A m¨¢s grupos de WhatsApp, m¨¢s opciones de divorcio
El ¡®ningufoneo¡¯ provoca cada vez m¨¢s peleas de pareja. Por fortuna, hemos dado con el contrato que puede evitarlas
La escena le va a sonar seguro. Puede incluso que la haya vivido en primera persona. Una pareja comparte velada en un restaurante o est¨¢ sentada codo con codo en el sof¨¢ de casa. Una de las partes se afana en conversar, intenta mantener el contacto visual... pero al otro lado se produce el silencio, los balbuceos, la mirada baja... ?El motivo? Que su interlocutor est¨¢ ¡ªpara desesperaci¨®n y cabreo del acompa?ante¡ª absorto en la pantalla del m¨®vil.
Estamos ante un claro caso de phubbing (acr¨®nimo de phone snubbing, o "ningunear con el m¨®vil"): un fen¨®meno que va en aumento y que describe a la perfecci¨®n una de los grandes males de nuestros d¨ªas: cuando alguien que est¨¢ a nuestro lado nos ignora porque est¨¢ prestando m¨¢s atenci¨®n a lo que ocurre en una pantalla de m¨®vil.
El t¨¦rmino tiene ya tambi¨¦n su equivalente en castellano: "ningufoneo", que ser¨ªa la recomendaci¨®n de la Fund¨¦u para traducir este anglicismo (quienes lo practican ser¨ªan los ningufoneadores) y la cuesti¨®n no es balad¨ª. Un estudio conducido por el profesor James A. Roberts, de la Universidad Baylor, en EEUU, hall¨® que el 46,3% de los 453 adultos entrevistados hab¨ªa sido ningufoneado por su pareja; y un 22,6% declar¨® que esa pr¨¢ctica era fuente de conflicto.
Hay dos motivos fundamentales, concluy¨® el experto, por los que el phubbing ten¨ªa un impacto negativo en las relaciones de pareja. Primero, porque el tiempo que pasamos conectados a nuestros terminales no lo estamos empleando en hacer algo significativo que de verdad nos una a la pareja. Y segundo porque el malestar que genera este h¨¢bito conduce, irremediablemente, a la pelea y un deterioro de la relaci¨®n. Adem¨¢s, las personas que dec¨ªan haber sufrido ningufoneo por parte de su pareja eran m¨¢s propensas a sentirse deprimidas (en concreto, un 36,6% hab¨ªa experimentado esa sensaci¨®n al menos en alguna ocasi¨®n).
Parejas a terapia con el m¨®vil bajo el brazo
¡°En realidad el problema se da cuando existe una descoordinaci¨®n en la pareja y una de las partes experimenta una sensaci¨®n de falta de atenci¨®n. Hay otros casos en los que ambos utilizan mucho el m¨®vil en compa?¨ªa del otro o que solo se comunican por WhatsApp, pero no sienten agravio alguno porque est¨¢n en igualdad. Existe un consenso¡±, explica el psic¨®logo Enrique Garc¨ªa Huete, director de Quality Psic¨®logos y profesor de la Universidad Cisneros (Madrid). Garc¨ªa, que ha tratado en su cl¨ªnica a personas que hab¨ªan desarrollado una adicci¨®n al m¨®vil, se?ala que el ningufoneo es un reproche cada vez m¨¢s recurrente cuando una pareja con problemas acude a terapia: ¡°Se quejan un mont¨®n de que el otro est¨¢ siempre pendiente del tel¨¦fono y no le presta atenci¨®n. Curiosamente, suelen ser m¨¢s los varones quienes lo hacen, pero no podr¨ªa decir que es un problema per se para acudir a terapia. M¨¢s bien es un factor que influye, pero no es el ¨²nico¡±.
El escritor y doctor en Filosof¨ªa Enric Puig Punye, que acaba de abordar este asunto en su libro?La gran adicci¨®n. ?C¨®mo sobrevivir a internet y no aislarse del mundo?, apunta otro factor que contribuye a generar malentendidos: el hecho de que la conexi¨®n al mundo virtual se hace casi siempre desde terminales individuales y no es una experiencia compartida. ¡°Quieras o no, que nos centremos cada uno en nuestros smartphones o tabletas produce una sensaci¨®n de secretismo que no ayuda. Al contrario, despierta suspicacias¡±, explica Puig. ¡°Esa separaci¨®n no ser¨ªa tan dr¨¢stica si, por ejemplo, todos los miembros de la familia utilizar¨¢n solo un ordenador com¨²n¡±.
Por su parte, el doctor Garc¨ªa Huete recuerda que ¡°cuando nos comunicamos, es tan importante lo verbal como lo gestual. Si no nos sentimos atendidos, la sensaci¨®n de frustraci¨®n puede ser muy fuerte. Al centrarnos en lo virtual se va extinguiendo una impronta de la comunicaci¨®n muy importante que solo se produce en persona, cara a cara¡±. En caso de producirse discrepancia de opiniones en la pareja por este asunto el psic¨®logo recomienda ¡°consensuar los momentos de uso¡±. Es muy importante la negociaci¨®n. Eso s¨ª, ¡°este proceso no servir¨¢ de nada si no tenemos conciencia de que hay un problema y si no existe una voluntad real de cambio¡±, recuerda Garc¨ªa, ¡°porque estas dos cosas no siempre van unidas¡±.
C¨®mo desconectar en un mundo hiperconectado (y no morir en el intento)
Cuando Enric Puig Punyet se plante¨® abordar en un libro el modo en que la hiperconectividad est¨¢ afectando a nuestras relaciones no quiso hacerlo a trav¨¦s de testimonio de neorrurales: personas que han optado por retirarse al campo huyendo del mundanal ruido. En su lugar se propuso entrevistar a personas que, siendo nativos digitales, se han desconectado sin renunciar a su trabajo o su vida social en la ciudad. Y las encontr¨®: desde un comercial en paro que termin¨® cerrando su perfil en LinkedIn a una joven que organiza fiestas en las que no se puede sacar ni colgar ni una sola foto en las redes sociales.
Ninguno de ellos tom¨® la decisi¨®n de desconectar por motivos culturales, sino que sus razones ten¨ªan m¨¢s que ver con preservar la salud mental y la calidad de vida. ¡°Las personas con las que he hablado coinciden en que en un momento dado tuvieron una especie de revelaci¨®n¡±, explica. Y lo m¨¢s interesante es que al salir de esa vor¨¢gine ¡°han reconectado con el mundo real, con acciones y sensaciones que ten¨ªan olvidadas¡±.
Puig Punyet, que lleva a?os investigando los cambios que ocasionan las nuevas tecnolog¨ªas en la estructura social, recuerda que el nuevo modelo de negocio impulsado por Google y los smartphones obliga a una hiperconexi¨®n que acaba pasando factura a muchos niveles: ¡°En la mayor¨ªa de casos supone una p¨¦rdida de tiempo y concentraci¨®n tremenda. Ese dogma de la multitarea que nos venden ¡ªy creemos¡ª es algo que no existe. Y luego est¨¢ la gran dependencia que generan por la ansiedad tener que estar siempre disponibles¡±.
El psic¨®logo Garc¨ªa Huete explica que en el momento en que se d¨¦ una dependencia del m¨®vil o la tableta ¡°tenemos que tratarlo como si nos estuvi¨¦ramos enfrentando a sustancia adictiva, porque nos produce la misma sensaci¨®n gratificante a corto plazo y desasosiego, ansiedad o s¨ªndrome de abstinencia cuando nos falta¡±. Unas pautas b¨¢sicas para evitar empatallarnos ser¨ªan ¡°reforzar nuestros mecanismos de control de las emociones, plantear horarios limitados y, si el problema se deriva del trabajo, utilizar dos m¨®viles: uno exclusivo para el ¨¢mbito laboral y otro para socializar¡±.
Por su experiencia, Puig Punyet cree que la desconexi¨®n parcial ser¨¢ un tendencia en alza y que llegar¨¢ de la mano de los j¨®venes: ¡°Las nuevas generaciones se est¨¢n dando cuenta del exceso y est¨¢n renunciando a estar hiperconectados. A ra¨ªz de escribir el libro me han llegado muchos m¨¢s casos¡±, recuerda. ¡°Hay adolescentes que se van de cena con los amigos y ya est¨¢n dejando el m¨®vil en casa¡±.
Es casi inevitable que en alg¨²n momento puntual todos utilicemos el m¨®vil en frente de un tercero. Pero si la cosa pasa de casta?o a oscuro y nada de lo anterior funciona siempre se puede recurrir a formalizar este contrato que proponen en la web Stop Phubbing. Cada uno puede adaptarlo a quien desee: amigos, familia o pareja.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.