La pobreza acorta la vida m¨¢s que la obesidad, el alcohol y la hipertensi¨®n
Un macroestudio en 'The Lancet' critica que la OMS no incluya la desigualdad como factor a combatir
La evidencia cient¨ªfica es robusta: la pobreza y la desigualdad social perjudican seriamente la salud. Sin embargo, las autoridades sanitarias no ponen el foco sobre estos factores sociales tanto como lo hacen sobre otros cuando tratan de mejorar la salud de los ciudadanos. Un macroestudio sobre 1,7 millones de personas, que publica la revista m¨¦dica The Lancet, vuelve a la carga con este problema descuidado: la pobreza acorta la vida casi tanto como el sedentarismo y mucho m¨¢s que la obesidad, la hipertensi¨®n y el consumo excesivo de alcohol. El estudio supone una cr¨ªtica a las pol¨ªticas de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) por no querer incluir en su agenda este factor determinante de la salud tan importante o m¨¢s que otros que s¨ª forman parte de sus objetivos y recomendaciones.
"El bajo nivel socioecon¨®mico es uno de los indicadores m¨¢s fuertes de la morbilidad y mortalidad prematura en todo el mundo", asegura el estudio
"El bajo nivel socioecon¨®mico es uno de los indicadores m¨¢s fuertes de la morbilidad y mortalidad prematura en todo el mundo. Sin embargo, las estrategias de salud global no consideran las circunstancias socioecon¨®micas pobres como factores de riesgo modificables", aseguran los autores del estudio que publica The Lancet, una treintena de especialistas de instituciones tan prestigiosas como la Universidad de Columbia, el King's College de Londres, la Escuela de Salud P¨²blica de Harvard y el Imperial College de Londres.
Su trabajo se centr¨® en los datos de 1,7 millones de personas para analizar c¨®mo influye el nivel socioecon¨®mico en la salud y la mortalidad en comparaci¨®n con otros factores m¨¢s convencionales, como el tabaquismo o la obesidad. El resultado coincide con otros estudios previos: la pobreza es un agente que afecta a la salud de forma tan s¨®lida y consistente como el tabaco, el alcohol, el sedentarismo, la hipertensi¨®n, la obesidad y la diabetes. Es m¨¢s, la capacidad de acortar la vida es mayor que varios de estos factores. El bajo nivel socioecon¨®mico reduce la esperanza de vida en m¨¢s de 2 a?os (2,1) en adultos entre 40 y 85 a?os; el alto consumo de alcohol la reduce en medio a?o; la obesidad la acorta 0,7 a?os; la diabetes reduce la esperanza de vida en 3,9 a?os; la hipertensi¨®n en 1,6 a?os; el sedentarismo, 2,4 a?os; y el peor, reduciendo la media de vida 4,8 a?os, el consumo de tabaco.
Del mismo modo que se puede promover el abandono del tabaco o el deporte entre la poblaci¨®n, el art¨ªculo defiende que la pobreza tambi¨¦n puede modificarse
La elecci¨®n de estos factores no es casual: son los tomados por la OMS para combatir las enfermedades no contagiosas en su plan para reducir su incidencia en un 25% para el a?o 2025, el llamado objetivo 25x25. "Nuestros hallazgos sugieren que las estrategias y acciones globales definidas en el plan de salud de la OMS excluye un importante determinante de la salud de su agenda", critican los investigadores, liderados por Silvia Stringhini, del Hospital Universitario de Lausana. Y a?aden: "La adversidad socioecon¨®mica debe ser incluida como un factor de riesgo modificable en las estrategias de salud local y global, las pol¨ªticas y la vigilancia del riesgo para la salud".
Del mismo modo que se puede promover el abandono del tabaco o el deporte entre la poblaci¨®n, el art¨ªculo defiende que el factor socioecon¨®mico tambi¨¦n puede modificarse a todos los niveles, con intervenciones como la promoci¨®n del desarrollo durante la primera infancia, las pol¨ªticas de reducci¨®n de la pobreza o la mejora del acceso a una educaci¨®n. Por eso, las estrategias de prevenci¨®n de las enfermedades cr¨®nicas se equivocan al no abordar "poderosas soluciones estructurales".
No es ideolog¨ªa sino ciencia
"La fuerza de la evidencia del efecto del rango social sobre la mortalidad, como ejemplifica el estudio de Stringhini y sus colegas, es ahora imposible de ignorar", asegura un comentario en The Lancet firmado por Martin Tobias, especialista del Ministerio de Sanidad de Nueva Zelanda. Y a?ade: "Basan su argumento no en ideolog¨ªa pol¨ªtica sino en ciencia rigurosa". Seg¨²n este epidemi¨®logo, tener bajo nivel socioecon¨®mico "significa ser incapaz de determinar el propio destino, privado de recursos materiales y con oportunidades limitadas, que determinan tanto el estilo de vida como las posibilidades vitales".
"La evidencia dice que la desigualdad mata. ?Nos interesa la salud del pa¨ªs, tanto la de los pobres como la de los ricos?", se pregunta Manuel Franco
El investigador espa?ol Manuel Franco, que no ha participado en el estudio, considera que "es importante que los autores muestren que el factor socioecon¨®mico importa, e importa tanto como los que se?ala la OMS". "La evidencia dice que la desigualdad mata. ?Nos interesa la salud del pa¨ªs, tanto la de los pobres como la de los ricos? No se ataca este factor porque no interesa", asegura Franco, epidemi¨®logo de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, especialista en c¨®mo afectan los factores sociales y ambientales en la salud.
Franco explica c¨®mo en pa¨ªses ricos (el estudio se centra en datos de Reino Unido, Francia, Suiza, Portugal, Italia, Estados Unidos y Australia) hay diferencias "insoportables" de esperanza de vida dentro de una misma ciudad, como Barcelona, Madrid, Glasgow o Baltimore. "Y la brecha no deja de ampliarse: la esperanza de vida de los pobres no crece como la de los ricos", denuncia. Y concluye: "Hacemos investigaci¨®n para mejorar algo. Sabemos que hay factores estructurales que perjudican la salud, pero las autoridades no quieren atacarlos, prefieren hablar solo de los factores individuales: haz deporte, no fumes".
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