Dos cazadores de una tribu de India combaten la plaga de pitones birmanas en Florida
Las autoridades contratan a dos maestros cazaserpientes para luchar contra esta especie invasiva
La historia de Vladivel Gopal y Masi Sadaiyan se remonta a 1975, cuando el Acta de Protecci¨®n de la Vida Salvaje prohibi¨® en su pa¨ªs, India, la exportaci¨®n de piel de serpiente. La tribu de Gopal y Sadaiyan ¨Clos irula¨C se dedicaba a eso y tuvo que adaptar su modo de vida. Encontraron una soluci¨®n: capturar cobras y extraer su veneno mortal para venderlo a laboratorios que producen ant¨ªdotos contra su picadura, que mata a 50.000 personas al a?o en India. Formaron la Sociedad Industrial Cooperativa de Cazadores de Serpientes Irula.
41 a?os despu¨¦s, la excepcional habilidad de los irula para localizar y cazar serpientes sin tecnolog¨ªa ha cruzado fronteras y dos de los suyos han sido contratados en Florida, EE UU, con el objetivo de ayudar a combatir una invasi¨®n de pitones birmanas de larga data.
La Comisi¨®n de Conservaci¨®n de la Pesca y la Vida Salvaje de Florida explica que el problema de la aparici¨®n de pitones en libertad en la exuberante fauna de su estado tiene su origen en el comercio de mascotas ex¨®ticas, remont¨¢ndose a 1979. Tambi¨¦n se cree que el asunto se agrav¨® en 1992 al destrozar el Hurac¨¢n Andrew un criadero de serpientes pit¨®n. Hoy esta especie es considerada una plaga en Florida, a tal punto que cada a?o las autoridades organizan una gran batida de caza en el Parque Nacional de los Everglades. En 2016 se apuntaron 1.000 ciudadanos que mataron 106 ejemplares. Pero las pitones siguen reproduci¨¦ndose en un n¨²mero imposible de estimar a lo largo y ancho de los 6.000 kil¨®metros cuadrados del insondable humedal de Florida.
En diciembre apareci¨® una de 2,70 metros en Biscayne Bay, la bah¨ªa de Miami donde los artistas famosos tienen sus mansiones y yates en islas artificiales.
Otros animales ex¨®ticos con los que lidia la agencia medioambiental de Florida son el lagarto carn¨ªvoro del Nilo o el tegu, un lagarto argentino. Pero ninguno compite en dimensiones con la pit¨®n birmana, que devora con gula mam¨ªferos, p¨¢jaros y reptiles nativos. Se supo de una que se trag¨® tres ciervos y se les ha visto luchar con cocodrilos adultos. Es capaz de matar y deglutir seres humanos, aunque rara vez si no se le provoca. En Florida no se ha registrado ning¨²n caso.
Tras probar con las batidas colectivas, perro adiestrados y serpientes detectoras de pitones, conocidas como las Judas, la Comisi¨®n de Pesca y Vida Salvaje se trajo a principios de enero a Gopal y Sadaiyan para sumar su saber a esos otros m¨¦todos de captura de pitones, que se siguen empleando. De hecho, los irula y los perros, entrenados por la Universidad de Auburn (Alabama), est¨¢n trabajando en equipo. El contrato es por dos meses y los cazaserpientes cobrar¨¢n 68,888 d¨®lares. Sus dos primeras semanas fueron un ¨¦xito. Buscando en una base de misiles abandonada en Cayo Largo capturaron 14 pitones. En un tubo vieron una cola saliendo, bloquearon el otro extremo y sacaron de all¨ª tres ejemplares, una de casi cinco metros.
Los irula, que no hablan ingl¨¦s, han sorprendido a los especialistas de las Comisi¨®n y de la Universidad de Florida que trabajan con ellos por su arte de caza. Se mueven en silencio por aut¨¦nticas mara?as de vegetaci¨®n escrutando posibles restos de piel mudada o gruesos surcos zigzagueantes en el piso. Sus empleadores esperan aprender de la sabidur¨ªa de Vladivel Gopal y Masi Sadaiyan para mejorar las capacidades de sus propios buscadores de serpientes. Adem¨¢s de por cazar, por lo tanto, les pagan por transmitir sus conocimientos.
Al cabo de dos meses, la pareja de cazadores regresar¨¢ a India y se llevar¨¢n consigo un buen dinero y la ¡°diversi¨®n¡± que, seg¨²n sus interlocutores de la Comisi¨®n, les produce perseguir serpientes gigantes. Los perritos calientes?¨Chot dog¨C o los partidos de f¨²tbol americano, que tambi¨¦n han podido conocer por invitaci¨®n de sus hu¨¦spedes, al parecer, no les han causado mayor entusiasmo.
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