¡°No eres menos feminista por llevar un delantal¡±
La pobreza y las tradiciones lastran el empoderamiento de las mujeres en Mozambique, seg¨²n Julia Mpfumo, de la red F¨®rum Mulher
"Nuestras constituciones dicen que un hombre y una mujer tienen los mismos derechos, pero eso, en ninguna parte del mundo es cierto. Para que seamos sujetos pol¨ªticos en todos los sentidos y luchemos de forma efectiva para alcanzar y defender la equidad de g¨¦nero, es necesario ser feministas", reivindica Julia Mpfumo, coordinadora del programa de fortalecimiento institucional de la red mozambique?a F¨®rum Mulher. Esta agrupaci¨®n, que congrega m¨¢s de 80 oeneg¨¦s, instituciones estatales y organizaciones internacionales, lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas comprometida con la defensa de los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de g¨¦nero.
En Mozambique, la mujer ha sido protagonista de la pol¨ªtica moderna. Sin embargo, a pesar de que las sean m¨¢s visibles en la vida p¨²blica, seis de cada 10 son v¨ªctimas de la violencia machista, seg¨²n F¨®rum Mulher. Incluso la hija del mismo l¨ªder de la independencia, Josina Machel, ha declarado recientemente haber sido v¨ªctima de agresiones machistas, evidenciando que este tipo de violencia no hace distinciones de capas sociales.
Convencido de que el principal culpable de esta situaci¨®n de vulnerabilidad es la falta de educaci¨®n, desde 1994 F¨®rum Mulher ha trabajado en todo el pa¨ªs para educar y formar a mujeres, pero tambi¨¦n para ejercer presi¨®n al Estado para la adopci¨®n de pol¨ªticas de g¨¦nero. "Se han aprobado normas, planes y programas que promueven la igualdad y el empoderamiento de la mujer, as¨ª como la creaci¨®n de mecanismos para prevenir y combatir la violencia. Pero cuando observamos lo que sucede en la pr¨¢ctica, no parece que la ley tenga una repercusi¨®n real entre la poblaci¨®n", lamenta la activista.
"La mujer mozambique?a siempre ha sido luchadora. Se han hecho muchos avances en materia legal, pero seguimos siendo el g¨¦nero m¨¢s castigado en el pa¨ªs, en ?frica y seguramente en todo el mundo", dice Mpfumo, quien sit¨²a los or¨ªgenes del esp¨ªritu combativo de la mujer en la guerra civil (1976-1992), cuando muchas j¨®venes se convirtieron en guerrilleras socialistas junto a la Frelimo ¡ªpartido que ha gobernado el pa¨ªs desde su independencia en 1975¡ª tanto como del lado de la Renamo, en la oposici¨®n.
A pesar de que las mujeres sean visibles en la vida pol¨ªtica, seis de cada 10 son v¨ªctimas de la violencia machista, seg¨²n F¨®rum Mulher
Las mujeres representan un 60% de la fuerza productiva total de Mozambique. La inmensa mayor¨ªa de ellas (el 90%) se dedica a la agricultura, la principal actividad econ¨®mica del pa¨ªs. Mientras las tasas de pobreza han ca¨ªdo del 80% al 46% en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, las mozambique?as siguen ocupando la cola de cualquier crecimiento. El ¨²ltimo informe de Perspectivas Econ¨®micas de ?frica pone en evidencia que son un 4% m¨¢s pobres que los hombres. Si bien el 50,6% de la poblaci¨®n ha sido alfabetizada, el 60% de las mujeres sigue siendo analfabeta y raramente se incorporan en el mercado del trabajo formal. Las infecciones por VIH tambi¨¦n afectan m¨¢s a mujeres (13,1%) que a hombres (9,2%). Los datos registrados en hospitales y comisar¨ªas de polic¨ªa demuestran que, como m¨ªnimo, un tercio de las j¨®venes sufre violencia machista.
"A pesar de ser las que m¨¢s trabajan y contribuyen a la econom¨ªa familiar, las mujeres de las zonas rurales son m¨¢s vulnerables a la pobreza y el machismo porque no pueden acceder a la propiedad de la tierra, no tienen acceso a educaci¨®n secundaria y son v¨ªctimas de las formas m¨¢s crueles de opresi¨®n. Adem¨¢s, en las zonas periurbanas encontramos muchos m¨¢s casos de matrimonios infantiles y uniones forzosas que en las ciudades, donde hay m¨¢s acceso a la informaci¨®n", explica?Mpfumo desde la sede central de F¨®rum Mulher, en el barrio maputense de Malhangalene.
Mozambique tiene la d¨¦cima tasa m¨¢s alta de matrimonios infantiles en el mundo. Seg¨²n Unicef, casi la mitad de las chicas de este pa¨ªs se casa antes de los 18 a?os a cambio de una dote que la familia del marido paga a los padres de la novia. El pasado abril, el Gobierno inici¨® una estrategia nacional para terminar con este tipo de uniones forzosas en vistas al 2019, y a mediados de 2016 aprob¨® una ley del Foro Parlamentario de la Comunidad para el Desarrollo del ?frica Austral (SADC) para erradicar el matrimonio infantil y disolver los existentes hasta la fecha. Sin embargo, este tipo de pr¨¢ctica se sigue dando en regiones como la central o la septentrional, entre otras causas, debido a que representa una fuente de ingresos necesaria para los padres de las ni?as. Seg¨²n el Fondo de Poblaci¨®n de las Naciones Unidas, en regiones como Nampula, la tasa de embarazos precoces entre las adolescentes es del 46%. "Avanzamos en leyes, pero seguimos anclados en pr¨¢cticas culturales que nos impiden la emancipaci¨®n real de la mujer. Y si miramos el problema de forma integral, nos damos cuenta de que no se puede luchar contra el matrimonio infantil sin erradicar la feminizaci¨®n de la pobreza", explica Mpfumo.
No se puede luchar contra el matrimonio infantil sin erradicar la feminizaci¨®n de la pobreza Julia Mpfumo (F¨®rum Mulher)
En las regiones m¨¢s tradicionales del pa¨ªs, las chicas son introducidas a la edad adulta a trav¨¦s de ritos tradicionales cuando siquiera su cuerpo est¨¢ sufriendo las primeras transformaciones hacia la pubertad. "Alrededor de los 10 a?os, se les ense?a c¨®mo contentar sexualmente a sus futuros maridos y c¨®mo cuidar del hogar", relata la activista. "M¨¢s tarde, cuando se apa?a el matrimonio de una ni?a o adolescente, lo m¨¢s probable es que se quede embarazada precozmente, cuando su cuerpo a¨²n no est¨¢ completamente formado y desencadene problemas de salud relacionados con el embarazo o el parto. Esto, si no se infecta de enfermedades de transmisi¨®n sexual como el sida. Adem¨¢s, lo m¨¢s probable en los casos de matrimonio infantil es que las chicas dejen de estudiar y acaben ejerciendo de sirvientas en casa del marido, cuyos bienes no podr¨¢ poseer en el caso de que ¨¦l muera", cuenta.
A pesar de que tanto la Ley de Tierras de 1997 como la de Familia de 2004 protegen el derecho de tierras de las mujeres, la cultura feudal m¨¢s arraigada en las zonas rurales y las decisiones arbitrarias de los l¨ªderes tradicionales hacen que muchas viudas, aun teniendo hijos, tengan que acabar viviendo en la mendicidad o incluso recurrir a la prostituci¨®n para poder hacer frente a las necesidades b¨¢sicas diarias. "La mayor¨ªa de mujeres tiene muy baja autoestima y much¨ªsimos problemas psicol¨®gicos a causa de la situaci¨®n de precariedad y miseria que les persigue durante casi toda su vida¡±, agrega Mpfumo, quien asegura que los distintos programas que lleva F¨®rum Mulher en las zonas rurales tienen una incidencia real en su empoderamiento. "A lo largo de los a?os, hemos podido comprobar que cuando una mujer tiene las herramientas necesarias y se siente acompa?ada, r¨¢pidamente asume roles de poder de forma eficaz y prospera¡±, asegura.
El pasado mes de octubre, Maputo acogi¨® el 10? Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, con el objetivo de resistir "el hetero-patriarcado, el capitalismo y el colonialismo y todas las formas de desigualdades y de discriminaciones". Esto suced¨ªa meses despu¨¦s de que Mozambique se comprometiera a alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, y en particular, el 5 (lograr la igualdad entre los g¨¦neros y empoderar a todas las mujeres y ni?as).
"El 40% de Mozambique sigue la matrilinealidad y, aunque esa palabra puede causar cierta euforia, no encierra ning¨²n motivo para ser optimistas. El sistema matrilineal, sobre todo localizado en el norte del pa¨ªs, no da un poder expreso a la mujer. Simplemente, da el derecho a los varones a tomar decisiones acerca de la vida de sus hijos o permite al marido a trasladarse a la casa de la familia de la novia. En este sentido, perpet¨²a la sumisi¨®n al patriarcado y la supremac¨ªa del hombre", explica. "A parte de la matrilinealidad del norte o la patrilinealidad ejercida en el sur, entre los Macuas, los Maconde, los Chereuas de Nampula, Nyassa y Cabo Delgado, predomina tambi¨¦n el islam, que est¨¢ tan alejado como el cristianismo del sistema matriarcal. Queda mucho camino a¨²n por andar para que la mujer ocupe el lugar debido legal y culturalmente", asegura Mpfumo.
Muchas viudas acaban viviendo en la mendicidad o incluso se ven obligadas a recurrir a la prostituci¨®n
Hoy, la mujer mozambique?a tiene un papel preponderante en el Gobierno, ocupando 100 posiciones de 250 en el Parlamento. El a?o pasado fue crucial para sus derechos, despu¨¦s de que la Comisi¨®n de Asuntos Jur¨ªdicos, Derechos Humanos y Constituci¨®n del Parlamento anunciara que el art¨ªculo que permit¨ªa a los violadores escapar a la acusaci¨®n al casarse con sus v¨ªctimas ser¨ªa eliminado del C¨®digo Penal. "El F¨®rum Mulher impulsa un programa para que muchas mujeres sean candidatas en asambleas municipales. Otra iniciativa trabaja en las zonas rurales para poder mostrar el papel de la mujer como l¨ªder de la ciudadan¨ªa. Nuestro Programa de Participaci¨®n Pol¨ªtica facilita la presidencia de mujeres en sus municipios y asambleas en provincias como Zambezia, Cabo Delgado o Nyassa. Aun ocupando espacios de poder, las mujeres no tenemos aut¨¦ntico liderazgo, un verdadero poder a la hora de tomar decisiones. En el Gobierno, las ministras o viceministras no son totalmente aut¨®nomas, sino que dependen de voces de hombres".
Mpfumo exige ir m¨¢s all¨¢. "No se trata solamente de ocupar cargos pol¨ªticos. Hay much¨ªsimas feministas ejerciendo tareas dom¨¦sticas desde detr¨¢s de los fogones. No eres m¨¢s feminista por trabajar fuera de casa. Tampoco eres menos feminista por llevar un delantal. Pero hay una diferencia b¨¢sica entre aquellas mujeres que deciden ejercer las tareas dom¨¦sticas y las que no lo escogen sino que se ven obligadas a ello. El objetivo es que todas lleguemos a ser libres de ejercer aquello que queramos porque tenemos un instrumento legal que nos protege y nos defiende". Y expresando un sue?o tan v¨¢lido para sus dos hijas como para todas las dem¨¢s ni?as del mundo, dice: "Que las ni?as y chicas estudien solo si quieren estudiar. Que se casen solo si se quieren casar. Que hagan solo lo que les haga felices. A mis hijas les voy a dar la educaci¨®n necesaria y a ense?ar distintos caminos y soluciones posibles en la vida. Pero cualquier elecci¨®n que deban tomar, deber¨¢n escogerla ellas. Porque esa es la verdadera libertad del ser humano".
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