambi¨¦n es director creativo de Balenciaga¡ª ha conseguido influir en el gran p¨²blico: ?Ha visto usted esos desproporcionados plum¨ªferos (mayoritariamente rojos) que comienzan a invadir las grandes cadenas de distribuci¨®n y alguna marca de lujo? Pues el hombre que primero los subi¨® a una pasarela fue ¨¦l. No estar¨ªa mal que tambi¨¦n pusiese de moda los modelos de distintas edades y tallas como los que ¨¦l escogi¨® el martes para su desfile.
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