Los ni?os no nacen sabiendo mentir
La mentira es un proceso de aprendizaje y, cuando descubren la primera, se sienten traicionados y m¨¢s dolorosa les resulta cuanto m¨¢s querido es quien les enga?a
La mentira, consustancial al ser humano, no nace con ¨¦l, puesto que el ni?o la va aprendiendo y adquiriendo a trav¨¦s de su entorno, familiar, escolar y social, y del complejo proceso de educaci¨®n en el que est¨¢ inmerso. Siempre esconde un fin, ya sea perverso, inocente, incluso a veces bondadoso y leg¨ªtimo. As¨ª lo aceptaban fil¨®sofos y pensadores como Plat¨®n, Maquiavelo, San Agust¨ªn, santo Tom¨¢s de Aquino y Leo Strauss. Tan importante como saber por qu¨¦ mentimos es aprender a descubrir a los mentirosos y por qu¨¦ con frecuencia nos dejamos enga?ar y nos hace da?o. Los expertos aseguran que mienten m¨¢s, desde corta edad y en funci¨®n de la educaci¨®n recibida, las personalidades narcisistas, deshonestas, interesadas, inseguras y con baja autoestima, as¨ª como las que sufren ciertos grados de psicopat¨ªa.
El ser humano no nace sabiendo mentir, sino que lo va aprendiendo desde la infancia con relaci¨®n a su entorno y ¡°cuando es consciente de descubrir la primera mentira, tanto mayor ser¨¢ su dolor cuanto m¨¢s querida para ¨¦l sea la persona que le ha enga?ado¡±, seg¨²n refleja en su libro La verdad de la mentira (editorial La esfera de los libros), Mar¨ªa Jes¨²s ?lava Reyes, reputada psic¨®loga y experta en Psicoterapia por la Federaci¨®n Europea de Asociaciones de Psic¨®logos (EFPA).
¡°Si pilla el enga?o en sus padres, por ejemplo¡±, dice, ¡°la traici¨®n que supone para el peque?o ser¨¢ mucho mayor que si viene de un ni?o del colegio, puesto que esa mentira de los seres m¨¢s importantes de su vida representa una gran decepci¨®n y hasta puede hacerle sentir menos querido. Otras mentiras muy dolorosas son el hijo adoptado que se entera a los 20 a?os, el da?o de los celos o cuando el materialismo y el ego¨ªsmo vencen a la ilusi¨®n y al amor. Es cierto que hay enga?os que se producen por altruismo, que son los menos con diferencia, por no hacer da?o, como evitar comunicar malas noticias que no van a ninguna parte y solo herir¨ªan al otro. Estas son las ¨²nicas justificadas y l¨ªcitas¡±.
Esta experta subraya como ejemplo qu¨¦ sentido tendr¨ªa comunicar a los padres de un ni?o enfermo terminal los d¨ªas, aproximados, que le quedan de vida, ¡°cuando con una actitud humanitaria se le pueden decir mentiras piadosas que les ayudar¨¢n a sobrellevar mejor el final de su camino¡± ?O por qu¨¦ decir abierta y cruelmente a una adolescente obesa que la ropa que lleva le sienta fatal, ¡°cuando se puede ser caritativo y con una mentira piadosa se le puede hablar de que lleva un peinado precioso y est¨¢ guap¨ªsima, sin aludir a lo que le afea¡±. Afirma que es muy l¨ªcita esta pr¨¢ctica, que, lejos de hacer da?o, consigue hacer un bien en otra persona. ¡°?Y cuesta tan poco dar ese poquito de felicidad!¡±, agrega
La doctora ?lava Reyes afirma que se miente en la pareja, la familia, el trabajo, la pol¨ªtica, las relaciones sociales, en todos los entornos en que se mueve la persona de todas las edades: ¡°Nos pasamos la vida mintiendo y escuchando mentiras, costumbre que va aumentando en paralelo al grado de infelicidad de numerosas personas. Siempre con un fin bien distinto: autoprotecci¨®n, inter¨¦s, hacer da?o, compasi¨®n¡Pero tenemos derecho a desenmascarar a nuestros mentirosos cuando quieren herirnos. Son m¨¢s proclives al enga?o las personalidades narcisistas, las deshonestas, las que siempre buscan un beneficio, las inseguras y con baja autoestima, las introvertidas, as¨ª como las que sufren ciertos grados de psicopat¨ªa. No hay que dejarse enga?ar por una mala entendida generosidad. A veces hay que ponerse en guardia para descubrir al mentiroso y no contestar a todas las preguntas que nos hagan¡±.
El g¨¦nero femenino detecta mejor la mentira y siente mayor aversi¨®n por ella. Tambi¨¦n sabe eludirla m¨¢s sutilmente. As¨ª lo demuestra, entre otros, un estudio sobre la infidelidad en 1.509 parejas heterosexuales, en este caso mayores de edad, que evidencia que por cada 18 hombres infieles descubiertos por su pareja, solo una mujer era pillada. Por ejemplo, en los coqueteos entre los adolescentes, en los comienzos, cuando todos quieren impresionar al otro, "mientras que la chica recurre a la seducci¨®n mediante el coqueteo, vestirse de tal manera y otras armas de mujer, el chico recurre a la seducci¨®n con la palabra invent¨¢ndose unas cuantas trolas, de las que muchas pueden resultar pat¨¦ticas y otras cre¨ªbles", explican los expertos. Todo depende de la imaginaci¨®n del joven y de su capacidad de histrionismo. En fin, "que, en general, el chico miente mucho m¨¢s en las primeras citas para deslumbrar a su potencial conquista y sus trolas ser¨¢n mayores en n¨²mero y magnitud cuanto m¨¢s le interese la chica", agregan.
Para el doctor Wenceslao Pi?ate, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa de la universidad de La Laguna, de Tenerife, la mentira siempre es un recurso funcional regulador, en tanto en cuanto ¡°es un aprendizaje para conseguir un bien para s¨ª mismo, evitar herir o ir a hacer da?o deliberadamente¡±. En palabras de este especialista, esta funci¨®n ser¨ªa normal, sin embargo ¡°el problema comenzar¨ªa cuanto esta actitud se convierte en rutina; un hecho evidente es que hay personas muy mentirosas y otras muy poco y que hay ni?os, adolescentes y j¨®venes que emplean la mentira, incluso la calumnia como venganza o, simplemente, para hacer mucho da?o, generalmente en grupo, como se ha visto en casos de acoso escolar, por tratarse de cobardes gregarios¡±.
"En buena medida es un problema de educaci¨®n desde la familia", subraya Pi?ate. ¡°El ni?o miente, por ejemplo, cuando no ha hecho los deberes, porque sabe que le van a castigar. Si no hubiese castigo, sino un di¨¢logo entre padres e hijo, dir¨ªa la verdad. Si el peque?o no ha hecho los deberos y espera de los padres algo as¨ª como en seguida mam¨¢ o pap¨¢ te ayudamos a hacerlos, obviamente el hijo siempre dir¨¢ la verdad, porque ha sido educado en esta y no en el miedo. Por ello es muy interesante educar desde la infancia en toda la sociedad para la verdad¡±, agrega.
En el mismo sentido se pronuncia el doctor Ra¨²l Quevedo, profesor titular de Psicolog¨ªa de la Universidad de Granada, al afirmar que la mentira es ¡°un ente conceptual, basada en un aprendizaje, para evitar o conseguir algo¡±. Un aspecto muy curioso y destacado por todos los expertos consultados es el de la psicolog¨ªa forense: "Debidamente utilizada, ser¨ªa el arma m¨¢s ¨²til y poderosa para desenmascarar a los criminales m¨¢s peligrosos, y resulta a¨²n m¨¢s eficaz con ni?os, adolescentes y j¨®venes, que hayan cometido actos delictivos, por ser mucho m¨¢s vulnerables a la intervenci¨®n del profesional de la psicolog¨ªa", explica. Seg¨²n Quevedo, un psic¨®logo criminalista est¨¢ entrenado no solo para interpretar el lenguaje verbal, sino adem¨¢s los silencios y el lenguaje de todas las facciones del rostro y de todo el cuerpo.
¡°Sabemos cu¨¢ndo nos miente con miedo, con rabia, por qu¨¦ se calla, si es sincero¡ Un psic¨®logo forense, empleando una conversaci¨®n con las horas necesarias, sin ning¨²n tipo de violencia ni siquiera verbal, acabar¨ªa detectando al criminal, homicida o asesino y este confesar¨ªa de muy diferentes maneras. La polic¨ªa dispone de estos especialistas, pero son del todo insuficientes y es posible que no se respeten los tiempos necesarios¡±, concluye este experto.
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