La ciencia explora el valor del ayuno para luchar contra el c¨¢ncer
Investigadores en envejecimiento y oncolog¨ªa exploran los beneficios de dejar de comer durante uno o m¨¢s d¨ªas
El mayo pasado, 20 j¨®venes sanos, incluidos varios cient¨ªficos, llegaron a un instituto de investigaci¨®n en Madrid dispuestos a pasar un d¨ªa y medio sin comer. Justo antes les hab¨ªan hecho un an¨¢lisis de sangre y, 36 horas despu¨¦s, les hicieron otro para asegurarse de que no hubieran tomado algo a escondidas. El objetivo era desvelar los mecanismos moleculares detr¨¢s del ayuno y sus beneficios para la salud, especialmente como posible arma contra el c¨¢ncer.
El ayuno durante d¨ªas o semanas, con solo agua o prescindiendo solo de alguna clase de alimentos, o limitando las horas del d¨ªa en las que se puede comer, es una pr¨¢ctica casi universal entre las religiones mayoritarias. Algunas le atribuyen cualidades regeneradoras. Desde un punto de vista cient¨ªfico, el ayuno parece aportar longevidad y una mejor salud en estudios con animales y no requiere tantas penalidades como la restricci¨®n cal¨®rica. Y parece que algunos de los beneficios m¨¢s r¨¢pidos y patentes los obtienen los animales con tumores.
Cuando alguien deja de comer uno o m¨¢s d¨ªas, su metabolismo cambia de marcha ante el estr¨¦s. La proliferaci¨®n celular se ralentiza, se activa el proceso de autofagia en la que el organismo elimina c¨¦lulas viejas o defectuosas y, en general, comienza a alimentarse de sus propias reservas de energ¨ªa. Por el momento, se ignora c¨®mo y por qu¨¦ esta pr¨¢ctica parece ser beneficiosa para la salud.
Los ratones con c¨¢ncer tratados con quimioterapia y sometidos a ayuno responden mejor al tratamiento y se recuperen antes de los efectos secundarios
El equipo de Valter Longo, en la Universidad del Sur de California, es uno de los m¨¢s avanzados en la investigaci¨®n del ayuno, tanto en personas sanas como enfermas. Sus experimentos han demostrado que un ayuno de uno o m¨¢s d¨ªas hace que los ratones con c¨¢ncer tratados con quimioterapia respondan mejor al tratamiento y se recuperen antes de los efectos secundarios.
Pasar varios d¨ªas sin comer de forma peri¨®dica (no hay una definici¨®n unificada del ayuno en t¨¦rminos cient¨ªficos), ser¨ªa una prueba demasiado dura para muchas personas. Por eso Longo ha desarrollado una dieta baja en calor¨ªas que imita los efectos del ayuno sin dejar de comer. Cuando les da esta dieta a ratones con c¨¢ncer de mama y de piel, su sistema inmune parece despertar del letargo y comienza a reconocer y aniquilar a las c¨¦lulas tumorales, algo que no sucede en los roedores bien alimentados. Seg¨²n Longo, el ayuno tiene un efecto ¡°rejuvenecedor¡± sobre el organismo, tanto en animales como en humanos. ¡°En un estudio piloto con voluntarios sanos vimos que la dieta que imita al ayuno redujo los indicadores de riesgo cardiovascular, los niveles de glucosa [factor de riesgo de diabetes] y los de IGF-1, un potencial marcador de c¨¢ncer, adem¨¢s de eliminar la grasa abdominal¡±, explica el investigador. La dieta en cuesti¨®n tiene un 60% menos calor¨ªas que la dieta normal de cada individuo. En el ensayo, los voluntarios siguieron esta dieta durante cinco d¨ªas, luego volvieron a comer normal durante otras tres semanas y despu¨¦s repitieron el mismo ciclo otras dos veces.
En el Centro de Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas, en Madrid, el equipo de Manuel Serrano ha desvelado uno de los posibles responsables de los beneficios del ayuno en el c¨¢ncer. Hasta hace poco, la investigaci¨®n en este campo se hab¨ªa centrado en la restricci¨®n cal¨®rica, mucho m¨¢s radical y dif¨ªcil de mantener. ¡°La restricci¨®n cal¨®rica tiene efectos indeseables, se pasa hambre constantemente, la libido es casi cero y se reduce la vida social, pues muchas veces esta sucede en torno a la comida¡±, explica Serrano. En este sentido, el ayuno y la imitaci¨®n de sus efectos con dietas bajas en calor¨ªas o con f¨¢rmacos puede ser mucho m¨¢s viable, especialmente en el contexto del c¨¢ncer.
El ayuno puede producir dolores de cabeza o estr¨¦s y nunca debe realizarse sin la supervisi¨®n de un m¨¦dico
En un experimento reciente, su equipo demostr¨® que los ratones a los que se les quita toda la comida durante un d¨ªa o dos les sube la expresi¨®n del gen P21, un importante supresor tumoral. En el ensayo con voluntarios con el que comenzaba esta historia, realizado en el Instituto Imdea Alimentaci¨®n y cuyos resultados van a publicarse en una revista cient¨ªfica pr¨®ximamente, seg¨²n Serrano, se ha demostrado que lo mismo pasa en humanos.
¡°Hemos visto que los niveles de P21 aumentan con el ayuno y que vuelven a bajar en cuanto comes¡±, explica Pablo Fern¨¢ndez-Marcos, un coautor del estudio que decidi¨® sumarse al grupo experimental y probar la falta de alimentos en sus propias carnes. ¡°Ninguno de los participantes tuvo ning¨²n problema, aunque en algunos casos el ayuno puede producir dolores de cabeza o estr¨¦s¡±, explica.
El investigador razona la conexi¨®n entre el gen estudiado y los efectos beneficiosos en c¨¢ncer. ¡°P21 detiene la proliferaci¨®n celular especialmente en ¨®rganos como el pelo, el intestino, la m¨¦dula ¨®sea, que son algunos de los m¨¢s afectados por la quimio¡±, explica. Ahora el equipo se plantea investigar si P21 es la causa de los beneficios observados y no una mera reacci¨®n colateral.
Una de las v¨ªas de investigaci¨®n es buscar mol¨¦culas que activen alguna de las ¡°v¨ªas metab¨®licas¡± que se ponen en marcha con el ayuno, como ¡°la bajada de la insulina o la de los cuerpos cet¨®nicos que transforman la grasa almacenada en energ¨ªa para el cerebro¡±, se?ala Fern¨¢ndez-Marcos. En un futuro, este tipo de f¨¢rmacos se podr¨ªan aplicar a la poblaci¨®n sana, pero primero llegar¨¢n a los enfermos de c¨¢ncer porque ¡°es m¨¢s sencillo dado que los efectos observados son muy r¨¢pidos¡±, opina.
El equipo de Longo est¨¢ realizando nuevos ensayos con personas sanas y otras con c¨¢ncer y su dieta que imita el ayuno para confirmar si realmente es beneficiosa. Muchas de sus investigaciones han sido financiadas por organismos p¨²blicos como los Institutos Nacionales de Salud. Su trabajo no est¨¢ exento de pol¨¦mica, porque el cient¨ªfico nunca desvela la composici¨®n exacta de su dieta en sus estudios. En cambio s¨ª ha decidido comercializarla
A¨²n no sabemos si el ayuno tiene efectos de adaptaci¨®n metab¨®lica, sencillamente los datos a¨²n no est¨¢n ah¨ª"
El investigador advierte que nadie debe intentar el ayuno sin la supervisi¨®n de un m¨¦dico, pero su dieta, Prolon, a base de barritas energ¨¦ticas, zumos y otros alimentos empaquetados, se vende por internet en EE UU, Australia, Italia y, a trav¨¦s de este pa¨ªs, podr¨ªa adquirirse en Espa?a, asegura el bioqu¨ªmico italoamericano. El investigador puso en marcha este proyecto hace un a?o. Dice que, con los datos del estudio piloto, y los que tiene por publicar, es ¡°muy razonable comercializar esta dieta¡±, y asegura que donar¨¢ los beneficios que obtenga con su empresa L-Nutra a una ONG.
Los expertos consultados env¨ªan un mensaje de esperanza en el potencial del ayuno, pero tambi¨¦n una nota de cautela ante dietas milagrosas. ¡°Todos los datos disponibles en modelos experimentales, incluyendo primates, avalan estas intervenciones nutricionales¡±, opina Carlos L¨®pez-Ot¨ªn, investigador especialista en envejecimiento de la Universidad de Oviedo. Pero a?ade que ¡°los estudios en humanos son muy preliminares y en algunos casos, indirectos, lo cual invita a la prudencia m¨¢xima¡±, a?ade.
Jos¨¦ Ordov¨¢s, experto en nutrici¨®n y gen¨®mica en el Imdea Nutrici¨®n y en la Universidad Tufts (EE UU), opina que ¡°es probable que una dieta rica en productos derivados de plantas, frutas y vegetales, consiga efectos similares¡± a la de Longo. ¡°Mi preocupaci¨®n es que en ning¨²n momento comparan su dieta con una dieta que cualquiera puede uno prepararse en casa, en lugar de comprarla prefabricada en bolsas de pl¨¢stico o aluminio en forma de sopas o barritas nutricionales¡±, a?ade. Adem¨¢s, el investigador resalta que ¡°ninguno de los art¨ªculos [de Longo] describe en qu¨¦ consiste esta dieta y solamente habla de ingredientes "propietarios", lo que ¡°no es consistente con el hecho de que una buena parte de esta investigaci¨®n ha sido llevada a cabo con fondos p¨²blicos, y por lo tanto los descubrimientos y los beneficios deber¨ªan ser p¨²blicos¡±, a?ade.
Luigi Fontana, investigador de la Universidad de Brescia (Italia) y de la de Washington en San Luis (EE UU), es otro de los l¨ªderes en la investigaci¨®n del ayuno en humanos. Hace algunos a?os firm¨® varios art¨ªculos junto a Longo describiendo el potencial del ayuno para la salud, pero ahora dice que ¡°no quiere comentar los estudios de su colega¡±. ?l tambi¨¦n ha dise?ado un tipo de ayuno simulado y abierto al p¨²blico: durante dos o tres d¨ªas, comer solo vegetales, tantos como se desee, y una cucharada de aceite de oliva por comida. En un ensayo cl¨ªnico de seis meses cuyos datos se publicar¨¢n pr¨®ximamente, su equipo ha observado p¨¦rdidas de peso muy significativas, de hasta ¡°16 kilos en seis meses¡±, con esta dieta, asegura.
El investigador advierte de que a¨²n no hay datos fiables en humanos que permitan respaldar algunas de las afirmaciones de Longo y sus dietas comerciales. ¡°A¨²n no sabemos si el ayuno tiene efectos de adaptaci¨®n metab¨®lica, sencillamente los datos a¨²n no est¨¢n ah¨ª y los ratones no son humanos¡±, comenta. Fontana tampoco cree que se puedan encontrar ¡°dos o tres p¨ªldoras¡± que puedan ¡°enga?ar al cuerpo¡± y aportar los beneficios en la longevidad y la salud observados con el ayuno. En su opini¨®n, la ¨²nica forma contrastada de lograr beneficios reales es cl¨¢sica: estilo de vida saludable y ejercicio. ¡°A la gente le gustan los atajos, pero nadie puede convertirse en cintur¨®n negro de k¨¢rate con unos pocos trucos¡±, resalta.
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